Semana de la Moda de París, primavera/verano 2025: lujo excesivo, guiños artesanales y la vuelta de Chanel al Grand Palais

Vimos elementos icónicos como cazadoras bomber, monos y trajes de faya y piezas que rescataron la estética de las garçonnes de los años veinte, embajadoras de la emancipación femenina en su época, reinterpretando clásicos como el vestido negro en tejidos vaporosos y transparencias. El tweed se suavizó con tonos pastel y las capas de gasa aportaron movimiento y frescura a las siluetas. Todo el desfile estuvo impregnado de referencias al mundo de las aves, con plumas de colores y estampados que evocaban un ballet visual, mientras la música de Riley Keough, interpretando "When Doves Cry", cerró el evento.

Bajo el imponente techo de cristal de la Nave del Grand Palais, Chanel regresó a su hogar icónico, cargado de historia y emociones. El desfile primavera-verano 2025 giró en torno a una jaula abierta, una referencia directa al cortometraje de Jean-Paul Goude, donde Vanessa Paradis, musa de la casa, protagonizaba un homenaje a Coco Chanel y su legendario perfume Coco. Sin dirección artística aún tras la salida de Virginie Viard, el Estudio Creativo de Chanel fue el encargado de concebir esta colección que exalta la libertad de las mujeres que, al igual que Gabrielle Chanel, desafiaron las normas sociales.

Desde sus inicios, Demna ha tenido como misión redefinir el armario moderno, fusionando realismo y experimentación. En su colección primavera-verano 2025, presentada en Les Invalides, ese mismo espíritu rompedor volvió a tomar el protagonismo y las celebridades icónicas como Naomi Campbell, Lindsay Lohan, Katy Perry o Nicole Kidman, desfilaron sobre una alfombra negra antes de ocupar sus asientos para aplaudir la nueva propuesta del director creativo, donde las siluetas subversivas y futuristas no dejarían indiferente a nadie. Un remix de Britney Spears irrumpía y un sentimiento de sensualidad y nostalgia flotaba en el ambiente.

Además, como modelo de excepción Romeo Beckham. El hijo de la diseñadora irrumpía en escena con un polo a rayas y un vaquero de tiro bajo... bajísimo. 

Las primeras piezas mostraban ligueros, vestidos de seda y los icónicos pantaleggings. Sin embargo, fue el juego de contrastes entre lo masculino y lo femenino llegó de la mano de chaquetas desestructuradas y referencias claras a Cristóbal Balenciaga. Las influencias y2k también destacaron con la reaparición de los vaqueros de tiro bajo, reinterpretados para ambos géneros. En combinación con bombers acortadas, cazadoras de cuero y gafas futuristas al estilo Matrix, Demna transformó lo retro en algo provocador y completamente actual, demostrando una vez más su habilidad para desafiar las expectativas y reimaginar la moda del futuro.

 Los contrastes son el alma de la colección: piel y chifón, punto y satén, en una paleta monocromática interrumpida por tonos vibrantes como amatista, amarillo, rosa sorbete y marrón chocolate. Los accesorios, desde los zapatos de tacón de seda hasta las gafas oversize y los pañuelos Riva, completan una propuesta lista para el drama diurno y la ostentación nocturna, evocando la sofisticación y fantasía de una era dorada reinterpretada para la mujer moderna.

En su cuarta temporada, Reed sigue reinvenando el emblemático lazo de Nina Ricci, presente en una estola de piel sintética, en los pliegues 3D de un minivestido de tafetán y en una capa drapeada. Los lunares característicos se reinventan en un estampado audaz pintado a mano sobre seda, mientras que el tweed personalizado de Reed brilla con toques de lúrex.

Para la primavera/verano de 2025, la mujer Nina Ricci se embarca en una aventura europea con un equipaje cargado de glamour y exuberancia. El director creativo, Harrid Reed, ha logrado una sinergia perfecta entre el ADN de la casa y las referencias de las décadas de los 60 y 70, añadiendo su toque moderno a la feminidad. Inspirado en iconos de la jet-set como Jackie O. y Brigitte Bardot, Reed presenta un armario seguro y lleno de energía, donde las siluetas fluidas y entalladas juegan con los códigos de la moda masculina y femenina. Desde vestidos de encaje con detalles de corsé hasta trajes con solapas exageradas, pasando por trenchs afilados y minivestidos abullonados, la colección desafía las convenciones con estilo y diversión.

“Pavillon des Folies” —el pabellón de la locura— fue el título con el que Alessandro Michele ha presentado su primera colección prêt-à-porter para Valentino, sin duda, uno de los que más expectación ha causado en la Semana de la Moda. Por ello, no es de extrañar que hayamos visto a Carla Bruni, Elton John, Harry Styles o Jared Leto en el ‘front row’, y que François Henri-Pinault acudiera con Salma Hayek para ver la propuesta del italiano.

Tras su paso por Gucci, el diseñador ha demostrado ser capaz de reinterpretar con maestría los códigos clásicos de la moda sin perder su toque ecléctico. La propuesta, con un aire nostálgico pero a la vez profundamente vanguardista, se presentó como una especie de viaje al pasado, con claras alusiones a los archivos históricos de Valentino, sumergida en una atmósfera que invitaba a la experimentación y al exceso.

El escenario del desfile, un espacio que evocaba un desván lleno de recuerdos olvidados, reflejaba esta dualidad entre el antiguo lujo de la maison, entremezclado con elementos inesperados. Las prendas destacaron por una marcada atención al detalle, con guiños a la sastrería, a la estética oriental y a los años 60, década que marcó el inicio del legado de Valentino. Michele rompió con el minimalismo y el manido lujo silencioso que había dominado las últimas temporadas, abrazando la opulencia con volantes, encajes y el característico rojo Valentino.

Si bien la colección mantuvo ciertos ecos del glamour tradicional, no se trataba de una simple repetición del pasado. En lugar de ello, Michele infundió una narrativa de libertad creativa, explorando la moda como una herramienta de expresión personal. Los detalles, desde los accesorios, hasta los estilismos beauty, denotaban una rebeldía sutil y potente, en la que las influencias bohemias eran evidentes, rompiendo con la monotonía de las tendencias más conservadoras.

Victoria Beckham deslumbró en el Château de Bagatelle fusionando la piel y la tela fue protagonista. Desde la primera fila, figuras icónicas como Eva Longoria, Sofia Vergara, Gigi Hadid y, por supuesto, David Beckham y sus hijos Romeo, Cruz y Harper, contemplaban el juego de transparencias y volúmenes que definieron la pasarela. La diseñadora británica, fiel a su estilo, presentó piezas que retaron la formalidad tradicional, como un pequeño top Y2K de efecto mojado, combinado con pantalones de traje oversize, dando la ilusión de prendas que flotaban sobre la piel. El uso de resina y tejidos moldeados elevó cada look a una experiencia sensorial.

Uno de los momentos más memorables fue su interpretación de la sastrería con prendas recortadas, donde Beckham mostró su maestría al resaltar la sensualidad femenina sin caer en lo evidente. Un traje desestructurado, con pantalones que dejaban ver sutilmente el muslo, y chaquetas moteras combinadas con bodies pronunciados, ofrecían un aire de provocación elegante. La transparencia, tendencia clave de las últimas temporadas, la mezcla con zapatos Oxford de malla y tacones de plexiglás, reafirmando el equilibrio entre lo delicado y lo estructurado, tan característico de la marca.

Este viernes 27 de septiembre, las miradas se concentraron en la Esplanade Saint Louis, donde tuvo lugar el desfile de Loewe primavera-verano 2025, durante la Semana de la Moda de París. A diferencia de las escenografías extravagantes de temporadas anteriores, esta vez la puesta en escena fue minimalista, con una única escultura de Tracey Emin. La decisión de simplificar el entorno fue clara: dejar que la ropa hablara por sí sola. Jonathan Anderson, director creativo de Loewe, centró su colección en el cuero, material que ha sido el alma de la casa desde su fundación en 1846. Este elemento clásico fue reinterpretado con curvas que transformaron las siluetas de las modelos.

La colección sorprendió con piezas inesperadas que dieron una nueva vida a básicos del verano. Un vestido de flores, aparentemente sencillo, adquirió una forma escultórica con la adición de arcos que recordaban a aquellas crinolinas de otra época, pero más flexibles y ligeras. Además, una camiseta sencilla se elevó a la alta costura con bordados de plumas y homenajes a compositores icónicos como Mozart y Chopin. El arte también hizo acto de presencia con referencias a obras maestras como Los Girasoles de Van Gogh, fusionando moda y cultura de manera inesperada. 

La colección de Anderson no solo cuestionó nuestras ideas preconcebidas, sino que ofreció una visión fresca de lo que puede ser la moda contemporánea. Los zapatos masculinos con cordones y los mocasines fueron protagonistas, casi tanto como las deportivas que acompañaban los vestidos de lentejuelas, rompiendo las reglas de estilo convencionales y volviendo a descontextualizar piezas. Además, la firma introdujo su nuevo bolso "Madrid", un accesorio que refleja la elegancia clásica de la casa, pero con líneas limpias y modernas. “¿Qué pasa cuando eliminas todo el ruido? ¿Es posible llenar una habitación blanca y vacía, llamando la atención, sin pedir espacio a gritos?”, eran las preguntas que Jonathan Anderson planteó y la ovación final confirmó que el silencio y la sencillez también pueden ser elegantes y poderosas.

Emily Ratajkowski acudió con su hijo, Sylvester Apollo Bear, al desfile de Loewe, uno de los que más celebs por metro cuadrado reunió. Daniel Craig y Rachel Weisz, Manu Ríos, Arón Piper, Gal Gadot, Karlie Kloss, Dan Levy o Anna Wintour, fueron algunos de los que acudieron a la cita.

La paleta de colores suaves, inspirada en tonos de arena y albaricoque, acentuada con pinceladas vibrantes de fucsia, burdeos y lila, se complementa con la aparición de un estampado floral compuesto por rosas y peonías. Kamali viste a una mujer moderna que abraza tanto la comodidad como la elegancia sin esfuerzo.

Chemena Kamali, al frente de Chloé, vuelve a traernos la esencia bohemia que tanto nos gusta con una colección que celebra la feminidad libre y sensual de los años 70. En un escenario bucólico lleno de plantas colgantes, las modelos desfilaron con prendas vaporosas, donde los vestidos lenceros de seda adornados con encaje guipur tomaron protagonismo, evocando una sofisticada delicadeza. Los bombachos, los vestidos largos y fluidos y los pantalones acampanados, fueron combinados con chaquetas entalladas, logrando un juego de proporciones.

Destacando la esencia de la casa, la colección también introduce el nuevo bolso "Anthem", inspirado en la sastrería de cintura estrecha de la alta costura de mediados del siglo XX. Este accesorio combina tradición y modernidad, canalizando la influencia del icónico frasco de perfume Vent Vert y la reciente línea de fragancias de Balmain Beauty. La colección finaliza con una serie de looks que celebran la diversidad de belleza y el poder inclusivo del Balmain Army, consolidando su visión contemporánea.

Para la primavera de 2025, Balmain presenta una colección que reafirma el compromiso de Olivier Rousteing con llevar a la pasarela los códigos del siglo XXI. Una silueta que destaca por cortes de precisión, hombros estructurados y caderas acentuadas, la colección fusiona el legado clásico de la firma con un toque vanguardista. Los detalles, como patrones complejos de perlas y bordados meticulosos, se unen a prendas que reinventan el look marinero y el tweed, con guiños al propio vestuario personal de Rousteing.

Fue el Palacio de Tokio el enclave elegido por Julien Dossena para presentar su colección primavera-verano 2025 para Rabanne y Gigi Hadid la musa innegable que abrió el desfile luciendo un conjunto a rayas en tonos azules que representa a la perfección el espíritu dual, cómodo y cotidiano de esta propuesta. Los zapatos de PVC y de tacón sensato, prometen convertirse en una inspiración absoluta en el street style.

Si hay algo por lo que destacó Rabanne, fue por sus diseños metalizados y su capacidad para experimentar con materiales como el plástico o el papel, y de esta herencia bebe Dossena, quien ha creado ‘Rabanne Artisan Editions’, un proyecto que rinde homenaje al legendario bolso de 1969. Participan tres renombrados talleres artesanales: Arthus Bertrand, especializado en la fabricación de medallas, Astier de Villatte, en la cerámica, y la histórica firma veneciana Venini, expertos en vidrio soplado; y cada uno de ellos ha diseñado un bolso excepcional.

De entre todos, el bolso de Nano bag de 1969 elaborado en oro de 18 quilates, ha acaparado toda la atención. Está valorado en 250,000 euros e inspirado en el icónico vestido de oro y diamantes que Paco Rabanne diseñó en 1968 para la Françoise Hardy.

La dualidad siempre ha estado presente en la propuesta de la maison, y para esta colección prêt-à-porter, hemos vuelto a ver desdibujarse los límites entre lo cotidiano y las piezas especiales. Unas bermudas y una camisa masculina se mezclan con tules bordados de estética babydoll, donde los tonos rosas, lilas y verdes, proponen un armario tan ambiguo como delicioso para el día a día. 

Nicolas Di Felice llegó a Courrèges con el objetivo de rediseñar el concepto de la firma, pero sin perder de vista su característico ADN sexy, femenino y muy actual. En esta colección se puede ver esa clara intención plasmada en las prendas mínimas que parecen flotar en el cuerpo, así como las transparencias de corte sartorial que reclaman un espacio formal en nuestros armarios.

La gama cromática que eligió Di Felice fue prácticamente en blanco y negro, aunque añadió algunas pinceladas en azul marino, gris y beige, como colores favorecedores y que permiten exhibir la silueta sin restricciones ni complejos. Entre las modelos que desfilaron vimos a Loli Bahia, Irina Shayk o Vittoria Ceretti, que cerró la pasarela.

La arquera italiana Sofia Gianní, también conocida como la artista multidisciplinar SAGG Napoli, fue la encargada de abrir un desfile dedicado al empoderamiento femenino e inspirado en los deportes. 

Su aparición estuvo marcada por la frase: "Que la construcción de una mente y un cuerpo fuertes sea el mayor trabajo que he hecho nunca", a modo declaración de intenciones.

Maria Grazia Chiuri dejó clara su intención de fusionar los detalles de lujo con la estética sporty, en el desfile de Alta Costura de París otoño-invierno 2025, por lo que este, parece ser una prolongación de lo que vimos hace unos meses. La diseñadora utiliza las prendas deportivas como un instrumento liberador de la mujer, del mismo modo que juega a yuxtaponer épocas históricas distintas.

Vimos chaquetas de motera convivir con pantalones de chándal o botas de boxeo (ojo, con esta tendencia que promete arrasar en el street style), mientras que bañadores asimétricos con brillos y rayas parecen colarse en un moodboard donde el negro es el color predominante.

Aunque una de las más esperadas fue Rosalía, la nueva embajadora de la firma, quien llegó con un look très chic que combinaba el estilo parisino con la estética de la Motomami. La cantante lució un dos piezas de falda midi con abertura lateral y chaqueta cruzada, que le estilizabala silueta. Para completar el look, unos guantes negros de cuero, el complemento de la elegancia francesa.

Anthony Vaccarello ha sido el culpable de que Bella Hadid haya vuelto a subirse a las pasarelas, convirtiéndose en el momento más viral del día. La colección que propone el director creativo de Saint Laurent es una reinterpretación del clásico esmoquin masculino, como elemento clave de una expresión de la feminidad alejada de los cánones típicos. El 'corpocore' promete colarse en tu armario la próxima temporada.

Superposición de cazadoras de piel, gabardinas o bombers sobre trajes, símbolo de una mujer dinámica que evoluciona a lo largo del día. Trajes oversize accesorizados con cinturones, brazaletes que asoman bajo los puños, corbatas y maxigafas, parecen ser piezas elegidas para rendir homenaje al maestro, al espíritu de Yves Saint Laurent, claramente reflejado en cada una de las siluetas propuestas.

La mujer para la que Yves diseñaba era libre de convencionalismos, de ahí que revolucionara el mundo de la moda, haciendo que el traje dejase de ser estrictamente masculino. Por ello, Vaccarello, además de reinventar esta estética, se atreve con otra propuesta más femenina, llena de volantes, encajes y minifaldas con volumen, donde los colores estridentes y el lujo, conviven en armonía, dando lugar a una mujer segura y confiada. 

Kate Moss con su hija Lila Grace, Lenny y Zoë Kravitz, Nicole Richie, Carla Bruni, Philippine Leroy-Beaulieu, Rosie Huntington Whiteley o Gwyneth Paltrow fueron algunas de las caras conocidos que asistieron al desfile.