Todos hemos crecido con Tous como referente de la joyería en España”, sentencia Aura Garrido (Madrid, 1989). La actriz puede presumir, no solo de haber tenido piezas de la firma, sino de haberlas lucido en varios eventos. También de ser uno de los rostros del año. Y es que este 2024 la tendremos por partida triple: en la miniserie Invisible, que emitirá Disney +, en la serie Santuario (atresplayer) y en el reparto coral de la película Historias. Vayamos por partes.
Invisible trata el tema del bullying desde el punto de vista de la víctima (un niño de 12 años). Eso modifica un poco las reglas del juego. Es muy especial. De hecho, todos nos sensibilizamos bastante durante el rodaje. Queríamos mostrar cómo el niño construye una realidad a través de lo que le está sucediendo. Proyectos como estos son necesarios ya que, de alguna manera, cualquiera de nosotros ha asumido episodios semejantes en algún momento, interiorizándolos como parte de la vida, y no se ha parado a reflexionar demasiado sobre ellos. Hay que dar voz a estas historias y sus repercusiones, pero también hacer una autorreflexión acerca de lo que nosotros mismos hemos vivido.
El protagonista, viendo que nadie le ayuda, cree que ha desarrollado el poder de la invisibilidad. ¿Le gustaría a Aura Garrido ser invisible a veces? La invisibilidad no me parece un superpoder y creo que la serie te deja claro lo que implica realmente. A mí me interesa más la teletransportación, porque puedes irte de los lugares cuando te apetezca. Y porque siempre he sido un poco vaga para volver a casa (risas).
Es complicado pasar desapercibida con una profesión como la tuya. Llevo desde los 19 años siendo actriz. Para mí, lo extraordinario es tener un trabajo en una oficina de 8 a 17 porque no sé lo que es. Poder tomarte vacaciones todos los años en las mismas fechas... A mí eso me fascina. Tengo amigas con ese tipo de profesiones y siempre les estoy haciendo preguntas. Me encantaría poder ir a yoga todos los martes y no ser siempre la última que se apunta a los planes.
¿Qué hay entonces de la idea de que los actores sois unos privilegiados? Todo tiene su lado bueno y su lado malo. Soy consciente del privilegio que me toca, pero por formar parte de ese 5% que puede vivir de la interpretación. Mi padre es músico y yo crecí en un ambiente en el que los trabajos artísticos están normalizados. Eso me ha ayudado a ver que esto no es tan excepcional, y también a ser consciente de que no se te puede ir mucho la cabeza ni acomodarte pensando en que lo has conseguido. Empecé muy joven y pronto me di cuenta de que esta profesión te puede llevar a una falta de contacto con la realidad. No solo por sus características intrínsecas, sino porque cuando eres joven se llegan a confundir ciertas cosas. Para mí era importante no perder la perspectiva y continuar con los pies en el suelo. He tenido mucha suerte con las personas de mi alrededor, pero también he hecho mucha terapia.
En Santuario, serie basada en el podcast del mismo nombre de Manual Bartual y Carmen Pacheco, interpretas a una ingeniera experta en IA. Te habrás hecho un ‘doctorado’ sobre inteligencia artificial. No me siento muy capacitada para hablar de IA, aunque el debate me parece interesante. Estaría bien plantearnos, no la existencia de la herramienta en sí, sino qué dice de nosotros el usarla de determinada manera. Hasta dónde podemos llegar si no lo controlamos. Pero admito que la historia me encanta. Yo ya había tenido la suerte de participar en el podcast haciendo otro papel diferente y he visto cómo Manuel y Carmen pelearon para convertirlo en serie. No puedo estar más orgullosa.
Admirando las fotos de este reportaje, es obligado preguntarte si eres amante de las joyas. Va por temporadas. Me gustan mucho (“las llevo hasta en la cara”, dice señalando el septum de su nariz), pero no soy una persona de joyones. Para mí, las piezas atesoran una carga emocional, por eso tengo pocas y sencillas aunque muy significativas. Siempre están relacionadas con algo o alguien: conservo las joyitas que me regaló mi abuela cuando nací y alguna de mi madre o de mi tía, que ya murió.
¿Crees en el poder de las gemas? No en plan esotérico ni místico. Se puede decir que ni creo ni dejo de creer. Hay veces que llevo un cuarzo en el bolso, pero porque me lo regaló una amiga para que me diera suerte en una obra de teatro.
Sabemos que eres fan de la comida mexicana. Y seguro que hay por ahí más cosas que te saben a gloria. Últimamente me ha pasado una cosa divertidísima (creo que es la crisis de los ‘precuarenta’) y es que me he apuntado a ballet. ¡Como si tuviera 6 años! (risas). Lo practiqué de pequeña, pero hace mucho tiempo ya de eso. Soy un cuadro, me duele todo... y aun así me hace muy feliz. He descubierto que el cuerpo no tiene memoria para el ballet, pero las uñas de mis pies sí: ha sido empezar y volver a tener los pies destrozados. A lo mejor necesitas un break. Para leer y dormir, sí.
¿Eres muy lectora? Últimamente he leído tres libros que me han fascinado: La ternura, de Paula Ducay, Lo que hay, de Sara Torres y Carcoma, de Laia Martínez.
Todas mujeres. Hay una nueva generación de autoras españolas haciendo cosas superinteresantes. Igual pasa con las directoras. Estoy ávida de escuchar sus comentarios y ver su forma de rodar. Tienen mucho que contarnos.
Maquillaje y peluquería Miguel Ángel Tragacete(One-Off Artists) para Chanel y Kevin Murphy.
Realización Francesca Delibes.
Asistente de realización Piluca Valverde.
Asistente de fotografía Bosco García.
Manicura Nubia Janeth Soacha.