Rigoberta Bandini se preguntaba en su canción Ay mamá por qué le tenemos tanto miedo al pecho (de las mujeres, por descontado) y Eva Amaral mostró los suyos en el Festival Sonorama para reivindicar la naturalización de la desnudez. En plena oleada de destape en clave más Gloria Steinem que Benny Hill, Kim Kardashian lanzó unos sujetadores moldeados de Skims para marcar la forma de los pezones, los grandes enemigos de Instagram, cuya censura dio pie al movimiento #freetheniple en 2014.
No es casualidad que sea en este marco en el que triunfa la tendencia braless, una moda que, como explica Laura Opazo, autora de La moda es revolución, se ha viralizado como un acto de liberación de las normas sociales impuestas sobre el cuerpo femenino y como una afirmación de la comodidad y la autonomía de las mujeres sobre sus cuerpos. “Sin embargo, hay voces críticas que sugieren que la tendencia braless podría ser percibida como una forma de atención hacia el deseo masculino, en lugar de una expresión genuina de autonomía femenina. Esto depende mucho de la perspectiva individual y del contexto cultural de cada uno, pero también puede llevarnos a pensar si es más importante la intención o la interpretación del que mira”, explica. “En gran parte del mundo, mostrar los pezones femeninos es un desafío a las normas sociales (y digitales) que los censuran y una manifestación de la lucha por la igualdad de género y la libertad corporal, aceptando el cuerpo tal cual es, sin necesidad de ocultarlo. Visto así, la tendencia Free The Nipple supone todo un acto político y de activismo”, aclara.
Al hablar de la corriente braless, no podemos olvidar que quienes tienen un pecho generoso mirarán a esta tendencia con (comprensible) desconfianza, pues es bien sabido que la pasarela rara vez abraza a la voluptuosidad, como demuestran ciertas firmas. “Quien tiene un pecho generoso se siente más segura llevando sujetador. Es innegable que el bralette se lo pueden poner quienes lo tienen más pequeño. Este tipo de sujetador es más cómodo y estético a la hora de llevar las tendencias actuales”, aclara la experta en moda Leticia García. Hay que recordar también que cuando es una persona plus size la que apuesta por la moda braless entra en marcha la retórica gordófoba que asegura que quien supera el tallaje que imponen los cánones no se preocupa ni de su salud ni de su estética, funcionando en este caso la ausencia de sujetador no como una tendencia o un acto liberador, sino como un subrayador de ese dañino mito. La cantidad de vídeos que en TikTok cuentan con el hashtag #bigchestproblems (problemas de tener el pecho grande) demuestra además que esta moda tampoco es fácilmente adaptable para todas las siluetas.
Alberto Pérez Espadero, cirujano plástico y reconstructivo, explica que una duda recurrente en las consultas de la especialidad es si resulta vital llevar sujetador cuando no se tiene una talla excesivamente grande. “La lógica nos dice que cuanto más se estresa un tejido, más se expande. Esto es evidente en mujeres con el pecho grande pues, a mayor tamaño, más potente será el efecto de expansión. Si sometemos la piel a una presión determinada, esta irá cediendo. Lo que hace el sujetador es quitarle tensión a la piel, por lo tanto, es probable que caiga menos. Pero hay mujeres a las que no les gusta usar sujetador o incluso se operan para no llevarlo. Yo les digo que hagan lo que les parezca y disfruten de la vida. Si quieres llevar sujetador, será mejor para tu pecho (en el sentido de que no se caiga), pero si esto te supone una incomodidad grande, no lo hagas: si se cae, tiene solución”, señala. Nos quitamos un peso de encima… Pero no el sujetador de forma inmediata, porque el Dr. Carlos Gullón, cirujano plástico de la Clínica FEMM, es mucho más tajante. “No llevar sujetador tiene una consecuencia directa: el pecho se cae más. Depende del volumen mamario, que es el principal factor, unido a la consistencia de los tejidos de cada paciente. En general, no llevar sujetador es algo que debería reservarse a pacientes con poco pecho. A partir de una copa B, tendría que usarse si queremos mantenerlo bien posicionado”, asegura.
En el último desfile de Saint Laurent comprobamos que, de los 48 looks mostrados sobre la pasarela de la Semana de la Moda de París, 36 incluían transparencias con las que las modelos mostraban su pecho, una señal más de que la moda menos amiga de las tímidas (y de las pechugonas) no quedó relegada al confinamiento. Fue entonces cuando los medios se preguntaron incesantemente si nos hallábamos ante la muerte del sujetador, pues las ventas de esta prenda descendieron y muchas mujeres confesaron en redes haberse “liberado” de su uso al no tener que estar ya atentas a miradas externas. Los informes de la empresa de moda NPD Group señalan que las mujeres cada vez abogan por sujetadores más cómodos. Los datos, por ende, no indican el adiós a esta prenda, sino la primera vez en la historia que la moda realmente responde a las necesidades femeninas al abrazar el confort. Incluso Victoria 's Secret, la firma que hizo del push up su bandera, apuesta ahora por modelos sin aros en los que la comodidad es el nuevo sexy.
Alberto Pérez Espadero aclara que lo importante es recordar que los sujetadores no tienen que hacer daño. “Hay que elegir bien la talla y el modelo para ir completamente cómodas. La mayoría de las mujeres sigue teniendo sujetadores de la talla errónea y no sabe cuál les corresponde”, explica. El Dr. Carlos Gullón aclara además que los aros, por sí solos, no están contraindicados. “Eso sí, la copa debe ajustarse bien al volumen mamario y el contorno debe ser tal que permita sujeción adecuada, pero a la vez confort”, matiza. El abrazo de la naturalidad no solo queda patente en la moda, también en el universo estético, como explica Elisabeth Álvarez, CEO del centro de medicina estética Inout. “Lo cierto es que la tendencia actual es la naturalidad. De hecho, ahora se lleva el pecho más pequeño, con una caída natural. ¡Está tan de moda ir sin sujetador que se viralizan falsos pezones para que parezca que no lo llevas!”, señala.
Tengamos en cuenta que no existen estudios que demuestren una clara relación entre el uso del sujetador y la salud del busto, así como que la fugacidad de las tendencias de moda es tal que ya incluso conviven ambas opciones. De hecho, es posible ver a la actriz Florence Pugh lucir un vestido transparente sin sujetador al lado de una encorsetada Kylie Jenner sin que ninguna de las dos esté demodé, por lo que lo realmente liberador hoy es saber que darle la espalda a las tendencias resulta complicado… Tanto como no llevar sujetador teniendo talla elevada.