Hace poco más de un año, la italiana Lucia Pica hacía su puesta de largo como directora creativa de make up de Chanel (sustituyendo a Peter Philips) con una arriesgada colección de otoño que invertía algunos códigos clásicos de maquillaje. Y es que en un acto rupturista proponía llevar el rojo –el tono de labios por antonomasia- a los ojos, utilizándolo a modo de sombra. ¿La excusa? Con el rojo se consiguen dos de los efectos más buscados: profundidad y luminosidad.
Ha pasado un año desde tal invocación y ya hemos hecho nuestra la tendencia. El color de la pasión no sólo se ha convertido en el rey de las colecciones de moda; también viste los párpados en toda su gama, desde un rojo llameante hasta el elegante burgundy. ¿Lo tienes descartado de tu paleta de sombras? Lee a continuación (y visita nuestra selección de sombras) porque quizás cambies de idea.
¿A quién favorece?
A todas. Da igual que tus ojos sean azules, verdes o marrones, ya que el rojo consigue destacar tu tono natural. “Transforma totalmente el color: a los marrones les hace parecer más miel y a los verdes más azulados”, cuenta el maquillador Iván Gómez. Sólo un “pero”: conviene utilizar doble cobertura de corrector de ojeras para iluminar la zona del contorno y evitar así la mirada de cansada.
¿Cómo utilizarlo?
La recomendación es comenzar con poco e ir a más. Una fina línea de eyeliner –que incluso, a falta de sombra, puedes trazar con un pincel y barra de labios roja- puede ser un buen inicio. A partir de aquí, amplía horizontes y abarca el párpado móvil. Lo de llegar al párpado fijo, como Joan Smalls, ya es para nota.