Si con la vuelta del low rise de los 2000 te llevaste las manos a la cabeza por el espanto de los recuerdos de la adolescencia pero ahora eres la primera en plantarte unos cargo de tiro bajo y tank toptenemos una noticia para ti: has caído en la trampa de Prada y sus tendencias. Porque absolutamente nada pasa por casualidad en el universo de la moda, y que te vayan a gustar los pantalones pitillo, tampoco.
La Semana de la Moda de Milán acoge grandes casas de la moda italiana y a pesar de la importancia de estas, si hay un nombre que en los últimos años no para de sonar por encima de todo el ruido es Prada. Con sus diseños adelantados a la tendencia nos convencen a todas de arriesgar con siluetas que veíamos imposibles de rescatar. Lo hicieron con los pantalones cargo, apostando por ellos cuando nadie lo hacía, y lo repitieron convirtiendo en hegemónica la camiseta olímpica o tank top blanca y esto es posible al trabajo creativo de las grandes mentes de la moda como la de Miuccia Prada y Raf Simons.
Una temporada más, una nueva inmersión en la reflexión sobre la realidad en un plano de ficción. Diseños sobre fondos negros que exploran la sensualidad y la delicadeza a través de la sastrería y formas que cobran vida con los gestos humanos de quienes los lucen.
Grietas intencionales, arrugas y pliegues naturales que se generan incluso en las prendas más ceñidas para huir de la artificialidad y perfección de la corriente bodyconque ajusta el cuerpo como una segunda piel para recuperar la humanidad que tanto hemos extrañado los últimos años de combustión.
Esta temporada de Prada es un gesto de reconciliación con lo que fuimos. El equilibrio entre el maximalismo más extremo y el minimalismo deportivo al que nos aferramos para sentirnos cómodos se traduce en un uniforme que transforma las camisas de smoking en monos completos de popelina en colores industriales.
Un Pantone compuesto por blanco óptico, azul clásico y gris piedra que se acompañan con accesorios en tonos pastel que exploran la polaridad entre el minimalismo más aséptico y lo cotidiano de la decoración funcional.
Después de enamorarnos de las siluetas wide, Prada nos tiende la mano para reconciliarnos con los pantalones pitillo que estilizan la silueta. En esta ocasión jugando con los volúmenes y una composición que sigue aceptando las hechuras oversize para mantenernos en contacto con la zona de confort de las últimas temporadas. Y si Prada lo dice, nosotras vamos a ir inmediatamente a rescatar nuestros tejanos skinny e incluso los pantalones sastre ceñidos para adoptar antes que nadie esta tendencia como buenas insiders fashionistas que somos, ¿o no amiga?