Cuando todas (y prácticamente todos, no miréis para otro lado) bailábamos el Wannabe de las Spice Girls, nadie, absolutamente nadie, diría que, 28 años después estaríamos suspirando por llevar un bolso, una blazer o un cinturón creados por Victoria Beckham, conocida entonces como Victoria Adams, la ‘pija’ del grupo.
Y, sin embargo, aquí estamos, en 2024, suspirando por ‘robarle’ una pieza a la muy ilustre británica. Que no cunda el desánimo: nuestro sueño se hace realidad este 23 de abril, cuando llega a tiendas la colección cápsula nacida de la colaboración entre la diseñadora y Mango. El suyo, el sueño de aquella Spice Girl a la que los críticos musicales ningunearon, se empezó a cumplir mucho antes.
En 1999, Victoria Adams y David Beckham se casaron. La para muchos improbable pareja nacida en el star-system (ramas musical y deportiva respectivamente) empezó a ejercer como celebrity power británica desde el mismo momento en que se conocieron, pero fue su boda el primer aviso a navegante de que lo de estos dos era, además de amor, negocio. En muy poco tiempo, Victoria comenzó a ejercer de WAG, término con el que son conocidas las esposas de futbolistas y cuyo cliché incluye armarios carísimos y fastuosos. Omnipresente en la revistas y dedicada a acompañar a su marido allí donde requerían sus servicios y a criar a sus hijos, pocos sabían que detrás de todo el oropel se estaba cociendo algo gordo.
La bomba saltó en 2007, cuando se anunció que Victoria trabajaba su primera colección de ropa. ¿Qué Victoria? ¿Victoria Beckham? A consagrados popes de la moda aquello les parecía inaudito, por mucho que la de ella fuera una presencia fija en la primera fila de grandes desfiles. Un año después, presentó su colección, 10 vestidos en edición limitada que marcarían su futuro, el cual, a priori, solo tenía dos caminos: o convertirse en esa diseñadora que tanto anhelaba o que su trabajo fuera catalogado como capricho de celebrity y hasta aquí hemos llegado.
No lo tenía fácil. Lo que se respiraba ante la prensa que sería testigo del lanzamiento se puede resumir en una sola palabra: condescendencia. Y, sin embargo, ocurrió el milagro (más bien trabajo duro) y la colección gustó mucho. Detrás había una buena inversión, de acuerdo, pero también mucho tesón y unos objetivos muy claros. Victoria había permanecido entre bambalinas, observando a los maestros, colaborando en el diseño de vaqueros y accesorios ajenos y creando un equipo con gente muy bien posicionada en la industria. Se dice que ella no tiene ni idea de hacer bocetos, pero sabe lo que quiere y conoce quién puede plasmar sus ideas en un dibujo.
Hoy, Victoria Beckham ha conseguido convertir en realidad lo que pocos logran: que todos sepamos qué características aúna la mujer qué propone, qué tipo de prendas usaría e incluso cómo se maquillaría (sí, la línea de belleza de la firma también va viento en popa). Sus prendas son sinónimo de elegancia, de siluetas perfectas y de transversalidad, esto es, looks que podrían quedar bien tanto en un meeting de oficina como en un cóctel o una reunión de padres. Las queremos en nuestros armarios; de hecho, son todo lo que queremos en nuestros armarios. Ello hace que esperemos esta nueva colaboración con Mango como agua de mayo (en nuestro caso, prácticamente de forma literal).
Coincidiendo con el 40 aniversario de la firma, la cápsula llega a tiendas precedida de un hype del que se han hecho eco todos los medios. Ve haciendo sitio en tu armario para vestidos hiperfemeninos, básicos de punto que nunca pasan de moda; sastrería perfecta y una colección de bolsos (¡por fin!), zapatos y accesorios que acercarán el estilo VB a estas simples mortales que radiografían sus apariciones públicas. Marca el 23 de abril porque nos apostamos a que todo lo que Victoria Beckham x Mango ponga a la venta, volará. Estás avisada.