Hace mucho, mucho tiempo que Lily Collins dejó de ser la hija de Phil Collins para ser ella misma, una de las actrices más veneradas por los milenials. Tampoco es tan extraño, ya que esta británica de nacimiento (generación del 89) lleva en el cine desde el año 2009, cuando interpretó a la hija de Sandra Bullock en la película Un sueño posible que le valió un Oscar. A la Bullock, no a ella. Antes de eso había sido una niña anuncio, por lo que lo de ponerse ante las cámaras no le pillaba de nuevas. Lo curioso es que la interpretación no es el único amor confeso de Lily. De hecho, estudió periodismo y llegó a trabajar en revistas teen como Elle Girl y Seventeen.
Quizás su labor como redactora fuera lo que le impulsó a escribir un libro que publicó en 2017 y que se titulaba No Shame. No Regrets. Just Me. Fue una especie de acto de reconciliación con su padre músico, con el que se llevaba tirando a fatal desde que Phil se fuera a por tabaco y no volviera (Lily tenía entonces cinco años). En el mismo libro también habló de sus trastornos alimentarios, que la llevaron por la calle de la amargura durante la adolescencia.
De su vida privada sabemos que tuvo algunos novios conocidos, pero que la relación más duradera la mantuvo con el actor Jamie Campbell Bower, su pareja en la película Cazadores de sombras, aunque quizás te suene más si te decimos que es quien interpreta a Vecna, el malo malísimo de Stranger Things. Tras él llegó el director de chine Charlie McDowell, con el que se casó en 2021, año que esta amante de los perros y cantante ocasional (la puedes escuchar en la banda sonora de Mirror, Mirror) tiene marcado en su currículum en letras de oro porque fue el de la eclosión de Emily en París.
La serie de Netflix lleva dos temporadas de éxito continuado y el 21 de diciembre se estrenó la tercera. ¿Preparada para más amor y más looks perfectos cortesía de Lily? En estos nuevos episodios (no queremos hacerte spoilers, tranquila) encontraremos a nuestra heroína en su París del alma a punto de solventar las dudas que le plantea la encrucijada que tiene por delante. La cosa va de lealtades y de confianza, que en el caso de Emily son extrapolables tanto al plano sentimental como laboral. La protagonista deberá tomar decisiones de las que depende su futuro mientras sigue dentro de esa postal virtual que es su vida en la capital francesa. A disfrutarlo.
Lily Collins y Emily en París: el tándem perfecto
"Muchas de las cualidades de Emily, sobre el papel, resultarían muy molestas. Pero resulta muy triste pensar que la gente reaccionaría ante alguien tan optimista, lleno de vida y alegre diciendo: Es demasiado. Son unas cualidades muy buenas, y el hecho de que ella sepa compaginarlas con ser vulnerable, y pedir ayuda cuando comete errores, demuestra que no es infalible", aseguraba Lily sobre su personaje en una reciente entrevista para la revista Nylon.
Y es que no hay mejor defensora de Emily que la propia Lily. Quizá por eso, la actriz se haya convertido en la Sarah Jessica Parker de Sexo en Nueva York de su generación.