Hablar de tendencias es hablar de moda cíclica, y a pesar de que muchos se mostraban reticentes cuando los expertos decían que la moda posterior al 2020 se parecería a la moda de los años veinte, debemos reconocer que (en parte), es cierto.
Ojo, no hay flappers por todas partes, pero el regreso a la opulencia está volviendo. Hay nuevos ricos que destacan por encima del estilo old money, y eso se muestra, como ocurre siempre, en la moda. Si no, que se lo digan a la tendencia Mod Wife.
Pero si hablamos de los años 20, tenemos que fijarnos en el contexto de la época. La Primera Guerra Mundial había acabado, pero eso no hizo que las mujeres volvieran a sus papeles de siempre (hogar y crianza). Es más, tanto se habían aficionado a participar activamente en el mundo exterior, que todo cambió.
El jazz era la música de la época, al igual que aficiones extrañas como bailar tango, charlestón o tomar el sol y nadar. Tal y como cuenta el libro Historia de la moda del siglo XVIII al siglo XX de la editorial Taschen, esto llevó a una nueva clase social (los nuevos ricos) a mezclarse con la clase adinerada de siempre, que dio una visión más vanguardista a la elegancia tradicional, haciendo que los ciclos de las tendencias fueran más cortos y que surgiera el estilo de los años 20, más conocido como el estilo flapper, el estilo garçon y la época dorada de la alta costura.
El estilo flapper, el favorito de la década
La imagen femenina cambió por completo. “Los peinados pasaron de complicados recogidos a un corte suelto, la falda se acortó del tobillo a la rodilla y todas las mujeres preferían un estilo mucho más juvenil y esbelto en contraposición a otro más maduro y voluminoso”, cuentan desde Taschen. Grosso modo, podríamos decir que las chicas empezaron a vestirse como los chicos.
Y aunque las garçonnes dieron mucho de qué hablar, todas conocen esta década por un estilo concreto que cautivó a las mujeres jóvenes: el flapper. Tal y como describe el libro que hemos mencionado, hasta la fecha, los vestidos eran largos y ceñidos. El estilo flapper trajo consigo vestidos rectos y sueltos que caían hasta las rodillas o un poco más abajo y que a menudo estaban decorados por adornos como flecos, cuentas y bordados.
Además, otra de las novedades de estos vestidos que los hizo únicos fue su talle bajo, que se colocaba alrededor de la cadera, creando una silueta más rectangular y menos femenina en comparación con las épocas anteriores.
En cuanto a las telas, la riqueza de las mismas destacaba por sí solas. Hablamos de telas livianas como la seda y el satén, que solían estar decorados con pedrería, lentejuelas y encajes. Los colores también tenían un discurso propio, ya que los había para todos los gustos: de nuestros como el negro, el blanco y el beige; hasta otros más vibrantes.
Chanel y la democratización del armario femenino
Si hay que mencionar a una ilustrada que se convirtió en todo un icono y que tuvo un papel decisivo en este nuevo aspecto de la moda femenina fue Cocó Chanel, pero no precisamente por crear grandes vestidos para bailar el charlestón, sino más bien porque fue la primera diseñadora en crear ropa cómoda y de línea simples con un aspecto chic para el armario de la mujer.
Ella le dio a las clases altas y a las familias adineradas de siempre un punto vital contrario en el que creer, puesto que produjo una ruptura con la opulenta y poco práctica elegancia de la Belle Époque que tomaba prestadas ideas de género de punto y formas de la indumentaria masculina para causar sensación.
Chanel creó el vestido de punto, los conjuntos de chaquetas y los pantalones estilo marinero, los vestidos pantalones para ir a la playa llamados pijamas de playa y la famosa prenda imprescindible en todo vestuario que a día de hoy cualquiera tiene, un sencillo vestido negro.
El objetivo de Chanel fue “representar en el estilo garçonne a la mujer independiente con una nueva ética de vestir y con un estilo que animaba a la mujer a vivir su propia vida de forma activa”, más que como simples adornos.
La época dorada de la alta costura
En los años 20 la moda no descansó. También fue la época dorada de la alta costura, donde muchos nombres incipientes en el mundo del diseño siguieron los pasos de su pionera: podríamos mencionar a Jean Patou, Elsa Schiaparelli, Edward Molineux o Lucien Lelong, que trabajaron denodadamente junto a las casas ya consolidadas como Paquin y Callot Soeur.
Al nombre de Chanel se sumó la arquitecta de la moda Madeleine Vionnet, llamada así por su técnica de cortar prendas a través de dibujos geométricos que dieron lugar al escote halter o el cuello tipo cogulla.