Luchar contra un bad hair day es un drama. Y da ansiedad. Así que, si te ha pasado, lo entendemos. Porque si tu pelo no luce bonito (y en su mejor versión) el resto del look ya no es lo mismo. Además, numerosos estudios científicos avalan que cuanto más cuidado, brillante y sano tienes el pelo, mejor humor (y autoestima) tienes. ¿El pelo lo es todo? No, pero casi.
Visitar a un buen peluquero con frecuencia es primordial para cuidar tu melena, independientemente de su naturaleza, grosor o cantidad. Y a pesar de que hay mil trucos caseros como las mascarillas que contribuyen a mantener su estado óptimo, una cosa está clara: la responsabilidad recae en los productos que utilices para su cuidado.
Desde el champú y los complementos que fomenten su salud fuerte y saludable, hasta los tratamientos de acabado que emplees para dar brillo, suavidad y manejabilidad.
En esta materia, estos básicos de cuidado capilar (en su mayoría presentes en formato sérum o aceite) se caracterizan por ser concentrados con miles de nutrientes y vitaminas que reaniman a tu melena, aportando movimiento, energía y un acabado profesional sin peso ni sensación grasa.
Esto mismo lo convierten en el as bajo la manga que cualquier tipo de pelo puede emplear, ya tengas el pelo fino y liso o una melena voluminosa y muy rizada que quiera huir del encrespamiento más rebelde.
Una de susgrandes ventajas es que sus efectos son inmediatos, tienen una fragancia adictiva, son de uso diario y, si los escoges bien, no tendrás que invertir todos tus ahorros. ¿La razón? Afortunadamente, hoy en día, tienes a tu disposición miles de tratamientos capilares que funcionan fenomenal. Estos diez ejemplos son la clave.