El señor que crea las tendencias ha dictado (parece ser) que no se llevan los pantalones pitillo o al menos no tanto como antes. El drama venía gestándose tímidamente desde hace tiempo y notaba cierto terror en mi entorno. No, no me siento sola.
No creáis que no he pasado por todo tipo de tendencias, también me costó un poco subir el tiro de los pantalones y una vez que lo hice, ya no quiero volver a bajarlo por razones más que evidentes. Y sí, eso también está empezando a llamar a nuestra puerta también. ¿Se la vas a abrir? Yo, por ahora, no y ni siquiera al tiro medio.
El mundo de las tendencias en los pantalones nos afecta de forma brutal. Es la prenda básica a la que recurrimos para todo y especialmente si hablamos de los jeans. Los pantalones vaqueros, el uniforme global, rigen nuestras vidas y si tienes un modelo con el que te sientes (por fin) cómoda y favorecida... ¿Quién manda a quitártelo? ¿Por qué ahora tengo que esconder mis pantalones pitillo y sustituirlos por todo lo contrario por muy bien que vea que les quedan los wide leg a las modelos de los catálogos?
Motivos para no renunciar a los pantalones pitillo
Y como periodista de moda del entorno digital aprovecho el recurso del lista para enumerar algunos de los motivos por los que no quiero renunciar a los pantalones pitillos.
Es un modelo de pantalón (jeans o no) que en teoría ha sido desbancado por los de corte holgado, pero ¿por qué sigue siendo uno de los más vendidos en las tiendas? De hecho, la cantidad de pitillos sigue siendo la misma con todo tipo de colores, variaciones y posibilidades. En Zara, por cierto, la colección de este año es de lo más interesante.
- Me veo estilizada. Siento que recogen mis piernas y las moldean, del mismo modo que la forma del vientre gracias a su tiro alto.
- No quiero decir con esto que no utilice otros modelos de pantalones con los que me guste el resultado. Especialmente y casi exclusivamente serían los mom jeans (algo más rectos y sueltecitos) que me permiten ir un poco más relajada y los mini flare que en su esencia son unos pitillos con una mini campana.
- Son elásticos y pueden soportar ciertos cambios de peso habituales sin tener que cambiar de talla y comprarte otros. ¿Irás algo más apretadita? Sí, pero servir, sirven y ya sabes que acaban cediendo un poco.
- Los pantalones pitillo quedan bien con todo tipo de zapatos y permite que se luzcan al máximo. Desde zapatillas deportivas a sandalias de tacón que pueden verse perfectamente porque el pitillo se ajusta al tobillo y deja el calzado al aire a la vista completamente.
- Son pantalones muy versátiles. Te crean un look informal con jersey calentito y zuecos, pero también te llevan de fiesta con unos salones y una camisa con detalles-joya, por ejemplo.
- Te permiten crear looks sencillos de equilibrio: pantalones ajustados con prendas holgadas en la parte superior. Y admito que son mis preferidos. Pitillo + blazer, pitillo + camisa oversize, pitillo + jersey holgado, pitillo + camisa + chaleco largo abierto...
- En invierno además, los pantalones pitillo tienen un plus. No todas queremos llevar siempre leggings cuando apostamos por unas botas de caña alta. Los pitillos son los mejores compañeros de todo tipo de botas y botines de tendencia. Desde las botas por encima de la rodilla a los botines cowboy o biker.
Los pitillos imprescindibles en mi colección personal
En mi fondo de armario de pitillos a finales de 2023 tengo los modelos que creo que son básicos e interesantes para mi día a día. Unos pitillos de color denim oscuro elegantes, unos negros y otros denim más claritos.
También he apostado por tener unos con rotos (hacía años que no los usaba y he vuelto a ellos), del mismo modo me he apuntado a la micro tendencia de los bajos deshilachados y al regreso del efecto lavado o despintado con otros tantos pitillos.
En verano es imprescindible el pitillo blanco y en otoño, también es interesante apuntarse al gris. Estos son algunos, quizá no todos los pitillos que tengo ni tendré, pero os podéis componer un buen armario cápsula de pitillos con estas ideas.