Semana de la moda de Madrid: La tercera jornada se llena de color con Odette Álvarez y Claro Couture

La nueva línea de Fernando Claro, ahora CLARO Couture, tiene como título DARE y se basa en la magia de combinar piezas de alta costura con otras ready to wear

Las piezas protagonistas se han teñido en color verde. Un tono que ha aparecido en diferentes propuestas en diferentes gamas del esmeralda, más claros y más intensos.

La mujer, para Claro Couture, es elegante y viste con vestidos de silueta lápiz, estructuras en 3D y trajes armados.

Una de las sorpresas de la colección, además de las botas shiny, ha sido aparición de Marta López Álamo entre el casting de modelos del desfile. 

El diseñador ha presentado una de sus colecciones más potentes esta temporada donde los protagonistas han sido las lentejuelas, los colores vitamina, los detalle de animal print en leopado y los puffers XXL.

La diseñadora ha apostado por los colores vivos y ha presentado únicamente siete corsés deportivos para afianzar su discurso por una moda más sostenible.

Maya Hansen ha sorprendido en la tercera jornada de las Semana de la Moda madrileña con una reinvención de la mujer poderosa, sacada de un cómic con diseños que interpretan la reutilización de los materiales.

El estilo 'Miércoles Addams' se ha colado en las líneas de la firma.

Las hombreras en los trajes de noche recuperan su protagonismo. Ideales y con faldas fluidas.

Los volúmenes para la noche se convierten en una fantasía tridimensional.

Esta americana tan especial tiene un patrón oversize y está adornada con pailletes de tamaño extragrande en tono azul y negro. Es una forma de jugar con el volumen y el movimiento en la prenda.

El color también ha tenido cabida en la colección y lo ha hecho a través de los tejidos brillantes. Este vestido con corte esmoquin combina varios tonos de colores con acabado metálico.

Este conjunto combina el tejido negro con el que se confecciona un pantalón y un top de escote asimétrico con una larga capa, con una estructura metálica dorada que decora la parte superior del cuerpo de la modelo.

Los lazos siempre han estado presente en las colecciones del creador y ahora que son tendencia les da un lugar protagonista. Este vestido combina dos siluetas completamente opuestas y se decora con una gran lazo en la cabeza.

Encinar se recrea en las formas más barrocas, pero con mucho gusto. Sobre un sencillo vestido negro coloca una llamativo volante amarillo, creado en tafetán, a la altura de la cadera. Un detalle que destaca la silueta femenina de quien lo viste.

La exageración se abre paso en este diseño de base neutra al que se le añaden dos lazos gigantes sobre las mangas en rosa empolvado, un color que ha estado muy presente a lo largo de las colecciones del diseñador.

Esta pieza se elabora en un tejido completamente cubierto de lentejuelas verdes a el que se añade detalles en contraste en la cintura y sobre los hombros.

El escote corazón ha sido una de las propuestas más sexies de la colección. Esta prenda se ha creado en un tejido muy especial de lentejuelas con adornos de plumas.

Una de las características presentes en la colección ha sido el contraste de tejidos. Aquí vemos un corsé con un material más rígido y una falda más favorosa.

La flores también han tenido cabida en las propuestas de este diseñador. En un juego a tres colores el rojo ha roto el binomio universalmente ligado a la elegancia. El estampado se ha crerado en una fondo blanco y en otro negro para confeccionar una falda midi de paneles.

Los detalles muy femeninos han sido siempre una de las señas de identidad del creador. Los grandes lazos, que ahora son tendencia, adornan escotes pronunciaos como el de este vaporoso vestido.

El atrevimiento en cuanto al contraste de colores ha estado presente en esta propuesta de encaje rojo, con el que se ha realizado un vestido de corte asimétrico. Sobre la falda un voluminoso adorno en tafetán de color rosa fucsia.

Las desfiles de Andrés Sardá siempre cuentan con alguna invitada entre el casting de modelos. En este caso ha sido la influencer Dulceida. 

La creadora de contenido ha llevado un vestido blanco de corte futurista que se ajustaba a su cuerpo. El escote Bardot y los cut outs a la altura de la cadera hacían en diseño una pieza muy sexy que la catalana ha sabido defender ante los asistentes.

Nuria Sardá sigue la tradición de su padre de dividir los desfiles en varias secciones. En esta edición la fantasía y el espacio estelar han sido una de las estéticas protagonistas. En esta pieza ha sido protagonista el tejido, un lúrex plateado que con el movimiento hacía aguas y dibujaba luces y sombras.

Y en contraste con algunas de las propuestas, la diseñadora ha incluido otras basadas en un estilo mucho más tradicional. El estampado de cuadros, muy asociado al estilo inglés, ha protagonizado muchas de las propuestas. 

Esta, en concreto, convierte un tejido propio de americanas en falda y top, combinándolo con sensuales transparencias. El toque más clásico se lo ha dado la boina. 

La diseñadora fue una de las primeras creadoras que apostó por la felpa como tejido de calle y es que el juego de texturas y tejidos es algo que caracteriza a la marca. En este look vemos como mezcla la tela satinada del vestido palabra de honor, que se sujeta al cuerpo mediante una goma, con las lentejuelas que forman la gran flor que lo decora.

Las faldas y vestidos globo se recuperan de la década de 2010, una época que parece estar fascinando de nuevo a los creadores. Este vestido se ha diseñado con un alegre estampado que combina un tono coral de fondo sobre el que se dibujan flores amarillas.

En contraste, las medias en un profundo azul. Cabe destacar que los tocados están elaborados con los frascos de los perfumes de la marca.

Lentejuelas, cuero, rasos, puntos, sargas,... Los tejidos se mezclan entre sí para dar volumen y aportar carácter a sus prendas. En sus mangas largas y rectas, algunas con aberturas, encontramos patrones griegos que se modernizan para un aire súper actual.

Un vestido con silueta globo de corte midi y tejido metalizado. El cuerpo está diseñado con cuello a la caja y manga larga.

La vaporosidad de este vestido se consigue con patrones muy ligeros que ponen capas de tejidos una sobre la otra, La capa inferior se remata con un detalle de encaje negro.

La camisa más Helbig (y por tanto, muy Bolena) es una blanca con los cuellos de aquella época y con la actualidad de que ha de llevarse con una falda de cuero y tachuelas. Prendas femeninas, con picardía y un toque rebelde.

Las minifaldas se cruzaban con otras opciones midi, fluidas y más vaporosas en piezas de tul, gasa y encaje. Helbig ha apostado por transparencias más sutiles y elegantes.

El silencioso vuelo de una mariposa, su hipnótica belleza y la espléndida combinación de colores que se compone en sus preciosas alas es sobre lo que gira toda la colecciñon de Odette Álvarez. El marfil y el negro han sido los colores más vistos durante el desfile. También propone piezas en tono fucsia, azul eléctrico y estampados multicolor. 

Ha presentado sus emblemáticas prendas de abrigo joya, que ahora cobran grandes volúmenes en mangas y fluyen hasta el suelo para abrigar a otras piezas interiores muy ceñidas al cuerpo como el legging.

Además de predominar las lentejuelas, flecos y cristales incrustados, seña de identidad de la firma, también hemos visto otros muchos materiales. Destacan los ornamentados con lurex y brocados; los paños en tonos vibrantes; los tafetanes con prints geométricos y de flores abstractas; los acolchados acharolados y mate y los terciopelos decorados con microcristales y perlas. 

La colección Tempore está compuesta de 25 looks que está en continuo movimiento en tres tiempos, tres fases y tres composiciones.

Fely Campo ha mostrado una mujer muy sensual

Las primeras siluetas del día con tejidos de paño y el tweed en colores cálidos dejaron a su paso tonos más fuertes como el magenta y el granate en piezas de mucho volumen pero entalladas al mismo tiempo.

Y la tercera parte dentro de la colección es la de noche y más seductora que nunca. Un armario súper femenino con un giro hacia los contrastes absolutos que llegan con la caída del sol donde los volúmenes se teatralizan.