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@gabriellecaunesil

Cuando hablamos de cuidado de la piel, solemos preocuparnos mucho de la piel del rostro, y es lo normal, ya que ahí es dónde se concentran las arrugas, manchas y la cara más visible de nosotras, pero ¿qué pasa con la piel del cuerpo?

Que nos da pereza, y es una realidad. No pensamos en qué gel o limpiador corporal necesita nuestro tipo de dermis, y preferimos suprimir ese momento de echarnos crema después de la ducha. Sin embargo, es un error, porque también deberíamos prestarle atención, ya que es nuestra primera línea de defensa contra los agresores externos. 

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@grecegraham

¿Cómo mantenerla saludable y radiante a largo plazo? La farmacéutica experta en dermocosmética, Belén Acero, nos da una serie de consejos imprescindibles para cuidarla y mantenerla sana, elástica y más joven a largo plazo.

En la ducha: qué debo tener en cuenta

Uno de los puntos clave que Belén Acero destaca es la importancia de respetar la piel en todo momento. “Lo más importante es que el producto sea respetuoso con la piel. Hay que evitar los sulfatos agresivos y optar por fórmulas que contengan glicerina, aceites naturales o ceramidas. Un gel demasiado espumoso suele ser más agresivo y puede alterar la barrera cutánea”, explica Acero.

Por lo tanto, a la hora de elegir un gel o limpiador corporal, busca aquellos que respeten el equilibrio natural de tu piel y la ayuden a mantenerse protegida.

La temperatura del agua también influye en la salud de nuestra piel. Belén Acero asegura que la mejor opción es el agua tibia, ya que “el agua muy caliente puede resecar la piel y alterar su barrera natural, mientras que el agua fría puede ayudar a tonificar, pero no limpia en profundidad”. Si te gustan los contrastes, terminar la ducha con un chorro de agua fría es ideal para estimular la circulación.

¿Y qué pasa con los aceites de ducha? Muy probablemente hayas oído hablar de ellos y dudes sobre si hidratan o son solo una estrategia de marketing. Pues bien, la farmacéutica despeja esta duda, porque, “sí tienen un efecto beneficioso sobre la piel. No solo aportan hidratación, sino que refuerzan la barrera cutánea y evitan la pérdida de agua. Son especialmente recomendables para pieles secas o sensibles”. Eso quiere decir que si tu piel tiende a resecarse, los aceites de ducha son una excelente opción para mantenerla suave y nutrida.

Exfoliación: la clave para una piel renovada

La exfoliación es uno de los pasos más importantes en cualquier rutina de cuidado corporal, pero, como señala Belén Acero: “todo depende del tipo de piel”. Para la mayoría de las personas, una o dos veces a la semana es suficiente

Eso sí, la experta recomienda optar por exfoliantes químicos con AHA o enzimas de frutas, ya que “eliminan células muertas sin ser agresivos”. No obstante, si prefieres los exfoliantes mecánicos, hay que tener mucho cuidado de no irritar la piel.

Hidratación corporal: esencial para una piel firme y saludable

Echarte crema te da pereza, como a todas, pero la hidratación es uno de los factores más determinantes en la salud de la piel a largo plazo. “Una piel deshidratada pierde elasticidad y es más propensa a la descamación y al envejecimiento prematuro”, señala Acero. Beber agua y aplicar productos hidratantes a diario es fundamental para mantener la piel en óptimas condiciones. Además, Belén recomienda aplicar la crema hidratante con la piel húmeda, ya que “de esta manera, se sella la hidratación y el producto actúa con mayor eficacia”.

¿Loción, crema, aceite o sérum? Elige el mejor producto para tu piel

Sí, son diferentes... “La loción tiene una textura ligera y se absorbe rápido, ideal para pieles normales o climas cálidos. La crema es más densa, aporta hidratación profunda y es perfecta para pieles secas o en invierno. Los aceites nutren en profundidad y son ideales para aplicar sobre la piel húmeda, mientras que los sérums, con fórmulas concentradas, son perfectos para tratar necesidades específicas”, detalla la experta en dermocosmética.

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@venswifestyle

Errores comunes que debes evitar

A menudo, cometemos pequeños errores en nuestra rutina de cuidado corporal. Según la farmacéutica, algunos de los más comunes son:

  • Usar productos demasiado agresivos.
  • No hidratar la piel a diario.
  • Exfoliar en exceso o no exfoliar en absoluto.
  • No usar protección solar en el cuerpo.
  • Aplicar la crema con la piel completamente seca.

Como consejo relevante… Olvídate de los productos con desodorantes y perfumes. “Sí, el uso diario de perfumes y desodorantes puede afectar la hidratación de la piel, especialmente si contienen alcohol o ingredientes irritantes”, advierte Acero. La mejor opción es aplicarlos sobre la ropa o, si no puedes prescindir de ellos, buscar fórmulas sin alcohol y con activos hidratantes.

Cómo hacer de la hidratación corporal un hábito

Ten en cuenta que el envejecimiento afecta tanto al rostro como al cuerpo. A medida que avanzamos en edad, “la piel pierde colágeno, elastina y lípidos, lo que provoca flacidez y sequedad”, explica Belén Acero. Para combatir estos efectos, la experta recomienda el uso de productos corporales con ácido hialurónico, retinol, antioxidantes y, por supuesto, siempre protección solar.

Pero, si me da pereza… ¿Cómo puedo hacer para que no sea una tarea engorrosa? La farmacéutica lo tiene claro: 

  • Elegir texturas ligeras o en formato spray.
  • Aplicarla en la ducha con la piel aún húmeda.
  • Usar aceites secos, que se absorben rápido.
  • Incorporar la hidratación corporal en nuestra rutina diaria, igual que lavarnos la cara o cepillarnos los dientes.