Quedamos con Inés Hernand -su perfil de LinkedIn tendría que ocupar mil hojas, porque es presentadora, comunicadora, abogada y ante todo, icono -antes de los Premios Ídolo, los galardones creados por Dulceida que premian cada año a los creadores de contenido digitales, en los que está nominada en la categoría “conciencia social” (y que por cierto, ya sabemos que ha ganado). La acompañamos durante su ‘getting ready’ y sí, lo sabemos: no es original entrevistar a una figura conocida mientras se maquilla y prepara para un evento, pero con Hernand de por medio, “original” se nos antoja insuficiente.
Nos recibe con una camiseta que reza ‘Ir al psiquiatra es sexy’, pone Nino Bravo de banda sonora y se lanza sobre el brownie que le espera como bienvenida en la habitación de hotel. “¿Cómo voy a decir que no a un brownie?”, dice segundos antes de sacar de la maleta un camisón satinado negro de Calvin Klein. “Es fuerte que me haya traído un camisón para que ponérmelo mientras me maquillan, ¿eh?”, dice entre risas.
Para la gala ha apostado por un vestido ‘custom made’ de Álvaro Calafat, que está también en la habitación. Si decimos “también” es porque llega un momento en el que nos juntamos más de 13 personas en la estancia.
“Nos profesamos un inmenso amor profesional mutuo. Álvaro me escribió para comentar que quería vestirme y se puso en contacto con mi estilista, Raúl”, explica ante la atenta mirada del diseñador, que confiesa que en muchas ocasiones, diversos nombres conocidos le piden diseños ‘custom made’ a los que dice que no en un ejercicio de asertividad en el que sus valores están siempre presentes.
Vestido de Álvaro Calafat.
“Álvaro tiene mucha decencia profesional. Le definen más sus noes que sus síes”, dice Hernand emocionada. Le pregunta cómo ha de hablar de su look cuando le pregunten en la alfombra roja, y Calafat, que explica que la inspiración es la de una femme fatal o la de una villana Disney, le pregunta cómo se definiría a sí misma.
“Diría que soy una persona maravillosa, como diría Toñi Moreno. Soy irreverente, contestataria y buena persona, por qué no decirlo”, comenta Inés, que valora que el diseñador necesite que aquellas a quienes visite tengan una identidad estética definida.
“Él no pierde la trazabilidad de su trabajo: está con el taller y con el cliente. Me identifico con él a nivel nivel moda y a nivel estético, y creo que representa perfectamente a las nuevas generaciones de diseñadores jóvenes. Me gusta que tenga un posicionamiento y una definición de identidad personal, así como que tenga sus valores muy definidos. Me encanta que sea tan consciente del privilegio que en este momento tiene”, asegura.
Tus looks son pretendida y orgullosamente disidentes. ¿Cuál es tu relación con la moda?
Mi relación con la moda es política y un poco por casualidad. Gracias a contar con el maravilloso equipo con el que trabajo desde el primer día, compuesto por Raúl Rodríguez e Ismael Bachiller, hemos podido ir definiendo la línea en la que nos sentimos más representados. La moda y la estética no son algo que tengan que estar sólo vinculados a algo personal de cada uno, sino que están en continua evolución, como creo que tiene que pasar con los pensamientos e ideas.
¿Os es fácil lograr looks de todas las firmas o hay que ser Dulceida para que te dejen ropa?
Me imagino que a Dulceida le dejarán más ropa de la que me dejan a mí, pero estamos orgullosos de poder vestir de los diseñadores y diseñadoras que representamos, como el look de hoy, que es de Álvaro Calafat, que es un referente. Tenemos una larga lista de gente que tiene mucho talento y que está deseando ser visibilizada. Nosotros estamos orgullosos de ser elegidos por ellos para que les representemos.
¿Ha sido por tu línea editorial la causante de que alguna marca no te haya querido vestir?
Correcto. Desconocemos la marca concreta: si lo supiera, lo diría con orgullo, porque me enorgullece que no estemos alineados. Ya sabemos que la gente es muy diplomática y que el trayecto es muy largo: nosotros estamos trabajando a medio plazo, y aunque les pese a algunos, hemos venido para quedarnos. Por eso no se quieren comprometer con un “no” directo. Pero sin duda, tenemos showrooms y marcas abiertamente cerrados a nuestras propuestas. Sin embargo, nos fijamos más en quienes trabajan con nosotros de la mano.
El maquillaje te puede ayudar a construir tu identidad, pero puede esclavizarte. ¿Cuál es tu caso?
Ambos. El maquillaje construye una identidad y ensalza tus virtudes, pero cuando estás muchas horas maquillada, no te voy a engañar, se genera cierta disforia. Me veo tan bien así, con el pómulo bien marcado y con el pelo precioso, que cuando me levanto a cara lavada, aunque es estupendo para que la piel respire, siento que me falta como “un algo”. Tengo una relación muy saludable con el maquillaje y en general, con la estética, y por eso creo que podemos dar un paso más allá arriesgando con ciertas tendencias.
De hecho, a veces llevas un maquillaje en clave drag, ¿no?
100 %. Hemos tenido looks de firmas como Dominnico que piden un maquillaje más cargado, del mismo modo que otros pedían maquillajes más tranquilos. El drag nos encanta, porque es política a través de la estética. Lejos de que sea un insulto, que me digan que parezco una drag es un orgullo. Es lo que queríamos. ¡Más es más, cariño!
Joyas de Swarovski y zapatos de Mango.
¿No es macabra la forma en la que se nos pide que nos maquillemos, pero sin que se note?
Aquí nos atraviesan otras cuestiones vinculadas con la sociedad patriarcal en la que vivimos. Hablamos de unas exigencias que se nos ponen a las mujeres y que desde luego, no se tienen de cara a los hombres. Me da igual lo que exija la sociedad: no pretendo agradar. Esas son las nuevas miras hacia las que hay que ir. No sólo hacia un feminismo que no sea capacitista, sino que hay que ir a una sociedad en la que no busques agradar al ojo ajeno ni complacer a la heteronorma. Yo no pretendo instaurar tendencias en las empresas del IBEX 35: estamos sirviendo para los que lo quieran consumir.
Han sido los Oscar, en los que el gran triunfador ha sido el Ozempic. ¿Ha muerto la diversidad?
La sociedad occidental es racista y heteropatriarcal y por defecto, gordófoba. Una cosa es el discurso y otra es que a día de hoy nos cuesta discriminar los inputs informativos que nos llegan a todos los niveles. Me alegro de que haya otros modelos, como Andrea Compton y Lalachus, que reivindiquen sus cuerpos y que lo hagan de una forma en la que no tengan que hacer activismo todo el rato. Porque ser activistas es otra cosa que se nos exige todo el rato a las mujeres. En los Oscar se señala a Emma Stone porque se le ha roto el vestido y a Emily Ratajkowski porque se le ve el pezón. Sin embargo, ellos van vestidos con un smoking de Anthony Morato y les aplaudimos. ¡Qué aburrido!
El término creador de contenido es un paraguas muy amplio. ¿Habría que hacer distinciones y llamar a cada uno por su nombre según el contenido o te gusta este salpicón?
Me encantaría que se dividiese, pero, ¿quién lo podría hacer? ¿Se divide entre creador de contenido mediocre y creador de contenido no mediocre? Creo que a los mediocres nos interesa más que estemos todos en el mismo saco.
¿Qué es lo mediocre para ti?
Yo.
Los fees que algunos influencers cobran son desorbitados. ¿Ves esas cifras como un triunfo o se nos está yendo de las manos?
Hay gente como el Rubius (aunque quizás no es el mejor ejemplo) que caminó para que pudiéramos volar. Sin duda, el ámbito digital es un recurso más para que de una forma orgánica, vayan calando ciertos mensajes en el público, en gente que por cierto, no tiene aún el córtex cerrado e incluso son menores de edad. Esto se va haciendo mediante personas influyentes que son líderes de opinión o líderes de masas. Me gustaría que para que estuviera equilibrado, hubiera un convenio colectivo, pero los convenios casi siempre regulan a la baja. Además, en muchas ocasiones no se podría cuantificar de forma objetiva. Que te posiciones con una marca tiene un precio. Son precios que se alejan de un país empobrecido a nivel económico, como es España, y evidentemente, esto pica. España es el segundo país del mundo con más influencers registrados. A la gente no le apetece meterse a trabajar por ejemplo en una redacción, porque no les pagan o no les dan una perspectiva profesional a medio plazo que sea garante con sus intereses de desarrollo vital a nivel vivienda, laboral y personal.
Hablemos de la polémica de los Goya. ¿Qué opinas de quienes dicen que has Tiktokizado televisión?
Opino que no estuvieron para ver las siete horas de directo que duró esa emisión. Yo estaba contratada bajo la función del entretenimiento, y desde luego, si se han alcanzado con un mayor ratio de visitas esos clips o ese programa respecto a la televisión convencional, son cosas que están mostrando algo acerca de los intereses que se suscitan, para bien o para mal, en la sociedad en la que vivimos. Si hubieran querido ver contenido de Carlos del Amor o Elena Sánchez, a quienes admiro, no tenían más que apagar su tablet y ver su contenido. Aprovecho todos los espacios para disculparme a las personas que pudiesen haberse sentido ofendidas por mis improperios. Soy simplemente humana. Me gusta reivindicar y visibilizar que las tías podemos eructar y hacer las vulgaridades que hacen los hombres en público, barbaridades por las que por cierto, se les aplaude. Ellos arrastran millones de visualizaciones a diario en programas de prime time, ¿no? Pues nosotras podemos ser también unas ordinarias e ir guapísimas vestidas.
¿Hay que mojarse? Las influencers suelen negarse por motivos de marketing.
Para mí lo cobarde tendría que salir mucho más caro y lo valiente tiene que merecer la pena. Para mí, posicionarme política y socialmente es un deber, pues estoy captando la atención de mucha gente. Creo que hay que poner en valor las cosas que lo tienen, hablar de la redistribución de riqueza… Esta es mi personalidad. No creo que tenga que ser inherente a todas las personalidades. Creo que hay gente con la que pones el cerebro en blanco para poder distraerte de otra forma, pero yo intento que mi canal aporte algo diferente. No creo que todo el mundo tenga que posicionarse ni ser activista. Creo que es algo que se nos exige como extra a las mujeres, y si eres lista de más, se penaliza y se dice, “uy, algo trama la muy zorra”. Menos mal que ha llegado una canción para reivindicarnos a todas. ¡Nebulosa, se os quiere!
¿Alguna vez te has planteado dedicarte a la política?
No, porque da poco dinero y muchos disgustos. A mí me gusta el dinero. Ya que estamos en el juego del capitalismo, voy a facturar todo y más. Además, no quiero tantos disgustos. Me parece mucho más cómoda la posición que tengo, porque en el fondo, soy vaga, y eso es a lo que quiero aspirar. Entiéndase como ironía lo que se quiera entender y lo que no.
Hoy estarás rodeada de creadores de contenido, algunos de ideología bastante conservadora. ¿Estarás cómoda con ellos?
Ante todo soy humanista. Me llevo bien con todas las personas, y como dice mi amiga Olga Iglesias, las personas son maravillosas y la gente es una mierda. Con las personas, a título individual, tengo buen talante. Todos los mensajes que se manden desde un lado falaz me parecen un horror, y siempre estoy dispuesta a debatir sobre ello, porque lo contrario al debate es una dictadura.
¿Cómo es llegar a fin de mes sin dramas?
Me parece indescriptible. La tranquilidad que da el dinero es asquerosa. El sistema está a punto de reventar. Resistid, pero llegad a fin de mes. El dinero te hace tener esas caras que tienen aquellas personas de familias privilegiadas y herederas del franquismo. Tienen más colágeno, comen mejor, descansan mejor.. He pasado de comer hidratos de carbono del 20 al 30 de cada mese, desde los 18 hasta los 28 años, y dormir en sitios sin calefacción, enfermar con frecuencia, tener la piel fatal y un largo etcétera, a poder hacerme un tratamiento y descansar mejor. Cobrar y llegar a fin de mes tendría que ser un derecho, pero es un privilegio. Está de mano de los votos, de los candidatos a los que elegimos democráticamente. Démosle una vuelta
En ‘Girls’, Lena Dunham asegura ser la voz de su generación. ¿Eres la voz de la tuya?
No soy la voz de nada ni de nadie. Soy mi propia voz. Quien la quiera escuchar, estoy contentísima de que lo haga, y estoy dispuesta a seguir aprendiendo desde la horizontalidad. Es importante escuchar a quienes te rodean trabajando y por supuesto, representar lo que sea necesario o ayudar a que se promueva lo que sea necesario para que la sociedad vaya a mejor.
Se habla de la magia de las amistades intergeneracionales. ¿Cómo es ser amiga de Mercedes Milá?
Aunque muchos no lo crean, esto es fruto del feminismo. Para mí ella es un referente desde que decía “buenas noches, queridos gran hermaners”. Yo no voy a defender la meritocracia: hay mucha gente con mucho talento que no tiene suerte, y yo, con un poquito de talento, he tenido mucha suerte. Ha sido casualidad que se hayan cruzado nuestros caminos. Es una tía a la que admiro mucho, quedamos a comer al terminar nuestro programa y de ella aprendo una barbaridad. Es una mujer a la que admiro mucho. Tiene además algo que es fundamental para que prosperen las sociedades: la escucha activa. Es una mujer a la que le apetece saber qué se lleva y me apetece aprender de su experiencia y de sus impresiones.
La gente al insultar es poco original.
Lo son. Creo que hablar de que eres una "feladora profesional" es aburrido. Creo que es tan pobre el insulto como su discurso. Ante un buen insulto, como por ejemplo “eres una basura bastarda de indomidiosa”, esas palabras hablan también de quién hay detrás de ellas, que sin duda, es una mente algo inquieta. La gente tiene que tener cuidado con los mensajes de odio que emiten, porque las mujeres somos grandes receptoras de violencia digital y al final, pensamos que estamos en un mundo agresivo y violento y nos apetece poco exhibir nuestros pensamientos y opiniones, y somos la mitad de la población. Creo que ante el movimiento reaccionario que hay en las últimas olas feministas, hay que tener cuidado. Todo sale de la mentira que se está promoviendo por grandes corporaciones, élites y a través de las redes. Pero yo de aquí no me voy a mover: pienso seguir trabajando. Quiero y pienso seguir trabajando de esto.
Tú has hecho a mucha gente ver que la familia elegida no es sólo de la comunidad LGTBIQA+. ¿Cómo es de importante esta familia?
La familia elegida la tenemos todos, y es algo que hay que poner en valorar. Como dice mi amiga Nerea Pérez de las Heras, hay mucha propaganda alrededor de la familia y de la pareja, pero muy poca alrededor de las amigas, y las amigas son las que sostienen. Nuestra tarea pendiente es esa. Las estructuras patriarcales han buscado precisamente seguir obteniendo rédito de las personas aisladas y en solitario. ¡Que no os aisle nadie! Podéis tener amigos y amigas maravillosas y saber conservarlos. Teneis que buscar vuestros propios huecos y tener vuestra intimidad. No es incompatible tener pareja y que te vayas a dar un paseo, que te vayas un finde con amigos… Nos quieren aislados porque así somos más débiles, pero tenemos que compartir mensajes, como qué te pasa a nivel sexual, qué te ocurre al entrar en una edad en la que te estás planteando si ser madre o no o qué le pasa a ese señor en casa para gritar “árbitro, hijo de puta”... Quizás tendríamos que tener estos debates. Soy partidaria de que hay que organizarse, sindicarse y agruparse a nivel profesional y personal.
Estás nominada a conciencia social pero, ¿a qué categoría crees que tendrías que estarlo?
A la de influencer revelación, porque cada día hago una cosa. Entrar en mis redes sociales es confuso: es una especie de buffet libre de un hotel de Tenerife. De pronto una crepe con chocolate, de pronto unos palitos de cangrejo… Soy el vivo ejemplo de que puedes ser quien tú quieras.