Cuando no hace ni frío ni calor, hay una prenda estrella que triunfa sobre todas las demás: la gabardina. Entonces, ¿por qué no llevarla con tu vestido y tus zapatillas favoritas? Si no quieres arriesgar demasiado, llévala con tonos neutros como es el negro, el blanco o el beige. Si llevas un vestido de corte midi, te puedes permitir llevar unas sneakers en versión botín e incluso con calcetín por fuera para un toque más sporty. ¡Tú decides!