Te lo hemos dicho en miles de ocasiones: somos lo que comemos, pero ¿por qué? Es posible que te preguntes. Alberto Oliveras, nutricionista fundador del podcast The Crew 140 es claro: “Nuestro cuerpo es nuestro templo y dependiendo de cómo nos alimentemos, funcionaremos de una forma o de otra”.
Ya no hablamos de tener más o menos energía, un sistema inmunológico fuerte o sufrir insomnio, que también. Hablamos de los cambios hormonales que principalmente sufrimos las mujeres y de cómo nuestra alimentación influye en nuestra piel, y por ende, en el envejecimiento.
De esto mismo habla la especialista en dermofarmacia y nutrición Paula Martín Clares en su libro La salud de tu piel está en lo que comes. “Aunque no lo creamos, hay muchos alimentos que también van a dañarnos la piel. No solo tenemos que fijarnos en los alimentos saludables, sino también en evitar aquellos que la perjudican, ya sea deshidratándola como haciendo que pierda elasticidad, inflamándola, desarrollando dermatitis atópica, rosácea o aumentando los niveles de grasa que provocan acné”.
Qué alimentos dañan tu piel
Ambos expertos se ponen de acuerdo, señalando ciertos alimentos que deberías eliminar si buscas tener una piel radiante:
- El alcohol dificulta la limpieza de toxinas que actúan causando arrugas y brotes de acné, Además, deshidrata y su consumo tiene como resultado una piel seca y escamosa.
- Los alimentos procesados son grasas no saludables que suponen un gran riesgo para la salud y que deshidratan fomentando la aparición de arrugas
- La sal. Un exceso de sodio provoca una mayor retención de líquidos que también puede verse reflejada en la piel con bolsas y deshidratación.
- Los fritos. Todos sabemos que son perjudiciales porque aumentan el colesterol, pero también actúan apagando la piel y fomentando su flacidez, lo cual aumenta la aparición de arrugas.
- Los lácteos. A pesar de que hay controversia, el consumo de leche de vaca y quesos grasos puede repercutir en nuestra piel en forma de acné, exceso de estrógenos o inflamaciones cutáneas.
- Embutidos y carnes rojas. Puede agravar el riesgo cardiovascular, aumentar el colesterol malo o fomentar obesidad o diabetes, inflama la piel y está asociada con una producción excesiva de sebo y formación de acné.
- Harinas refinadas. Aumenta la inflamación de la piel y favorece el proceso de glicación, en la que el azúcar se adhiere al colágeno y como consecuencia, nuestra piel se ve más débil y hay riesgo de que aparezcan arrugas prematuras
- El marisco. Su gran cantidad de yodo provoca brotes de acné. Es uno de los alimentos más alérgenos que existen y pueden provocar hinchazón de labios, rojeces o eccemas en personas susceptibles.
- Comidas y bebidas azucaradas y carbonatadas. El azúcar de estas bebidas puede dañar la estructura del colágeno, clave para mantener una piel flexible, firme y joven.
- Salsas industriales y comidas picantes. El picante es muy inflamatorio, provocando que los vasos sanguíneos se dilaten y que en la piel más sensible puedan parecer brotes de acné, dermatitis atópica y rosácea.
Qué alimentos se recomiendan para una piel sana y radiante
Cada piel es única, y Martín y Oliveras insisten en algo importantísimo: tu piel necesita una atención personalizada. Lo que comemos es clave, aunque a eso también hay que sumarle una correcta hidratación y una higiene del sueño que permita que nuestra piel se regenere. No obstante, centrándonos solo en la alimentación, si buscas una piel luminosa y radiante, con ingredientes fáciles de incorporar a tus menús semanales, necesitas:
- El pescado azul porque es una fuente rica en omega tres que mantiene la piel hidratada, fuerte y flexible, reduciendo la inflamación.
- El té verde. Es una bebida con polifenoles, unos antioxidantes que protegen de los rayos del sol y reducen las irritaciones de la piel. Son antiinflamatorios, descongestivos y ralentizan las enzimas que provocan el envejecimiento.
- El aguacate porque es una gran fuente de vitamina E, C y A que ayuda a mantener la piel flexible, elástica e hidratada, protegiéndola al mismo tiempo del estrés oxidativo.
- Las nueces. Tienen un alto contenido de omega 3 y vitamina E. Además también contienen hierro, zinc, selenio, vitaminas y minerales que favorecen la salud de la piel.
- Las pipas de girasol. Son una fuente excelente de zinc y también aportan vitamina E que contribuye a la vitalidad cutánea.
- La soja. Es una legumbre que contiene isoflavonas que reducen las arrugas y dan elasticidad e hidratación.
- La cúrcuma, por su poder antiinflamatorio y antioxidante que es rico en fibra, hierro, magnesio y zinc.
- El brócoli. Está lleno de vitaminas y minerales importantes para la salud cutánea, incluidos el zinc, la vitamina A y la vitamina B. Además también protege a la piel del daño oxidativo.
- Los tomates. Son ricos en vitamina C y K y contienen carotenos importantes, antioxidantes que ayudan a prevenir el daño que ocasionan los rayos UVA.
- El chocolate negro porque contiene antioxidantes y además logra que la piel esté más hidratada y mejore su textura, reduciendo y preveniendo la aparición de arrugas.
Otros trucos para mantener una piel sin arrugas y de aspecto juvenil
Sabiendo qué alimentos deberías incluir en tu dieta (y cuáles no), también es necesario incorporar algunos hábitos para maximizar los beneficios:
- El orden lo es todo. Los expertos recomiendan mantener horarios regulares de comidas para evitar el desbalance nutricional y cubrir las necesidades fisiológicas del cuerpo.
- Incluye alimentos ricos en antioxidantes. Vitamina C, selenio y otros antioxidantes protegen la piel del estrés oxidativo, que favorece una apariencia saludable y reduce la formación de arrugas.
- Evita los picos de glucosa. El azúcar es veneno para tu piel porque favorece los procesos de glaciación, como ya hemos visto. “Limitar el consumo de azúcares y carbohidratos refinados evitará que la piel se debilite, por lo que se volverá más resistente al envejecimiento”, nos explica el creador del podcast The Crew 140.
- Personaliza tu alimentación según tus necesidades. Siempre. Adapta tu dieta a tus horarios, niveles de actividad y requerimientos específicos para asegurar que es sostenible y saludable a largo plazo.
- Reduce el consumo de alcohol y cafeína. Tienden a deshidratar y afectar la calidad de la piel, volviéndola más susceptible a las líneas finas y la pérdida de brillo.
- Fomenta una dieta antiinflamatoria. Ahora están en tendencia, pero fuera de las modas que no nos interesan nada, incluir frutas, verduras, legumbres y grasas saludables (aguacate, aceite de oliva) te ayudarán a reducir la inflamación sistémica y mantener la salud celular de la piel.