Cada vez que nos proponemos llevar un ritmo de vida más tranquilo y una dieta saludable, las infusiones entran por la puerta de la cocina. Sus múltiples propiedades las convierten en el complemento idóneo de una alimentación equilibrada y un estilo de vida activo. De ahí que ya os hayamos hablado de infusiones antiedad, "carga pilas" o energéticas e incluso detox.
Hoy venimos con una nueva aliada considerada la infusión “potenciadora de la belleza”. Se trata de la cola de caballo y, te garantizamos, que aglutina muchos más beneficios de los que creías en un principio. ¡A nosotras nos ha sorprendido!
Qué es la cola de caballo
La cola de caballo es un planta perenne que crece en regiones templadas de todo el mundo. Su nombre científico es Equisetum arvense y pertenece a la familia Equisetaceae, considerada uno de los géneros más antiguos de plantas terrestres. Si algo la caracteriza son sus tallos huecos y articulados que se asemejan a la cola de un caballo y de ahí su nombre.
Beneficios de la cola de caballo
La cola de caballo se ha utilizado durante siglos en la medicina tradicional por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y diuréticas. Tampoco pasan desapercibidos sus beneficios en lo que se refiere a la salud de la piel, el pelo y las uñas.
- Previene la retención de líquidos: si por algo se conoce a la cola de caballo es por su acción diurética, por lo que es ideal para eliminar líquidos y toxinas.
- Combate la hinchazón: gracias a sus propiedades antiinflamatorias, combate la sensación de hinchazón abdominal, ya sea debida a los gases o a digestiones pesadas.
- La mejor aliada de tu cabello: la cola de caballo es rica en sílice, un mineral que contribuye a la creación de colágeno, fortalece los folículos pilosos y promueve el crecimiento del cabello. Además, contiene antioxidantes que ayudan a proteger el cabello y el cuero cabelludo de los agentes externos, mientras que sus propiedades astringentes ayudan a reducir la producción de sebo en el cuero cabelludo, algo beneficioso para quienes tienen el cabello graso.
- Cuida de la piel: su alto contenido en sílice y el hecho de que estimule la producción de colágeno en la piel, contribuyen a que esta se mantenga más firme y elástica. Previene eczemas, dermatitis y hongos, además de contar con propiedades regeneradoras en el tratamiento de cicatrices.
- Fortalece las uñas: gracias nuevamente al sílice, junto con otros nutrientes y compuestos como el calcio, el potasio y los flavonoides. Contribuye a que las uñas sean menos propensas a la rotura y el agrietamiento.
Cómo consumir la cola de caballo
Lo más común es hacerlo en forma de infusión, pero que tampoco te extrañe encontrarla en forma de complementos alimenticios con efectos depurativos. Si al igual que nosotras prefieres decantarte por la primera opción, podrás hacerte con ella en dos formatos.
Infusión de cola de caballo en seco
Soria Natural cuenta con una bolsa de 50 g a la venta en farmacias a base de cola de caballo en seco que podrás utilizar para preparar fácilmente tu infusión.
Infusión de cola de caballo en bolsas
El preparado de Artemis BIO con cola de caballo es el resultado de una selección de plantas procedentes de agricultura ecológica. La caja contiene 20 filtros.
Cómo preparar la infusión de cola de caballo
Preparar una infusión de cola de caballo es muy sencillo, tanto si optas por su opción seca en forma de tallos y hojas, como si prefieres las bolsitas clásicas ya preparadas.
- Pon a hervir 250 mililitros de agua.
- Salvo que hayas optado por la opción en bolsa, añade 1/2 cucharaditas de infusión de cola de caballo al agua.
- Deja reposar durante unos 5-10 minutos y fíltrala para servir.
Cuándo tomar la infusión de cola de caballo
Puedes tomar entre una o dos tazas de infusión, dependiendo de la concentración, en cualquier momento del día. Eso sí, se recomienda no hacerlo durante largos períodos de tiempo continuados. Puedes alternar su consumo con otras infusiones beneficiosas para tu salud.
Ojo: su consumo en exceso puede provocar cefaleas, ser perjudicial para ciertos órganos si se ingieren grandes cantidades e incluso tener propiedades tóxicas en dosis demasiado altas.
Tampoco se aconseja su uso durante el embarazo y la lactancia, en caso de sufrir enfermedades renales, problemas hepáticos y podría interactuar con ciertos medicamentos -de ahí que, si tomamos una medicación de forma habitual, sea necesario consultarlo con un profesional médico-.