La época de "la movida" nos trajo buenos iconos como Alaska, Madonna o Marta Sánchez y su alegre extravagancia a la hora de maquillarse. "Es el triunfo del color en labios, ojos y pómulos, donde piel y pestañas pasan a un segundo plano", sentencia Roberto Siguero, Make up artist de Lancôme.

Este look no consiste en no utilizar base de maquillaje, se puede usar la de siempre con el fin de dejar un rostro bien pulido. Pero, sin lugar a dudas, lo más importante es el colorete "afilado en forma de cuchillo, desde la boca a la sien y en colores muy llamativos tales como: fucsia, morado o rosas", continua Siguero. Una de las claves de esta época, desvela el maquillador de Lancôme, es que "el tono del blush era el mismo que el de los labios". Estos últimos muy marcados y en punta, con un estilo punk.

En el maquillaje de ojos no hay término medio, pues en esta década se caracterizaban por una combinación atrevida de tonos flúor desde el lagrimal hasta la sien. Siguero señala que "la cuenca del ojo, la banana, va muy marcada en colores como amarillo, malvas, o azules y muy rasgados con una técnica que nada tiene que ver con la corriente de color block, ya que va muy difuminada y con un degradado de color a modo arco iris".

A pesar de que pestañas y cejas no son protagonistas, el experto recomienda utilizar máscara y las cejas, símplemente dejarlas salvajes y tupidas.