Lo único que unía a Chanel y Schiaparelli era el feminismo: dos rivales que revolucionaron una época

Durante un baile de disfraces en 1939, Coco Chanel (Francia), disfrazada de sí misma con su oscura y elegante indumentaria, se encuentra con Elsa Schiaparelli (Italia) vestida como un árbol surrealista. Con discreción e inocencia, Chanel invita a Elsa a bailar para acercarla al candelabro de velas que iluminaba la estancia. En ese momento, la diseñadora italiana incendia su traje. Tanto es así, que algunos asistentes vertieron su copa sobre ella para que el incidente no fuera a más.

Esta historia sobre el desafortunado encuentro de las diseñadoras Coco Chanel y Elsa Schiaparelli resume cómo era su relación como rivales en una misma industria. Una rivalidad forjada durante años debido a dos puntos de vista diferentes de la feminidad, la elegancia y el estilo. A pesar de esto, las unía un mismo propósito que jamás ninguna declaró: redefinir el papel de la mujer en la sociedad a través de la moda.

Coco Chanel después de uno de sus desfiles en 1963.

No cabe duda que el paso del tiempo ha hecho más justicia a Chanel que a Schiaparelli, pero la historia de ambas sigue siendo relevante y es necesaria que la recordemos en días como este. Una historia que relata cómo, a pesar de las muchas diferencias que dos mujeres puedan tener, hay algo que inquebrantable que comparten en lo más profundo de su corazón: la determinación de abrir camino para las que vienen detrás.

Una rivalidad legendaria

La rivalidad entre Coco Chanel y Elsa Schiaparelli es un hecho documentado en la historia de la moda. Ambas diseñadoras, activas durante las décadas de 1920 y 1930, representaban visiones opuestas que marcaron dos formas de ver la moda y la feminidad. Mientras que la diseñadora francesa apostaba por el empoderamiento a través de la sencillez y la comodidad, la italiana lo hacía a través de la creatividad.

Coco Chanel en el estreno de la película 'Borsalino' en 1970.

Chanel empezó su carrera muchos años antes que Schiaparelli. Fue la encargada de romper con todos los cánones de su época al diseñar ropa cómoda y funcional para una mujer moderna, haciéndolas sentir libres, seguras y, sobre todo, únicas. Además, liberó el cuerpo femenino de los apretados corsés, introduciendo prendas como los pantalones o el little black dress, símbolos de empoderamiento femenino.

Casi 30 años más tarde, una joven diseñadora italiana llamada Schiaparelli empezó a utilizar la moda y el arte para desafiar las normas tradicionales y empoderar a las mujeres de una forma diferente a Chanel: a través de diseños innovadores y atrevidos, muy influenciados por el surrealismo. El movimiento cultural que estaba conquistando a las altas esferas parisinas e iba en contra de todo lo que defendía su rival. 

La diseñadora Elsa Schiaparelli en 1954.

Qué pasó después del incidente

Tras el famoso incidente del vestido en llamas, ese mismo año estalló la Segunda Guerra Mundial. Un cambio de planes inesperado que obligó a Schiaparelli irse a Nueva York y a Chanel refugiarse en su suite del Ritz de París -lugar donde la diseñadora vivía-. Años después del fin de la guerra, la diseñadora italiana cerró permanente su firma mientras que Chanel presentó la colección que confirmó su retorno al trono de la alta costura.

La tienda Schiaparelli de la Plaza Vendôme (París) en 1953.

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