Hubo un tiempo en el que las horquillas eran objeto de vergüenza y se ocultaban estratégicamente bajo un mechón de pelo o de un lazo. De cuando únicamente servían para tapar algún estropicio capilar o sujetar un flequillo mal cortado sin que nadie se diera cuenta. Ironías de la vida, las horquillas ahora se muestran orgullosas en las cabelleras y sacan todo su ingenio en peinados nada aburridos.
José Miguel Gallardo, fundador de Tea Cut, aclara que actualmente, "las horquillas no solo ayudan a sujetar aquello que nos molesta, sino que hacen divertido cualquier peinado". Por eso, nos recomienda tenerlas en el botiquín de belleza, de diferentes tamaños y colores.
Arriba, en la galería, puedes inspirarte en algunas de sus propuestas. Asimismo, el equipo de estilismo de Tacha Beauty también nos ofrece cinco ideas para conjugarlas. Son buenos tiempos para las horquillas.