Luisa Mayol: “Soy madre de dos niños y he priorizado muchísimo a la familia. Para mí ese es el proyecto importante”

La actriz estrena Amanece en Samaná, una comedia de intercambio de identidades que protagoniza junto a su marido, Luis Tosar.

Chus Salido

Redactora Jefe

Actualizado a 8 de noviembre de 2024, 08:00

D.R.

Dos parejas. Un viaje a la República Dominicana. Una confesión. Un accidente. Un cambio de pareja que simula cosa de magia. Todo eso (y más) es Amanece en Samaná, película que se estrena el 8 de noviembre y en la que la actriz chilena Luisa Mayol ejerce de catalizador de la acción. Junto a ella, Luis Tosar (su marido en la vida real), Luis Zahera y Bárbara Santa-Cruz se encargan de llevar a la pantalla la adaptación de la obra de teatro Cancún, de Jordi Galcerán.

D.R.

Lo de irse a rodar a la República Dominicana imagino que no os vino demasiado mal a ninguno. Fue un sueño, la verdad es que sí. De esas cosas pasan una vez en la vida: poder irte a ese lugar con toda la familia y trabajar y disfrutar de un entorno como ese.

¿Participasteis de alguna manera en el origen del proyecto? La idea es del director, absolutamente. Nosotros hemos sido invitados a unirnos a este proyecto, pero la iniciativa pertenece a Rafa Cortés. Cuando nos llama para proponernos la película nos cuenta que quiere llevar la obra del teatro al cine, pero con bastante improvisación por nuestra parte. Nos pareció un desafío muy interesante precisamente por eso, porque significaba trabajar desde la improvisación y crear un guion. Es verdad que lo hacíamos teniendo como base una obra, que además fue muy exitosa. Rafa nos decía: “Hoy vamos a trabajar de aquí hasta aquí y lo que surja”. Sabíamos que eran cuatro amigos que viajaban a Samaná y partiendo de ello creamos un guion y una película.

¿Cuánto tiempo duró esta suerte de ‘campamento de verano’? Estuvimos en República Dominicana dos meses. Nos sentimos afortunados porque era un lugar maravilloso, pero también es verdad que estábamos en la isla de una isla, en Cayo Levantado. Todos juntos todo el tiempo. Fue como un reality, porque salir de allí no era fácil. Lo vivimos muy intensamente.

Menos mal que en la vida real sois muy amigos. Sí, sí. La verdad es que fue una experiencia muy bonita, diferente. Y por eso me pareció tan atractiva como desafiante, un poco tirarse a la piscina sin tener un guion. Podríamos decir que se trató de un experimento. Hay que atreverse a salir de la zona de confort, a hacer cosas distintas. En mi caso, uno de mis compañeros también es mi marido y resulta interesante salir de esa dinámica y hacer todo lo contrario a lo que somos nosotros en la realidad. Me gustan mucho los desafíos, me apasionan y me mueven; por eso dije que sí el primer día que nos ofrecieron entrar en el proyecto.

D.R.

Sin hacer mucho spoiler, tu personaje, Alejandra, es bastante manipuladora.De hecho, por su cuenta y riesgo toma una decisión que cambia el devenir del grupo. ¿Eres capaz de empatizar con alguien así? Cuesta un poco, la verdad. Ella parte de la base de un juego, de algo a lo que no le da importancia y que resulta que luego tiene toda la relevancia para sus amigos, para ella y su entorno. Yo, Luisa, estoy muy alejada de Alejandra en su forma de pensar y de moverme en la vida. Me cuesta un poco entenderla y ponerme en su piel, pero sí creo que lo que la película quiere contar es que las decisiones que tomamos en la vida tienen consecuencias. Ahí está la profundidad de la historia. La película lo narra todo desde el punto de vista del personaje de Alejandra, porque ella es quien genera este caos, pero reconozco que se trata de una mujer que en algún momento me provoca tristeza. Algo le falta o algo quiere. A través de la comedia se intenta mostrar lo que ocurre cuando uno cree que está viviendo una vida que es la indicada, que es la perfecta, que es la que eligió, pero de repente empiezan a salir cosas que te desvelan que en realidad no se siente tan cómodo. Y lo peculiar aquí es que mi personaje podría perfectamente haber tomado otra decisión.

En Amanece en Samaná se plantean escenarios en los que Alejandra tiene otras vidas. ¿Has pensado alguna vez cuál de los personajes hubiera sido su pareja ideal? Sí, lo he pensado. Y creo que sería Santi, su marido. He llegado a la conclusión desde el amor que siente ella y por lo que deja entrever en ciertos momentos de la película. Además, estoy convencida de que la idea de la maternidad le gusta y la hace feliz. Al comienzo sabemos que manipula su destino hacia el lugar que más le gustaba y atraía. A partir de ahí sigue con la idea de que Santi es su persona, su hombre, su compañero, aunque en este viaje que plantea la película se vaya dando cuenta de que él tampoco es como creía.

@zaucke

Fuiste muy valiente al abandonar una carrera consolidada en tu Chile natal, donde debutaste en la actuación siendo una niña, y ‘cruzar el charco’. Llegué hace diez años ya a España. Cuando me vine no lo hice realmente con la idea de trabajar aquí, principalmente porque suponía que no iba a ser fácil entrar a una industria que no es la mía. Mis motivaciones para viajar fueron otras. Es verdad que yo tenía la intención de seguir trabajando en Chile, vivir aquí pero hacer algo allí, proyectos que me gustaran y me motivaran, aunque una vez que empezamos a ser familia y nacieron nuestros hijos, la cosa no fue tan fácil. Sin embargo, llegó un momento en que me dije no podía vivir sin trabajar; me apasiona la interpretación, me apasiona lo que hago y lo necesito. Para mí, la industria española es muy grande. En aquel momento, en Chile se hacían, no sé, 10 películas al año, y aquí 100, lo que ampliaba la posibilidad de hacer carrera en España. Así que primero me apunté a un seminario con mi maestro, Juan Carlos Corazza, y busqué representante. Fue un proceso lento y complicado. Yo soy madre de dos niños, León y Luana, y he priorizado muchísimo la familia. Tengo la fortuna y el privilegio de poder estar con ellos, de poder elegir; para mí ese es el ‘proyecto’ importante. Ahora hago como dos proyectos al año. Es como volver a empezar, a construir, intentarlo de nuevo, darte a conocer… Estoy muy agradecida.

¿Te costó el choque cultural? Fue algo impresionante, porque para nosotros hay palabras que tienen distinto significado. Me encontraba a diario tratando de que me explicaran y tratando de entender. Por ejemplo, estaba el mundo bebé…Aquí dicen bebé, los chilenos dicen guagua; en España se dice biberón y nosotros, mamadera… Yo tengo una marido español, unos hijos españoles que van al colegio aquí, así que ya voy cambiando las palabras. Otro ejemplo, y es algo que me suelen preguntar en Instagram: decimos mucho “Eres seca”. Para nosotros, seca es buena. Si eres muy buena en algo te llamamos seca. Y acá no. ¡Había que ver las caras que me ponían! También debemos pensar que el mundo latino es mucho más meloso, damos siete mil vueltas para decir una cosa y lo hacemos con cuidado; en España no, todo es más directo. Al principio era como, ¿por qué le caigo mal a todo el mundo? Sentía que me hablaban serio y fuerte. Luego te acostumbras y hasta te gusta más.

¿Vuelves a Chile de forma habitual? Sí. Para mí la familia es muy importante. Hemos decidido vivir aquí, pero yo soy de una familia grande, muy cercanos, de comida los domingos, de celebraciones, de la abuela para arriba y para abajo, los nietos, los primos, los sobrinos… Siempre juntos, en comunidad. Los extraño muchísimo y no quiero que mis hijos se lo pierdan; pretendo que lo vean, que puedan estar ahí, lo conozcan y lo vivan. Hacemos un sacrificio e intentamos ir al menos una vez al año, normalmente por Navidad. Para mí es una bomba de energía. Cuando empieza a llegar esa fecha ya siento que lo necesito.

Pues ya sabemos cómo vas a pasar las navidades. En esta ocasión está complicado debido a las agendas. No podemos darnos el gusto de ir por cinco días, porque cruzar el charco no es tan fácil: hay que llegar hasta ahí, cambiar horarios… Si no tienes mínimo dos semanas tampoco compensa sacar cuatro billetes. Intentamos que el viaje coincida con las vacaciones de los niños, así que pensamos más en la próxima Semana Santa.

Hasta entonces todavía falta mucho… Ahora tengo que terminar de rodar una serie y luego viene una película con un director chileno que se va a rodar aquí en España. Después, alrededor de octubre, hay otro proyecto. Estoy muy contenta, porque continúan saliendo cosas y mis niños van creciendo, con lo que me lo tomo todo con más tranquilidad. Es el camino que quiero seguir, teniendo en cuenta que hemos decidido que vamos a vivir en España. Siendo así, a todos nos viene mejor que yo curre aquí.

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