Juana Acosta se define como una mujer feliz y alegre, pero olvida mencionar su talento para irradiar esas mismas cualidades allá por donde pisa. Apenas han pasado unos minutos desde su llegada y su energía proactiva se despliega cálida en un plató a priori tan aséptico y frío como la mañana que ha amanecido esta jornada.
“Mira, apúntate mi teléfono y si necesitas cualquier otra cosa, tú me escribes”, se ofrece tras concluir nuestra charla, comprometida con que la portada de InStyle –“me hace mucha ilusión volver a esta revista y trabajar con este equipo”– cuente con una entrevista a la altura de la ocasión.
Sus respuestas despliegan empoderamiento y seguridad, la misma que exhiben sus personajes en la ficción y con la que recorre las alfombras rojas que la han convertido en una de las mujeres más elegantes y mejor vestidas de la industria.
Vestido asimétrico en rosa flúor; (es.sportmax.com).
Las mejillas de Juana adquieren un fresco rubor rosado gracias al colorete en polvo Blush Subtil, de Lancôme, en el tono 02 Rose Sable; (lancome.es).
Mientras apura un café regado con leche vegetal, Juana Acosta (Cali, 1976) enumera entusiasta la larga ristra de proyectos que llenarán su agenda en los próximos meses, certificando así una carrera como actriz en continua progresión y ajetreo durante las últimas dos décadas.
Cine, televisión y teatro, a ambas orillas del charco, con el thriller Lobo feroz y el drama judicial Del otro lado del jardín como últimos ejemplos. La colombiana presume además de una versatilidad marca de la casa que ahora pretende completar con el inminente estreno de su faceta como productora.
Calité Films busca tender puentes y ofrecer una plataforma a las voces de autoras femeninas iberoamericanas, poniendo remedio a la necesidad imperiosa de Acosta de expresar su visión creativa. “Como actriz nunca eres escuchada, y no me quejo porque es lo que toca, pero yo tengo mucho que contar”, confirma. Somos todo oídos.
Top asimétrico deconstruido; (alexandermcqueen.com).
El párpado se marca con el tono más rosado de la paleta de sombras Hypnôse Palette 5 Couleurs, en 09 Fraicheur Rosee. Las pestañas ganan longitud y volumen con la máscara Lash Idôle, de Lancôme; (lancome.es).
Tras cumplirse 25 años de tu llegada a España, ¿cómo recuerdas tu entrada en la industria? ¿Tardaste en sentirte una más? No es fácil llegar a un país que no es el tuyo y encontrar tu lugar. Yo viví además un proceso de desarraigo, creo que común en muchos inmigrantes, muy complejo. Hay un momento en el que no te sientes ni de aquí ni de allá, estás en un limbo extraño en el que no eres de ningún lado. Adquieres palabras españolas, pero no tienes todavía el acento; allá te dicen que no hablas como una colombiana, pero tampoco hablas español perfecto. Sí, me resultó difícil, aunque mi objetivo era solo estudiar y volver.
Pero te quedaste. Nunca lo imaginé. Se mezclaron muchos factores: formé una familia, comencé a trabajar en lo que quería, me enamoré de Madrid... Supe que podía encontrar mi lugar y que este era el tipo de vida que quería tener. Venir a España no solo significaba mi acercamiento a la interpretación, sino también vivir en Europa. A finales de los noventa, esa otra forma de ver la vida me abrió mucho la mente, me revolucionó por completo.
También has revolucionado la industria con tu estilo. ¿Qué tienes para que una firma como Lancôme te elija como embajadora? ¡Deberías preguntárselo a ellos! Supongo que intervienen varios factores... Por ejemplo, llevo varios años cuidando bastante mi imagen en mis apariciones públicas. Un día entendí que las actrices americanas lo hacían de una manera impecable y que, si yo acudía a una alfombra roja, eso iba a salir en todas partes.
Como si hubieses vivido un momento de revelación. Es que las primeras veces que hacía alfombras rojas no las cuidaba. Me veía en las fotos y no me gustaba, así que me dije, “cuando haya que hacerse una foto tengo que estar impecable: bien maquillada y bien vestida”. Lo seguí y comenzó esta historia de amor con marcas de belleza y de moda. Lo que me hace ilusión es que Lancôme se haya fijado en mí a los 46 años, no cuando tenía 30. Eso quiere decir que algo está cambiando. Ellos, además, valoran una actitud vital basada en la felicidad y la belleza interior, algo que también está muy vinculado a mí.
Y cuando la necesitas, ¿dónde encuentras la belleza en el día a día? En los pequeños milagros cotidianos, en lo sutil. No hay nada que me haga más feliz que levantarme cada mañana y saludar a las flores de mi balcón o a un cactus que me compré hace dos semanas y que es mi bebé. También gozo desayunando en una linda mesa, aunque lo haga sola, o de meterme en la cama con mi hija un poquitico antes de que se vaya al colegio. Soy muy disfrutona de lo bello y de la vida.
Ya que tienes la suerte de estar en manos de los mejores, comparte con nosotros un secreto de belleza que no sea el de dormir y beber agua. El mejor secreto de belleza es pasárselo bien y escucharte a ti misma. Uno de mis propósitos de este año es no sobrecargarme de trabajo. Trato de tener tiempo para ver a mis amigos y a mi familia o para cenar fuera entre semana porque no madrugo al día siguiente. Me he perdido muchas cosas por no tener tiempo. También me está viniendo muy bien meditar. Lo hago quince minutos cada mañana al despertar; ni si- quiera enciendo la luz. Me ayuda a estar más tranquila por dentro y eso se refleja por fuera.
Vestido corsetero negro; (dolcegabbana.com).
Sin embargo, tienes la agenda hasta arriba. ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Este año ya he estrenado Lobo feroz, un thriller criminal con Adriana Ugarte y Javier Gutiérrez. Y esta primavera lanzamos Del otro lado del jardín, la adaptación de un libro sobre el derecho a la muerte digna. La hemos rodado en Colombia junto a HBO Max y es la primera película de la productora que he creado con mi hermana Valentina, Calité Films. Estamos centradas en contar historias de mujeres y casualmente la constituimos el 8 de marzo de 2022, en el Día de la Mujer. Nos hace mucha ilusión.
¿Fundar Calité es una forma de decir, “si no suena el teléfono, la que llama soy yo”? No, porque afortunada- mente no me ha faltado trabajo. En el confinamiento vi cómo las actrices de Hollywood se vinculaban con sus proyectos de otra manera para tener voz y voto. Siendo actor tu opinión no cuenta, nadie te oye, eres muy poco dueño de tu trabajo. Yo me resignaba, no pasa nada, pero tenía cosas que decir y aportar.
¿En qué se diferencia la Juana del despacho de la Juana del plató? Cuando eres actriz te dicen todo lo que tienes que hacer. No solo el director: desde que llegas al lu- gar de rodaje hay una persona esperando para llevarte a cada sitio y recogerte. En cambio, como productora, yo soy la que ordena, junta y decide. La parte creativa la estoy gozando mucho. Además, la gente quiere escuchar historias de mujeres, voces femeninas potentes y con mucha identidad. Es una temática que está en auge.
Igual esto te anima a ponerte frente a la página en blanco y escribir. No, pero me encantaría dirigir. Es un paso que llegará porque tengo muchas ganas, aunque todavía no he encontrado una historia. De momento pongo toda mi energía en mi trabajo de productora y en mis proyectos como actriz: en mayo voy a rodar una peli francesa y luego me voy a Colombia a hacer otra cosa para Televisión Española y a cerrar allí mi obra de teatro, El perdón.
¿Habrá hueco en alguna producción de Calité para tu hija Lola? Segurísimo que sí. Pero tiene 16 años y nosotros hemos sido siempre cuidadosos para preservarla de los medios. Ni siquiera aparece en las redes sociales de Ernesto (Alterio, padre de la joven) o en las mías. Mil veces nos han llamado para que salga con nosotros en producciones o en películas. Ella ha de vivir su vida como le toca, paso a paso. ¿Por qué por ser nosotros conocidos ella también tiene que serlo? Si bastante tenemos con lidiar con su adolescencia, que nunca es fácil, imagínate si además lidiáramos con una adolescente famosa. Lo tiene todo para que le vaya bien: estudió música, toca el piano, canta, va a clases de teatro... Cuando sea mayor de edad podremos pensar en un representante, pero por ahora no tenemos ninguna prisa. Calma.
Hace poco surgió en Hollywood un debate sobre los llamados nepo babies, los hijos que siguieron el camino de sus padres en la industria. ¿Lola lo tendrá más fácil? Los hijos de gente conocida lo tienen complicado porque siempre alguien dirá que les va bien ya que sus padres son famosos o tienen contactos. Para mantenerte en este mundo hay que trabajar y demostrar el talento cuando se abre el telón. A mí me decían al principio que era muy guapa, pero el físico tiene fecha de caducidad. Ahora tengo 46 y soy guapa de otra manera... ¡soy una señora! (ríe). Pero aquí sigo. Por curranta continúo trabajando y por curranta estoy haciendo esta portada de InStyle.
En El perdón, que concluyes ahora en Colombia, subes a escena el asesinato de tu padre cuando solo tenías 16 años. ¿Cómo has salido de ese viaje? Muy cansada. Ha sido una experiencia muy exigente física y emocionalmente, pero me ha ayudado a sanar. Creo que he cerrado algo sobre el asunto de mi padre que no estaba cerrado y es emocionante concluir El perdón en el teatro de Cali, mi ciudad y la de mi papá, justo 30 años después de su muerte. Ha sido catártico.
¿Asomarte a la edad que tenía tu padre (51) cuando lo mataron te ha acercado de alguna manera a él? Desde que murió me siento muy cerca de mi papá. Todos los días. Lo que sí me parece sincrónico es que justo el año que he hecho El perdón mi hija Lola tenía exactamente la misma edad que yo cuando le asesinaron. Es muy fuerte.
Dicen que el rencor es un veneno que tomamos para matar a otro. ¿Cuándo te diste cuenta de que lo estabas tomando? Al poco tiempo. Me encontraba llena de rabia, de odio y de ira. La violencia genera violencia y si te hacen daño el primer impulso es devolverlo con la misma moneda. Es humano, es animal. La violencia se te mete en el cuerpo. A los 16 años tenía pensamientos asesinos y mis sueños eran horribles. ¿Cómo podía estar pensando esas cosas a esa edad? Es algo que te asusta de verdad.
¿No queda nada de esa violencia dentro de ti? Cero, ya me la quité. Trabajo todos los días para que la violencia no me genere más violencia; tenemos que hacernos cargo de lo que nos pasa y transformarlo. Y no hablo solo de la que viví yo, sino de la del día a día, como que alguien te trate mal y sepas contenerte. Hacer El perdón provocó que volviera a terapia y es la mejor decisión que he tomado porque ha contribuido a cerrar muchos asuntos de mi vida. Trabajar esa reactividad, esa impulsividad, me
está ayudando un montón.
Por último, has confirmado públicamente tu reciente ruptura con Charles Alazet. ¿Cómo estás? Sí, me he separado. A nivel personal estoy muy bien. Estoy como quiero estar.
Fotografía: Javier Biosca
Realización: Francesca Rinciari
Maquillaje: Ricardo Calero
Peluquería: Olga Holovanova (Another Agency) para Kérastase
Asistente de realización: Piluca Valverde
Asistente de fotografía: Íñigo García
Manicura: Nubia Janeth Soacha