080 Barcelona Fashion arranca su 34ª edición con un primer día de desfiles de las firmas catalanas más emblemáticas del panorama. Entre ellas, una de las elegidas para inaugurar esta jornada de runways ha sido Simorra.
La firma barcelonesa ha presentado en casa su colección The Memory of Time FW24-25, una batería de diseños que reflexionan sobre el concepto del tiempo y que proponen el vínculo del presente y el futuro a través de la colaboración transgeneracional y un avance colectivo.
Con un comienzo épico, acompañado por una música rápida de violines, entre las sombras se descubre el primer diseño del desfile; un conjunto de suéter y pantalón en blanco nupcial, que contrasta con el juego de claro-oscuros y la música dramática que la firma ha escogido para presentarnos el escenario.
Este total look blanco no es baladí, porque el pañuelo atado al cuello en forma de maxi lazo, las mangas de tul asomando por debajo del jersey, en contraste con el tejido satinado de esta última prenda, y los pendientes XL en forma de amonite; son un preludio de lo que estamos a punto de presenciar.
Los detalles en tamaños grandes y exagerados son una norma en esta colección de la que Simorra se apropia para romper diseños largos y rectos. Los pañuelos atados al cuello se convierten en el recurso más utilizado por la firma para lograr este objetivo, pero no en el único. También ha sabido jugar de manera inteligente con la mezcla de tejidos, para añadir volumen a looks sobrios e inmaculados.
La superposición de capas de diferentes tejidos y texturas es una de las grandes propuestas de Simorra para este último 080, creando combinaciones originales que plantean los cambios sinérgicos de la historia, sobre los que la firma se propone reflexionar. Prendas de tul ligeramente transparentes, conviven en perfecta armonía con chaquetas y faldas de cuero, a las que se les suman fruncidos y tejidos fantasía.
Fruto de este paralelismo entre lo tradicional y lo innovador, la colección pretende hacer un guiño especial a 'lo de siempre', poniendo en valor la sofisticación artesanal que ya existía mucho antes de que los últimos avances tecnológicos llegasen al mundo de la moda.
Prendas de punto o estampados tye dye, se integran con métodos neo-craft y bordados de nava que simbolizan la perdurabilidad de lo verdaderamente importante y la posibilidad de la coexistencia entre pasado, presente y futuro.
La paleta de colores escogida para la colección no solo continúa la estela de tendencias que firmas internacionales han puesto sobre la mesa para esta temporada, sino que completa de significado a las prendas protagonistas de este universo tridimensional en el que Simorra nos invita a entrar.
Tonos como el gris perla, el marrón óxido, o el vino, contrastan perfectamente con blancos nupciales y el negro más atemporal. Combinados entre ellos o en total looks monocromáticos, la firma catalana se las apaña sin dificultad para dotar a cada estilismo con un significado extraordinario, en el que los detalles cobras un sentido y una función única.
Simorra, demuestra con esta última cápsula que está a la altura de grandes firmas internacionales de prêt-à-porter, con una proyección madura, enriquecida por su experiencia en la artesanía textil y dispuesta a jugar en la liga de alto rendimiento que supone la moda a nivel europeo.