Nadie duda de que los filtros están fenomenal cuando corregimos algún defectillo que no queremos que sea visible online pero, ¿qué pasa cuando mostramos nuestro rostro fuera de la red? En la vida real el maquillaje se convierten en el mayor aliado de una tez perfecta, ya que es capaz de disimular un rostro cansado, borrar los signos de una mala noche o aportar un extra de luz a un cutis apagado.
Sea cual sea tu tipo de piel, hay una base adecuada para ella. Una con más cobertura para disimular poros dilatados, con aplicación cushion para poder meterla en el bolso y retocarte cuando haga falta, con un complejo de vitaminas que ayude a disimular una noche toledana o con una tecnología que mantenga tu piel hidratada mientras estás fuera de casa. El abanico es tan amplio que ya no solo se buscan opciones para dermis grasas o secas, sino que las nuevas incorporaciones en el sector proponen soluciones prácticamente para cualquier tipo de problema.
Sin embargo, de nada sirve comprarse un maquillaje con una formulación extraordinaria si no se elige el color más adecuado a nuestra piel. Aquí tienes unos consejos para elegir el tono perfecto de tu base:
- Olvídate de probarla en el dorso de la muñeca, como se ha hecho siempre. Primero se aplica debajo del pómulo y, si parece el matiz adecuado, se prueba después en frente y barbilla; per nunca en el cuello, ya que suele ser algo más claro que el cutis.
- Espera a que pasen unos minutos antes de decantarte por un tono u otro. El motivo es que cualquier maquillaje cambia ligeramente de color sobre la dermis debido a la oxidación.
- Si dudas entre dos tonos diferentes, elige siempre el que mejor se funda con tu piel, pero sin aclararla.
- Si buscas un aspecto más jugoso, puedes aplicar un poco de crema hidratante después de la base. Después se matifican la zona T y el surco nasogeniano y listo.