A día de hoy, el tema de los retoques estéticos ha dejado de ser tabú para convertirse en algo habitual que tratamos con la máxima naturalidad. Ya no nos lo pensamos dos veces si queremos cambiar algo de nuestro rostro: acudimos a un buen experto que nos aconseje y nos dejamos llevar. Es cierto que, con los cánones de belleza establecidos en nuestra sociedad, nos marcamos objetivos irreales y muy difíciles de alcanzar (de hecho, son muchas las celebs que han pasado por una clínica de medicina estética). Realmente la idea es que aprendamos a querernos tal y como somos, pero si un pequeño retoque para ti es un gran cambio y te ayuda a verte mejor, entonces adelante. ¡Faltaría más!

Es muy fácil que nos apetezca o nos surja la necesidad de hacernos un cambio para potenciar algunas zonas, corregir imperfecciones o rejuvenecer nuestro rostro. Esto último, según la doctora Electa Navarrete, especializada en Bioquímica y Medicina Estética y nº1 de España en Cellfina, es lo que más demanda genera entre las clientas: "Los pacientes piden verse más jóvenes, no más saludables", explica. 

Por su parte, el doctor Sergio Fernández Mesa, de la Clínica Le Med, se refiere a este tipo de retoques como "tratamientos preventivos con los que frenar la curva del envejecimiento". Así, más allá de las rutinas de cuidado de piel, que debemos llevar a rajatabla, tenemos varias opciones para luchar contra el paso del tiempo en nuestro rostro al entrar en una clínica estética. Si te lo estás planteando, sigue leyendo.