Desde que Milán ha inaugurado su última Fashion Week S/S25, son muchas las firmas sobre las que se extiende un halo de expectación, manteniendo a periodistas y amantes de la moda intrigados por saber qué dictarán sobre próximas tendencias. Una de las más esperadas ha sido la italiana Max Mara, que con Ian Griffiths al frente de su dirección creativa, ha presentado la que podría ser su colección más 'precisa' y 'matemática' hasta el momento, bajo un nombre que nos da algunas pistas sobre qué esperar: Sartorial alchemy.
Luciendo un conjunto de blazer cropped y falda larga, ha sido la modelo italiana Vittoria Ceretti, la encargada de abrir y cerrar un desfile en el que ha actuado a modo de maestra de ceremonias, guiando a un ejército de mujeres vestidas con total looks marrón chocolate, ente los que se infiltraban camisas blancas o negras, dejándose ver a modo de puños XL doblados por fuera de americanas o abrigos largos.
Las siluetas verticales han sido protagonistas en un desfile donde las chaquetas sastre en versión oversize, -que casi podríamos llevar de vestido-, y las faldas de punto hasta los tobillos con líneas rectas, mostraban propuestas alargadas y monocromáticas. Esta es la precisión alquimista que nos anuncia Griffiths en el nombre de la colección.
Aunque hoy ha demostrado que las normas también están para romperse y ha decidido jugar una vez más con la geometría, para valerse de estas figuras rectas y convertirlas en triángulos, triángulos invertidos e incluso relojes de arena, con la ayuda de cinturones estrechos, hombreras, pliegues a la altura de la cintura o cuellos halter.
De esta manera, Max Mara se hace con el control de las líneas y juega a la dualidad, pasando de lo sobrio y estructural a formas curvadas que permiten crear siluetas más naturales, sin perder la esencia minimal que caracteriza a la casa. Es en este punto donde Griffiths decide romper el equilibrio con detalles cut outs, mangas, escotes y faldas asimétricas.
Los tejidos también han sido una pieza clave en la narrativa que la casa nos ha querido contar. Presentándonos primero piezas de punto, abrigos de lana en colores oscuros, para transitar por blazers jaspeadas, camisas y vestidos de popelín en tonos arena, beige y crudo, con faldas ocre de sedas arrugadas.
Como si del final feliz de un cuento se tratara, podría decirse que el desfile ha terminado en boda, con un broche final de faldas largas y vestidos en un impecable color blanco nupcial, que hemos visto lucir como auténticas sacerdotisas griegas a top models de la talla de Irina Shayk o Vittoria Ceretti. Esta última bajando el telón con un vestido ceremonioso de cuello halter, escote en V y abertura frontal.