notting hill
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He tardado unos 20 años, pero el pasado febrero por fin me senté, me arropé con una manta y vi Notting Hill por primera vez. La verdad es que no sabía muchas cosas de la película antes de darle al play, más allá de la clásica escena de Julia Roberts y Hugh Grant y el discurso de la actriz en el que es "solo una chica, delante de un chico, pidiéndole que la quiera". 

En general, creía que iba a ser una buena historia de amor: la famosa Anna Scott (Julia Roberts) conoce y se enamora de un ciudadano cualquiera, William Thacker (Hugh Grant) pero por sus diferentes estilos de vida se crea el drama (espero que no sea un spoiler decir que al final todo sale bien). 

Por supuesto, después de haber visto Notting Hill en muchas listas de mejores películas y mejores películas románticas, es muy difícil no verla con un ojo más crítico. Por ejemplo, en una de las primeras escenas, me molestó mucho que la mancha de café de Will es oscura, luego clara y luego oscura otra vez, todo el cuestión de  minutos. (Luego te pones a pensarlo y hasta Juego de Tronos tiene errores de continuidad: recordemos el vaso de Starbucks en plena escena de la serie). 

Pero, ¿sabes qué fue lo que más me confundió de toda la película? Durante el famoso monólogo - la icónica escena romántica que hace de ese película un icono de las películas románticas - Anna llega a la tienda de Will vestida con una chaqueta de punto azul pastel sobre una camiseta del mismo color, una falda lápiz y...unas chanclas.