Con amor, Meghan
Jake Rosenberg/Netflix © 2025

En el universo de la decoración, pocos espacios encapsulan tanto la esencia de quien los habita como una cocina. Precisamente este uno de los principales espacios en los que se desarrolla ‘Con Amor, Meghan’, la nueva docuserie de Netflix en la que podemos ver a la duquesa de Sussex compartir secretos con los que agasaja a sus invitados, recetas y confesiones, a algunos de sus amigos más famosos.

Desde su amigo y maquillista Daniel Martin, hasta la actriz Mindy Kaling o el chef Roy Choi, todos coinciden en lo maravillosa anfitriona que es Meghan Markle.

Es capaz de trascender su rol protagónico para tejer, a través de la atmósfera de su cocina, un relato visual donde lo rústico y lo refinado convergen con naturalidad. Este espacio, no es un mero telón de fondo, es un personaje más que narra, mediante sus texturas y tonalidades, una filosofía de vida.  

Meghan Markle y Mindy Kaling
Justin Coit/Netflix © 2025

Aunque ojo, no es su casa en Montecito, ese espacio es sagrado para ella y su marido, Harry, por lo que han utilizado una granja propiedad de los filántropos Tom y Sherrie Cipolla, al más puro estilo cottagecore, algo que Meghan ya exploraba en su blog 'The Tig'. Lejos de ser una réplica nostálgica del pasado, es un manifiesto de elegancia sostenible, donde cada elemento —desde los armarios hasta los ventanales que enmarcan huertos de árboles, flores y aromáticas— dialoga con un presente que anhela reconectar con lo esencial. 

La fusión de lo rústico y lo contemporáneo  

La cocina de 'Con Amor, Meghan' es un estudio de contrastes equilibrados. Los armarios de estilo shaker, con sus líneas rectas y tiradores de metal en color negro, rinden homenaje a la artesanía tradicional, mientras que la estufa Thermador de más de un metro —una escultura de acero cepellado— introduce un guiño a la tecnología gourmet. Este diálogo entre lo ancestral y lo vanguardista se repite en el fregadero de granja, cuya profundidad y robustez contrastan con la delicadeza de las griferías de diseño pulido.  

Con amor, Meghan
Cr. Jake Rosenberg/Netflix © 2025

La disposición del espacio refuerza esta dualidad. La isla central, maciza de perfiles despejados, funciona como eje vertebral: en ella se amasan recetas, se comparten confidencias y se despliegan ramos de flores frescas. Su superficie de madera clara, tratada para resistir el uso diario sin perder su calidez, simboliza la filosofía práctica y poética que Meghan imprime al proyecto. No hay excesos aquí; cada forma obedece a una función.  

Elegancia en los detalles  

Si algo define la estética de esta cocina es su capacidad para transmitir lujo a través de la moderación. Meghan ha optado por un minimalismo en el que cada objeto existe por mérito propio. Los muebles cerrados con molduras discretas —en tonos crema y blanco roto— evitan la saturación visual, permitiendo que detalles como la vajilla de cerámica artesanal o los utensilios de cocina de madera y de líneas escandinavas sean los protagonistas.  

La iluminación, estratégicamente diseñada, juega un papel crucial. Las luces empotradas, sutiles como un susurro, se combinan con lámparas colgantes de cristal soplado sobre la isla, cuyas formas orgánicas rompen la geometría dominante. Este equilibrio entre funcionalidad y arte se extiende a elementos como los textiles —manteles de lino con bordados tenues— o los jarrones que albergan peonías y dalias, flores elegidas por su voluptuosidad. Hasta los libros de cocina, apilados con aparente casualidad, parecen colocados bajo un criterio cromático.  

Luz y flora como elementos decorativos  

En esta cocina, los límites entre interior y exterior se desvanecen. Los ventanales corridos, marcos sin cortinas, actúan como lienzos vivientes que capturan el paisaje circundante: huertos de cítricos, jardines en flor y el vaivén de las ramas de aguacate. La luz natural, filtrada por la vegetación, baña los suelos de madera clara y proyecta sombras danzantes que cambian con el transcurso del día, integrando el paso del tiempo al diseño.  

Con amor, Meghan
Cr. Jake Rosenberg/Netflix © 2025

Este vínculo con la naturaleza no se limita a lo visual. Los patios al aire libre, con sus mesas de madera rústica y sillones de hierro forjado, extienden la experiencia culinaria más allá de las paredes. Meghan incorpora elementos orgánicos incluso en los detalles menores: cuencos con frutas recién cosechadas, ramitas de eucalipto en recipientes de cerámica cruda, o manteles con estampados botánicos apenas sugeridos. La vegetación no decora; participa.  

La cocina de 'Con Amor, Meghan' trasciende las tendencias para abrazar una belleza atemporal, arraigada en la autenticidad y el respeto por los materiales. No es un espacio para admirar desde la distancia, sino para habitar, crear y compartir. En cada elección —desde la paleta cromática terrosa hasta la ausencia de ornamentos superfluos— late un mensaje claro: el lujo contemporáneo no reside en la opulencia, sino en la capacidad de encontrar plenitud en lo esencial.  

Con amor, Meghan
Netflix © 2025

Al adoptar estos principios, cualquier hogar puede convertirse en un reflejo de esta filosofía. Basta con privilegiar la calidad sobre la cantidad, dejar que la luz y la naturaleza guíen el diseño, y recordar que, en decoración como en la vida, el verdadero estilo nace de la coherencia entre lo que se muestra y lo que se es.