Hay series que ves por entretenimiento. Y luego hay otras que se viven de una forma muy intensa y se devoran con los cinco sentidos. Sinceramente, a mí no me importa que una serie sea larga o tenga muchas temporadas siempre y cuando esté bien hecha, y ahora que se acerca Semana Santa, creo que es buen momento para recomendar una de las mejores series de todos los tiempos.
Netflix
Quizás sepas de qué estoy hablando si te digo que se escucha con la voz de Nick Cave, huele a whisky, y la sentirás como una explosión de rabia contenida con fondo de pólvora. Es más, también me atrevería a decir que esta serie se ve como si cada fotograma fuera una edición especial de Vogue: ‘Gangsters & Glamour’.
Lo más importante es que se queda contigo como una obsesión. Si no, que se lo digan a mi amiga María, que la está volviendo a ver con su compañero de piso, y cada capítulo es una autoafirmación de que no nos importaría vivir en el mundo Shelby.
¿De qué va ‘Peaky Blinders’?
Inglaterra. Año 1919. Europa tiembla en las secuelas de la Gran Guerra. Las fábricas humean, los trenes chillan, las cicatrices de la batalla no solo se ven: se respiran. Y entre ese humo sucio y desesperación social, emergen ellos: los Peaky Blinders, una banda criminal con trajes impecables, cuchillas escondidas en las gorras y ambición desbordada.
A la cabeza de todo, Thomas Shelby. El alma. El cerebro. El trauma hecho carne. Un excombatiente con mirada de hielo que quiere más. Más dinero. Más respeto. Más control. Más historia.
A su lado, los Shelby: Arthur, el hermano mayor con violencia en la sangre; Polly, la matriarca, una bruja elegante con instinto afilado; Ada, la hermana rebelde; John, el hermano pequeño que aún cree que hay bondad en la vida. Juntos, forman la familia más disfuncional, magnética y carismática de la televisión reciente.
Pero lo importante no es solo lo que hacen. Es cómo lo hacen. Porque en ‘Peaky Blinders’, hasta encender un cigarro parece una declaración política.
Reparto: este casting no fue casualidad, fue alquimia
- Cillian Murphy como Tommy Shelby. No es solo que lo interprete. Es que es Tommy. Cada frase, cada gesto, cada silencio, está hecho de dolor, cálculo y una elegancia casi insoportable. Su voz grave, sus ojos huecos y su postura corporal han creado uno de los personajes más icónicos de la ficción británica. ¿Exagero? Nada. A la reina Isabel le encantaba la serie. Literal.
- Helen McCrory como Polly Gray. La gran, grandísima Helen. Su Polly fue bruja, madre, jefa, vidente, estratega. Una mujer de fuego en un mundo de hombres que se creían hierro. Imposible no llorar su pérdida (en pantalla y fuera de ella).
- Paul Anderson como Arthur Shelby. La ira pura con corazón partido. Un hombre que vive al borde, que ama como si fuera a romperse, que grita como si estuviera pidiendo ayuda.
- Tom Hardy como Alfie Solomons. Imagina a Shakespeare convertido en panadero mafioso. Y dale la lengua de Tom Hardy. El resultado es Alfie: una joya caótica y maravillosa que robó cada escena en la que apareció.
Y luego vinieron Anya Taylor-Joy, Sam Claflin, Adrien Brody, Stephen Graham... una constelación de talento que elevó aún más este universo que Steven Knight (el creador) convirtió en religión.
¿Por qué deberías verla?
- Porque cada episodio es un videoclip de rock gótico victoriano. La estética es hipnótica. Humo, sangre, barro, whisky, oro. Los trajes de los Shelby se han convertido en referencia de moda. La iluminación es puro cine.
- Porque la música es un personaje más. Nick Cave, Arctic Monkeys, PJ Harvey, Radiohead, Jack White... Aunque estemos en 1920, la banda sonora es ferozmente moderna. Y funciona. Funciona tan bien que no quieres que pare nunca.
- Porque es Shakespeare con cuchillas. Aquí se habla en verso sin rimar. El guion es poesía de guerra. Los silencios pesan más que las palabras. Y la violencia no es gratuita: es casi existencial.
- Porque Tommy Shelby es un personaje que lo tiene TODO. Poder, dolor, carisma, contradicciones. Es líder, villano, héroe, víctima. Y aún así, queremos que gane. Siempre. Aunque no sepamos por qué.
- Porque redefine lo que entendemos por masculinidad (y lo destruye con estilo). En un mundo de hombres que gritan y golpean, ‘Peaky Blinders’ muestra que la fragilidad, el amor y el miedo también caben en el crimen organizado. Y que las mujeres no solo están a la altura: muchas veces las superan.
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¿Dónde puedes ver ‘Peaky Blinders’?
En Netflix, las seis temporadas completas. Te lo advierto: es adictiva. Y merece verla con la misma atención que le pondrías a una reunión importante o a una primera cita. Es por eso que sí, a mí semana santa me parece un espacio temporal perfecto.
‘Peaky Blinders’ no es solo una serie: es una declaración de intenciones
Ahora bien, quiero dejar claro que esta serie te gustará si amas las historias que sangran poder y belleza. Si te gustan los personajes que no te piden que los quieras, pero lo consiguen. Si te gusta que el amor sea violento, la venganza poética, y el crimen una forma de arte trágica.
Y te gustará, sobre todo, si estás buscando una serie que te recuerde que lo oscuro también puede ser hermoso.