Las bombers más combinables que han enamorado a las danesas: son versátiles, juveniles y muy originales

Algo especial sucede cuando te pones una bomber. Quizás estás pensando en que eres una Lady Pink de Grease, quizás te da un rollo a chica quarterback, o quizás solo estás pensando en lo cómoda y práctica que es. Sea como fuere, tenemos buenas noticias, porque las chaquetas bomber vuelven a estar de moda. 

Son un tipo de chaqueta que combina con todo. Podrás llevarla con vaqueros, con faldas cortas de tablas que saquen tu lado más preppy, o incluso sobre vestidos si lo que buscas es un aire diferente y actual. Sin embargo, lo que impresiona de esta chaqueta es su historia y evolución hasta hoy, 

La chaqueta favorita de las Guerras

Como pasa con el nacimiento de muchas otras prendas con fines utilitarios (la gabardina es el ejemplo perfecto), la bomber tiene su origen en el mundo militar, y más concretamente, en el mundo de la aviación.

La bomber se diseñó originalmente como una prenda para los pilotos de combate de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial. Estas chaquetas estaban hechas de cuero o tela resistente, con puños y cintura elásticos para proporcionar un ajuste ceñido y evitar que el viento y el frío penetraran en la cabina de la aeronave.

Además, solían tener forros interiores para mantener a los pilotos abrigados en las altitudes elevadas y bajas temperaturas de vuelo.

En la década de 1920, comenzó a ganar popularidad fuera del ámbito militar. Las películas y los héroes de la aviación contribuyeron a su creciente fama. No obstante, todavía le quedaban guerras que luchar, y durante la Segunda Guerra Mundial fue cuando se consolidó como un icono cultural.

La bomber pasó a formar parte del uniforme de los pilotos de la Fuerza Aérea y se adornó con diversos parches, insignias y emblemas para representar los logros y hazañas de cada piloto. Después de la guerra, las chaquetas bomber se convirtieron en un símbolo de la valentía y la tenacidad de los pilotos, y su estilo comenzó a influir en la moda cotidiana. Sobre todo, cuando llegó al cine.

La bomber en el cine

Su punto álgido fue cuando Steve McQueen protagonizó la película Cazador a sueldo (1980), demostrando que más allá de las tribus urbanas que ya habíamos visto en Wide Side Story o Fiebre del sábado noche, la cazadora estaba hecha para los tipos duros y valientes.

Sin embargo, era tan versátil que las chicas pronto demandaron su protagonismo, consiguiéndolo con las Pink Ladies en la película de Grease.

No había grupo social que no conquistara, porque a pesar de ser considerada una prenda ruda para chicos duros, tiempo después, se introdujo en el estilo preppy, catalógandose como un básico pijo para familias acaudaladas y quarterbacks en deportes como el fútbol americano o el rugby. 

Ahí empezó una nueva era, la de los chicos quarterbacks y la de las novias y novios de los quarterbacks. Riverdale, High School Musical, Gossip Girl... Y cualquier serie adolescente que tengas en mente. La bomber se convirtió en un objeto de deseo, en un icono perteneciente a una élite que, a día de hoy, sigue estando vigente de forma invisible. Nadie lo ha dicho, pero todo el mundo lo sabe.

Cómo llevar una bomber hoy en día

Formas hay muchas, pero la mejor opción es no complicarse la vida.

• Puedes llevarla con vaqueros, shorts o bermudas si lo que buscas es comodidad por encima de cualquier cosa. 
• Bombers cortas sobre faldas de tablas, ya sean largas o cortas, para un resultado preppy y pijo que triunfe allá donde vayas. Además, este tipo de chaquetas hará que tus piernas se vean kilométricas. 
• También puedes llevarlas sobre vestidos femeninoso estampados.

Ten en cuenta que es una chaqueta muy ponible y versátil que, además, tiene mil modelos disponibles que resultan muy originales. 

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