No hay duda de que Carlota Casiagui se ha convertido en todo un icono de la moda y la belleza. Siempre elegante, estilosa pero al mismo tiempo sencilla, o al menos esa es la sensación que transmite, que huye de los excesos y de lo excesivamente recargado. Así lo plasma en sus estilismos –donde los básicos son su punto fuerte– pero también en su pelo y maquillaje donde la naturalidad se convierte en su máxima.
Conseguir un beauty look como el de Carlota es algo bastante complicado porque ella tiene de base una belleza única que ningún producto ni operación estética es capaz de aportarnos. Sin embargo, y a pesar de que muchas veces aparece sin una gota de maquillaje, también echa mano de su neceser de vez en cuando –especialmente para actos importantes– pero lo hace de una forma tan sutil y correcta que apenas lo percibimos. Ella es la mejor representación posible del natural make up. Base, corrector e iluminador (a veces incluso solo uno de los tres), mejillas ligeramente sonrosadas y máscara de pestañas y, cuando quiere algo más marcado, un labial rosa o rojizo (generalmente en crema) y un toque de eyeliner negro.
Pero su rostro no es lo único que atrae nuestra atención. La hija de Carolina de Mónaco tiene un pelo envidiable y se nota que la hidratación es el único modo de conseguirlo. Casi siempre lo lleva suelto y al natural y –según da la sensación– solo apuesta por tenacillas o planchas en eventos especiales. Un gesto que hace que, al evitarlas la mayoría del tiempo, el cabello no sufra más de lo debido. Pero conseguir un pelo tan sano como el suyo suele requerir que las melenas más castigadas pasen por la peluquería para sanear las puntas y hacer un tratamiento hidratante. Después, mantenerlo en casa no es tan complicado con un poco de esfuerzo y los productos adecuados. El tratamiento de aceite caliente Damage, de Lush; el Huile Revitalisante, de Darphin y el acondicionador hidratante Selva Tropical, de The Body Shop -todas apuesta orgánicas y muy naturales-, son algunas de nuestras recomendaciones. Pero no nos engañemos. Aunque al final consigamos acercarnos a su estilo, Carlota es única (y tú, también).