Muchos entendidos en la materia, aseguran que los poemas en castellano son de los más bonitos que hay. Nuestro país ha criado a grandes autores de poesía que seguro reconocerás. 

Si eres fan de la poesía seguro que ya tienes tu autor de lírica favorito, pero si no es así, hoy te taremos los más reconocidos de nuestra lengua y sus mejores poemas para que te adentres en el apasionante mundo de los versos y las rimas.

Los 10 mejores autores de poesía en español

Pablo Neruda (Chile, 1904-1973)

  • Obras destacadas: "Veinte poemas de amor y una canción desesperada", "Residencia en la tierra".

Federico García Lorca (España, 1898-1936)

  • Obras destacadas: "Romancero gitano", "Poeta en Nueva York".

Octavio Paz (México, 1914-1998)

  • Obras destacadas: "Piedra de sol", "Salamandra".

Gabriela Mistral (Chile, 1889-1957)

  • Obras destacadas: "Desolación", "Ternura".

Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1916)

  • Obras destacadas: "Azul...", "Prosas profanas y otros poemas".

Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1986)

  • Obras destacadas: "Fervor de Buenos Aires", "El otro, el mismo".

César Vallejo (Perú, 1892-1938)

  • Obras destacadas: "Los heraldos negros", "Trilce".

Antonio Machado (España, 1875-1939)

  • Obras destacadas: "Soledades", "Campos de Castilla".

Sor Juana Inés de la Cruz (México, 1648-1695)

  • Obras destacadas: "Inundación castálida", "El divino Narciso".

Mario Benedetti (Uruguay, 1920-2009)

  • Obras destacadas: "Poemas de la oficina", "Inventario".

El poeta más importante de España 

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Federico García Lorca nació en Vaqueros, Granada y es considerado el poeta español más influyente del siglo XX, por su importancia en la Generación del 27 que marcó la historia de la poesía en español. Murió fusilado por el régimen tan solo un mes más tarde del golpe de estado que provocó la Guerra Civil. 

Sus poemas destacados son: Poema del cante jondo (1921), Oda a Salvador Dalí (1926), Romancero Gitano (1928), Poeta en Nueva York (1930) o Sonetos de Amor Oscuro (1936)

10 poemas cortos que te marcarán

No importa la extensión de la lírica, si no la calidad literaria de sus palabras. Hay obras que por muy breve que sean son capaces de despertar en nosotros una gran cantidad de sentimientos que nos hacen. 

Estos poemas no suelen ocupar más de 3 o 4 párrafos y no sobrepasan los 15 versos. Aquí tienes una selección de 10 poemas cortos importantes en la literatura hispana que te marcarán.

"Poema 20" de Pablo Neruda

  • "Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: 'La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.'"

"Si tú me olvidas" de Pablo Neruda

  • "Quiero que sepas una cosa. Tú sabes cómo es esto: si miro la luna de cristal, la rama roja del lento otoño en mi ventana, si toco junto al fuego la impalpable ceniza o el arrugado cuerpo de la leña, todo me lleva a ti, como si todo lo que existe, aromas, luz, metales, fueran pequeños barcos que navegan hacia esas islas tuyas que me aguardan."

"Recuerdo infantil" de Antonio Machado

  • "Una tarde parda y fría de invierno. Los colegiales estudian. Monotonía de lluvia tras los cristales."

"La poesía es un arma cargada de futuro" de Gabriel Celaya

  • "Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más allá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas."

"Rima LIII (Volverán las oscuras golondrinas)" de Gustavo Adolfo Bécquer

  • "Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y, otra vez, con el ala a sus cristales, jugando llamarán."

"Caminante, no hay camino" de Antonio Machado

  • "Caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar."

"Yo no tengo soledad" de Gabriela Mistral

  • "Es la noche desamparo de las sierras hasta el mar. Pero yo, la que te estrecha, ¡yo no tengo soledad!"

"Los heraldos negros" de César Vallejo

  • "Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma... ¡Yo no sé!"

"Sonatina" de Rubén Darío

  • "La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color."

"Hombre pequeñito" de Alfonsina Storni

  • "Hombre pequeñito, hombre pequeñito, suelta a tu canario que quiere volar... Yo soy el canario, hombre pequeñito, déjame saltar."

10 poemas largos icónicos 

Si eres de los que prefiere una mayor cantidad de palabras donde poder encontrar un abanico más amplio de sentimientos y emociones, estos 10 poemas de autores reconocidos con una extensión mayor te permitirán sumergirte de lleno en el mundo de la lírica.

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"Veinte poemas de amor y una canción desesperada" de Pablo Neruda

  • Una de las colecciones de poesía más conocidas del siglo XX, donde Neruda explora el amor con una pasión y lirismo inigualables.

"Romancero gitano" de Federico García Lorca

  • Una obra que combina la tradición popular del romance con el simbolismo y el surrealismo, explorando temas como la identidad y la muerte.

"Piedra de sol" de Octavio Paz

  • Un poema largo en forma de espiral que explora el tiempo, el amor y la existencia, considerado una de las obras maestras de Paz.

"Poemas humanos" de César Vallejo

  • Una colección que refleja el sufrimiento y la esperanza humana con un estilo único e innovador.

"Canto general" de Pablo Neruda

  • Un vasto poema épico que abarca la historia y la naturaleza de América Latina, con un fuerte contenido social y político.

"Soledades. Galerías. Otros poemas" de Antonio Machado

  • Una colección que incluye algunos de los poemas más famosos de Machado, explorando la naturaleza, el tiempo y la reflexión personal.

"Azul..." de Rubén Darío

  • Considerada la obra fundacional del modernismo hispanoamericano, que mezcla poesía y prosa poética con una gran riqueza simbólica.

"Desolación" de Gabriela Mistral

  • Una obra que explora el dolor, la maternidad y la naturaleza con una profunda intensidad emocional.

"Fervor de Buenos Aires" de Jorge Luis Borges

  • La primera colección de poemas de Borges, que refleja su amor por Buenos Aires y su exploración del tiempo y la identidad.

"La voz a ti debida" de Pedro Salinas

  • Una obra que expresa el amor con una delicadeza y una profundidad inigualables, parte de la llamada Generación del 27.

 

Los poemas más bonitos en castellano 

Antonio Machado (1875-1939): es una de las figuras de la literatura española del sihlo XX más destacables gracias a su impecable poesía. 

La saeta

Dijo una voz popular:
«Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?»

Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos
siempre con sangre en las manos
siempre por desenclavar.
Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz.

Cantar de la tierra mía
que echa flores
al Jesús de la agonía
y es la fe de mis mayores
!Oh, no eres tú mi cantar
no puedo cantar, ni quiero
a este Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar!

Caminante no hay camino

I

Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.

XXIX

Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino:
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.

XLIV

Todo pasa y todo queda;
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.

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Pablo Neruda: Fue un poeta y político chileno que se considera de los más destacados artistas de su siglo.

"Me gusta cuando callas" 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,

y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.

Parece que los ojos se te hubieran volado

y parece que un beso te cerrara la boca.

 

Como todas las cosas están llenas de mi alma

emerges de las cosas, llena del alma mía.

Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,

y te pareces a la palabra melancolía.

 

Me gustas cuando callas y estás como distante.

Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.

Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:

Déjame que me calle con el silencio tuyo.

 

Déjame que te hable también con tu silencio

claro como una lámpara, simple como un anillo.

Eres como la noche, callada y constelada.

Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.

Distante y dolorosa como si hubieras muerto.

Una palabra entonces, una sonrisa bastan.

Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Gustavo Adolfo Bécquer

"Rima XXI”

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul.

¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?

Poesía... eres tú.

José de Espronceda

"La canción del pirata" 

Con diez cañones por banda,

viento en popa, a toda vela,

no corta el mar, sino vuela

un velero bergantín.

Bajel pirata que llaman,

por su bravura, el Temido,

en todo mar conocido

del uno al otro confín.

 

La luna en el mar riela,

en la lona gime el viento,

y alza en blando movimiento

olas de plata y azul;

y ve el capitán pirata,

cantando alegre en la popa,

Asia a un lado, al otro Europa,

y allá a su frente Estambul:

 

- "Navega, velero mío,

sin temor,

que ni enemigo navío,

ni tormenta, ni bonanza

tu rumbo a torcer alcanza,

ni a sujetar tu valor.

 

Veinte presas

hemos hecho

a despecho

del inglés,

y han rendido

sus pendones

cien naciones

a mis pies.

 

Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria, la mar.

 

Allá muevan feroz guerra

ciegos reyes

por un palmo más de tierra;

que yo tengo aquí por mío

cuanto abarca el mar bravío,

a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa,

sea cualquiera,

ni bandera

de esplendor,

que no sienta

mi derecho

y dé pecho

a mi valor.

 

Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria, la mar.

 

A la voz de "¡barco viene!"

es de ver

cómo vira y se previene

a todo trapo a escapar;

que yo soy el rey del mar,

y mi furia es de temer.

 

En las presas

yo divido

lo cogido

por igual;

sólo quiero

por riqueza

la belleza

sin rival.

 

Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria, la mar.

¡Sentenciado estoy a muerte!

Yo me río;

no me abandone la suerte,

y al mismo que me condena,

colgaré de alguna entena,

quizá en su propio navío.

 

Y si caigo,

¿qué es la vida?

Por perdida

ya la di,

cuando el yugo

del esclavo,

como un bravo,

sacudí.

 

Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria, la mar.

 

Son mi música mejor

aquilones,

el estrépito y temblor

de los cables sacudidos,

del negro mar los bramidos,

y el rugir de mis cañones.

 

Y del trueno

al son violento,

y del viento

al rebramar,

yo me duermo

sosegado,

arrullado

por el mar.

 

Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria, la mar."

Blas de Otero

"Pido la paz y la palabra" 

Pido la paz y la palabra.

Escribo

en defensa del reino

del hombre y su justicia. Pido

la paz y la palabra.

 

He dicho

"silencio",

"sombra",

"vacío", etcétera.

 

Digo

"del hombre y su justicia",

"maravillosa palabra",

"vida",

"paz",

"mañana".

 

Escribo

hablando con voz alta,

bajo la voz, escribo,

escribo en defensa

del reino del hombre y su justicia. Pido

la paz y la palabra.

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Rubén Darío 

"Canción de otoño en primavera" 

Juventud, divino tesoro,

¡ya te vas para no volver!

Cuando quiero llorar, no lloro,

y a veces lloro sin querer...

 

Plural ha sido la celeste

historia de mi corazón.

Era una dulce niña, en este

mundo de duelo y aflicción.

 

Miraba como el alba pura;

sonreía como una flor.

Era su cabellera oscura

hecha de noche y de dolor.

 

Yo era tímido como un niño.

Ella, naturalmente, fue,

para mí, amor hecho de armiño,

Herodías y Salomé...

 

Juventud, divino tesoro,

¡ya te vas para no volver!

Cuando quiero llorar, no lloro,

y a veces lloro sin querer...

 

Y más consoladora y más

halagadora y expresiva,

la otra fue más sensitiva,

cual no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura

una pasión violenta unía.

En un peplo de gasa pura

una bacante se envolvía...

 

En brazos de la gentil moza

volé una tarde hasta el palacio

de la amada, desde la odiosa

felicidad del moderno espacio.

 

Y entonces, de la que el oro,

brilló en sus brazos el tesoro.

Juventud, divino tesoro,

¡ya te vas para no volver!

Cuando quiero llorar, no lloro,

y a veces lloro sin querer...

 

Otra juzgó que era mi boca

el dulce fruto de la hombría,

y fue su amor sobre la roca

como el único que brilla.

 

Por eso, porque con sus flores,

mi alma de afectos cultiva,

a veces habla en los rumores

del niño y el infante oliva.

 

Aún en la tarde sollozante,

solloza el castaño florido,

con voz tan dulce y tan vibrante

como el anillo de un amor herido.

Juventud, divino tesoro,

¡ya te vas para no volver!

Cuando quiero llorar, no lloro,

y a veces lloro sin querer...

 

Y las demás en tantas tierras,

todas las amadas, ¡cuántas!,

me han dejado de amor las huellas

de los besos que llevo en el alma.

 

Pero, en vano, busqué la sombra

del primer amor; siempre mía

fue la ilusión que en torno al alba

resplandece, y que ya se envía.

 

Caminante, peregrino, vieja

vía de sombra y de luz,

he perdido la fértil maleza

y el laurel de la juventud.

 

¡Divino tesoro! -me dijo-

¡Ya te vas para no volver!

Cuando quiero llorar, no lloro,

y a veces lloro sin querer...

 

Y la otra... La otra que me enseñó

el secreto de sus dulzuras,

una tarde, triste y morena,

en su seno, a suspirar, la adoré.

 

Y me hizo el destino tan cruel

que no pude dejar de amar,

y a pesar de mis rezos,

en sus brazos, la amé.

 

¡Juventud, divino tesoro,

ya te vas para no volver!

Cuando quiero llorar, no lloro,

y a veces lloro sin querer...

Rafael Alberti

"Se equivocó la paloma" 

Se equivocó la paloma.

Se equivocaba.

 

Por ir al norte, fue al sur.

Creyó que el trigo era agua.

Se equivocaba.

 

Creyó que el mar era el cielo;

que la noche, la mañana.

Se equivocaba.

 

Que las estrellas, rocío;

que la calor, la nevada.

Se equivocaba.

 

Que tu falda era tu blusa;

que tu corazón, su casa.

Se equivocaba.

 

(Ella se durmió en la orilla.

Tú, en la cumbre de una rama.)

Miguel Hernández representa esa lucha constante entre el bien y el mal en la que se encuentra la humanidad siempre. Por eso sus poemas, como este que podrás leer a continuación, llegan siempre hasta lo más profundo.

‘Vals de los enamorados’

No salieron jamás
del vergel del abrazo.
Y ante el rojo rosal
de los besos rodaron.

Huracanes quisieron
con rencor separarlos.
Y las hachas tajantes
y los rígidos rayos.

Aumentaron la tierra
de las pálidas manos.
Precipicios midieron,
por el viento impulsados
entre bocas deshechas.
Recorrieron naufragios,
cada vez más profundos
en sus cuerpos sus brazos.

Perseguidos, hundidos
por un gran desamparo
de recuerdos y lunas
de noviembres y marzos,