Thom Walker lleva poco más de un año en Givenchy y su llegada ha supuesto un soplo de aire fresco para las colecciones de maquillaje. Con una visión vanguardista y sencilla a la vez, Thom no solo es un hombre carismático, también uno de los grandes del sector con una inmensa trayectoria profesional. Ha trabajado para las revistas de moda más importantes, también para marcas como Zara, y ha maquillado a muchísimas celebrities para las alfombras rojas, entre ellas Rosalía.
La unión Givenchy-Thom no ha podido empezar mejor y este 2024 ya hemos podido saborear sus primeras creaciones, una sofisticada máscara de pestañas, una paleta de sombras y unos labiales. “El lanzamiento más importante de este año ha sido la máscara L’Interdit Couture Volume. Es un producto innovador, primero por su envase de cristal que además es reciclable y segundo, por el efecto que crea en las pestañas: no solo les da color, también las alarga, las define y les da volumen".
"Es emocionante porque este es realmente el primer año que hablo de productos que yo he desarrollado personalmente. También estoy muy orgulloso de la nueva paleta de sombras, que es perfecta para todos los días porque hay una mezcla de texturas, hay sombras satinadas, mate, metálicas… También hay dos nuevos labiales y todos los productos están pensados para realzar la belleza natural. Así que puedo decir que este 2024 es el año de Thom".
Una máscara y unas sombras perfectas para no cometer errores a la hora de maquillarse los ojos, sobre todo si tienes más de 50 años.
“El tiempo que llevo en Givenchy he estado muy ocupado”, bromea. “He aprendido mucho, ha sido muy enriquecedor empaparme de todo. Ahora estoy muy centrado en lo que tengo que hacer, tengo la responsabilidad de inspirarme, diseñar y desarrollar nuevos productos. Y a la vez, mi trabajo es como un juego, el sueño de cualquier maquillador, estar en mi estudio desarrollando barras de labios o sombras de ojos…".
"Imagínate, antes de Navidad estaba en mi estudio con mi asistente, teníamos como 150 barras de labios encima de una mesa y estábamos mezclando colores sin parar, ¡era como un juego! Evidentemente no es así todos los días, pero sí la mayoría de ellos”.
“Trabajar en una marca así me ha ayudado a alimentar aún más mi amor por lo simple, por la sencillez. Pero también he aprendido que la creatividad no tiene límites. Tú puedes empezar a crear con una idea y vas avanzando un paso, otro y así hasta el resultado final, que igual no tiene nada que ver con lo que habías pensado en un principio”.
El estilo de Thom es reconocible, su trabajo tiene un objetivo claro y es el de resaltar la belleza personal, no enmascararla. “Me gusta la naturalidad, la frescura, ese aspecto healthy. Me gusta que se ensalce la belleza, más que se enmascare. Y meter nuevas texturas y colores dentro de esta idea es lo que más me emociona de mi trabajo”.
Para este polifacético artista del maquillaje, es muy diferente trabajar en un shooting de moda que crear un look para un desfile o alfombra roja. “En un look de alfombra roja o en un shooting el maquillaje lo es todo, puede cambiar al personaje por completo. Y no tiene que ser un maquillaje muy exagerado ni muy dramático, pero siempre tiene que contar algo. Las prendas son solo prendas, necesitas el maquillaje para contar una historia”.
“Tampoco es que sea más importante que las prendas, pero las realza. Se complementan. Imagínate un vestido nude con unos labios rojos, increíble, ¿verdad? No necesitas nada más”. En este sentido, Thom tiene claro que, a pesar de que ambas cosas tengan la misma importancia, los directores creativos de estas dos disciplinas no son iguales de cara a la audiencia. “El diseñador de moda está más expuesto y puede ser un trabajo muy de cara al público si quieres. La gente se va a fijar en tu estilo, tu vida… Los makeup artist estamos más en el backstage, somos más discretos por decirlo de alguna manera”.
Por último y para terminar la entrevista, reflexiona sobre las redes sociales y la influencia que tienen en los más jóvenes. Le preguntamos si es positivo o negativo el hecho de que cualquier salga a hablar de maquillaje sin ser un profesional. “Las redes sociales pueden ser algo bueno si quieres aprender qué colores te sientan mejor o cómo aplicar los productos de forma correcta. Y hay de todo, también puedes encontrar a grandes profesionales que dan información muy valiosa. Internet es muy poderoso en este sentido y para mí, sin duda, es una buena herramienta porque te permite aprender”, concluye.