Las infusiones se han convertido en el gran aliado de muchas de nosotras y es que sus propiedades son una lista casi infinita. Hablamos de beneficios que van desde una mejor salud capilar a una piel mucho más bonita, hidratada y luminosa. Además de estas, también hay otros importantes beneficios que son, de hecho, los más comúnmente conocidos.
Una mejor digestión es uno de esos beneficios del que siempre hablamos ya que ese agua, generalmente caliente, será el encargado de aliviar nuestros problemas de estómago gracias a que elimina las toxinas que el cuerpo peor digiere.
Las plantas o hierbas son las encargadas de infusionar, valga la redundancia, estas bebidas que llevan siglos siendo una opción muy recomendada desde nuestras abuelas hasta los médicos. Infusiones de todo tipo entre las que seguro que encuentras tu favorita.
¿Qué son las infusiones digestivas?
Empecemos por el principio, por lo importante. Las infusiones digestivas son aquellas que, mediante la mezcla de una planta con agua caliente, nos ayudan a aliviar los problemas estomacales que pueden estar derivados de una comida muy pesada o que, sencillamente, no nos ha sentado del todo bien.
Se trata, nada más y nada menos, de un complemento que ayuda a hacer mejor la digestión, de tal manera que eso a su vez contribuye a reducir los gases y flatulencias producidas por esas digestiones pesadas, así como la hinchazón en ese mismo caso.
El ardor de estómago es otro de los problemas que podemos eliminar con una infusión digestiva, por lo que olvídate del café y pásate a las infusiones. Además, esta antigua mezcla va un paso más allá a todo lo antes mencionado porque ayudan a combatir el estreñimiento así como el estrés y la ansiedad. ¿Necesitas algo más para empezar a tomarlas?
¿Por qué tomar una infusión después de comer?
Las infusiones pueden tomarse realmente a lo largo de todo el día y es que hay quien las toma para desayunar en sustitución al café o al té matcha, por ejemplo. Sin embargo, es muy común que se tomen como remedio para aliviar diferentes dolencias, desde el conocido dolor de estómago, el dolor menstrual o otro tipo como pueden ser las musculares, entre otros.
También se usan para relajarse, calmar los nervios o, simplemente, sustituir al agua cuando necesitas beber mucho líquido pero buscas opciones con algo de sabor o calentitas para los días más fríos.
Sin embargo, tomar una infusión después de comer tiene su lógica, sobre todo después de una gran comilona o una comida con exceso de grasa, como sucede en algunos tipos de dietas tradicionales. Esto dificulta que nuestro aparato digestivo pueda hacer la digestión fácilmente y, por lo tanto, aparece el temido malestar abdominal así como los gases en el estómago.
Algunos tipos de infusiones, siempre dependiendo de la planta que se le añada, pueden ayudar a reducir esos dolores que causan las indigestiones y, por lo tanto, ayudan a que desaparezca esa sensación de pesadez continua durante horas.
La infusión con dos ingredientes que mejora la digestión y ayuda a deshinchar
No se trata de una infusión al uso sino de la mezcla de dos ingredientes: la manzanilla y la menta poleo. Es decir, dos ingredientes muy habituales en las infusiones que probablemente ya tengas en casa.
La manzanilla, o camomila, es una planta que lleva cientos de años usándose en la medicina tradicional. Se trata de una hierba muy conocida por sus propiedades antiinflamatorias, de hecho, comúnmente se le conoce por sus propiedades para eliminar los gases. Calma el reflujo gástrico, relaja el revestimiento del músculo liso del tracto digestivo e incluso contribuye en el caso de quienes padecen el síndrome del intestino irritable.
Por otro lado, la menta poleo tiene como uno de sus beneficios principales el aliviar el conocido dolor de estómago gracias a su efecto carminativo y antiespasmódico, por lo que también se recomienda en el caso de padecer cólicos o flatulencias. Además, también contribuye a la eliminación de las toxinas.
Al juntarlas en una infusión, aprovechamos lo mejor de cada una de ellas, más aún si se toman después de cada comida para ayudar a favorecer una buena digestión, sentirnos menos pesadas y, por lo tanto, disfrutar de un mayor bienestar.