Lo bonitas que son esas sandalias que te quieres comprar es directamente proporcional a la probabilidad de que te hagan rozadura. Por eso, cuando llevas tiempo detrás de esos zapatos preciosos que te acabas comprando, los estrenas y te destrozan los pies, hay algo en tu corazón que se rompe.
Así que, no hemos parado hasta dar con los trucos de experta que solucionen este problemón tan común en verano. Por eso, antes de deshacerte de esas sandalias, dales una segunda oportunidad con alguno de estos truquitos, buenos, bonitos y baratos.
Me rozan los zapatos, ¿qué hago?
Si tienes unos zapatos de que te rozan, exiten trucos fáciles para darlos un poco de sí. La experta Bego La Ordenatriz, en su libro Limpieza, orden y felicidad, insisten en probar alguna de estas soluciones antes de darte por vencida:
- Aplica alcohol por dentro del zapato en las zonas donde te molesta y llevarlo puesto dentro de casa, todo el tiempo que sea posible (una hora o dos) para que tu propio pie sea el que le dé forma. Repite el proceso durante varios días.
- Otra opción es llenar una bolsa de congelados con agua y meterla dentro del zapato, dándole la forma del pie. A continuación, introduce el zapato dentro de la otra bolsa y déjalo en el congelador tres días. Así, el agua, al congelarse, hará que la bolsa aumente de tamaño y dará de sí el zapato. Esta solución es bastante agresiva con el tejido del calzado, así que, asegúrate de hidratarlo bien con betún o crema Nivea antes de meterlo en el congelador.
“Si a pesar de todo, los zapatos siguen haciéndote daño, no lo dudes ni un segundo y sácalos de tu casa”, comenta la creadora de contenido. Entonces sí, regálalos, dónalos, véndelos o haz lo que consideres conveniente, “pero evita acumular calzado que no te vas a poner porque te hace daño. Me lo agradecerás”, concluye.
Tip para que no te duela estrenar unas sandalias nuevas
- Productos antirozaduras. Algunos dirán que es hacer trampas, nosotras estamos seguras de que serán tu mejor aliado. Prueba bálsamos protectores antifricción para los pies en formato stick o parches que formen una película protectora que haga que tu zapato no te roce.
- Crema Nivea. Lo hemos mencionado anteriormente, pero por si ha pasado desapercibido, ten en cuenta que la crema Nivea es un remedio de abuela que funciona (y mejor de lo que crees).
- Polvos de talco. ¿Sabes por qué se forman ampollas y rozaduras? Generalmente por el sudor. Para solventar esta problemática (que en verano es bastante común), apuesta por aplicar polvos de talco sobre la planta del pie, entre los dedos y en el empeine antes de salir de casa.
- Crema de pies. Es la gran olvidada, e incluso odiada por muchos. Sin embargo, los expertos recuerdan que una piel hidratada es una piel fuerte. Si vas a apostar por una, nuestro consejo es que escojas una que contenga, como mínimo, un 40% o 60% de urea. Son las más eficaces.
- Pedicuras. Sandalias de pala, mules, zuecos… Y tú con esos talones. Ojo, no es ninguna queja, yo soy la primera que lo deja pasar, por eso, insistimos: hazte la pedicura, para tener unos pies bonitos, sin durezas (y sin uñas como garras). Pintarte las uñas de los pies o no ya es secundario.
- Esparadrapo para prevenir. Ya sabes lo que dicen, más vale prevenir que curar. A veces, más sabiendo que las sandalias rozan, es conveniente ahorrarnos un posible mal trago cubriendo las zonas más problemáticas con esparadrapo.
- Tiempo en casa. Si te has comprado unas sandalias para una ocasión especial, ya sea una boda, un evento o un festival, no seas tonta, y hazlas manejables en tu casa. Que se conviertan en tus zapatillas de estar por casa. Nos lo agradecerás.
- Amiga, que nos conocemos. Si sabes ya a ciencia cierta que son unas sandalias que te van a dar quebraderos de cabeza, no te las compres y apuesta por otras tendencias de verano como el lino.