Las infusiones son un imprescindible en la temporada invernal. Seas más de café que de té, pocas mujeres se libran de sucumbir a una buena tazita, bien sea después de comer o antes de dormir. Ayudan a entrar en calor, mejoran nuestra hidratación y todas suponen, en mayor o menor medida, un aporte de vitaminas y antioxidantes para el organismo.

Son una buenísima opción natural y orgánica que ya bebían nuestras abuelas y las abuelas de nuestras abuelas, para mejorar aspectos de la salud como el sistema digestivo o algunas afecciones de la piel. Y aunque no, no son milagrosas por mucha investigación científica que tengan detrás, lo cierto es que nutricionistas y farmacéuticos recomiendan tomar algunas plantas y hiervas en infusión, dependiendo del resultado que esperemos de ellas.

Infusión
@leoniehanne

Nuestro último descubrimiento en el terreno de las infusiones ha sido la de caléndula. Una planta muy utilizada en productos cosméticos y que lleva décadas formando parte del mundo de la medicina tradicional, sobre todo para dolores menstruales o gastrointestinales. Pero esta semana descubrimos que no son las únicas de sus bondades, porque se le conocen también beneficios antioxidantes para la piel.

Todo lo que sabemos sobre la caléndula

Es una flor que crece en el sur y oeste de Europa, extendiéndose a lo largo de la costa mediterránea. La utilización de esta planta se remonta a la época de la antigua Grecia hasta el día de hoy, que se ha convertido en objeto de estudio por parte de la comunidad científica.

Caléndula
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Contiene flavonoides...

Gracias a estos trabajos de investigación* sabemos que es una plata que contiene flavonoides, de ahí su característico color anaranjado. Los flavonoides son compuestos químicos que se encuentran de forma natural en algunos alimentos y plantas; Potentes antioxidantes que ayudan a neutralizar los radicales libres, -moléculas dañinas que pueden causar daño celular y contribuir al envejecimiento de los tejidos-; además de ser antiinflamatorios, tanto a nivel interno como cutáneo.

... y también taninos

Los taninos son también compuestos fenólicos, como los flavonoides, que se encuentran en las plantas. Son antioxidantes y antiinflamatorios y se les suma otro beneficio más que es la astringencia. Por ello, la infusión de caléndula es también utilizada popularmente para tratar problemas digestivos.

La ESCOP (European Scientific Cooperative On Phytotherapy) indica la caléndula para la inflamación de la piel y mucosas en heridas. Por todo esto, se le atribuyen tanto a su ingesta oral a modo de infusiones, como a su aplicación cutánea a través de cremas y pomadas, beneficios para combatir la degeneración y el envejecimiento de la piel, por su acción de combatir radicales libres.

Cómo preparar infusión de caléndula en casa

Es una bebida muy sencilla de preparar. Compra flores secas de caléndula y calienta agua en una tetera o al microondas, 250 mililitros por taza. Retira del fuego antes de que hierva y añade 2 gramos aproximadamente (por taza) de flores. Deja infusionar entre 7 y 10 minutos y estará lista para beber.

Debes saber que el sabor de la caléndula es un poco amargo, por eso, muchas personas añaden hojas secas de lavanda o ramas de regaliz para endulzar la experiencia.

*Muñoz L.M. (2004). Plantas Medicinales Españolas Calendula Officinalis L. (Asteraceae). Medicina Naturista N.º 5: 257-261.