Mi madre nunca lleva vestidos palabra de honor, pero se ha enamorado de este de lino de Mango: elegante y con efecto tipazo

Una vez pasados los 50 o los 60, la mayoría de las mujeres tienden a pensar que el mundo de la moda no tiene cabida para ellas. Creen que, por su edad, llevar cierto tipo de diseños o de prendas es prohibitivo y que deben hacer todo lo posible por esconder ciertas partes de su cuerpo y evitar que el resto del mundo sea testigo del paso de los años. Pero no podrían estar más equivocadas.

Si hay algo que he aprendido gracias a mi experiencia como periodista de moda es que, a la hora de vestir, no existen reglas. Simplemente uno debe ponerse lo que le apetezca y lo que le haga sentir bien. Eso es algo que de lo que intento convencer a mi madre cada vez que no quiere ponerse una prenda. En concreto, todas aquellas que enseñen hombros o brazos, como es el caso de los vestidos palabra de honor.

Este tipo de escote, con el que llevamos los hombros al aire ha sido sinónimo de elegancia desde sus inicios. Se dice que apareció en la década de 1930, de la mano del diseñador Mainbocher. Desde entonces, firmas como Dior o Madame Grès también comenzaron a incluirlo en sus diseños.

Fue Halston quien consagró sus popularización en la década de los 70, con diseños menos estructurados que derrochaban sofisticación y, además, eran mucho más cómodos.

A día de hoy, son muchísimas casas de lujo quienes han incluido los vestidos palabra de honor en sus colecciones: desde Stella McCartney, hasta Giorgio Armani, pasando por Dolce&Gabbana, Moschino o Versace.

Así, cuando mi madre me enseñó el vestido palabra de honor que había encontrado en Mango, tuve que convencerla de que se hiciera con él. No solo porque su diseño es tendencia, sino porque realmente sienta espectacular (y pienso robárselo en cuanto pueda).

6 momentos en los que el vestido palabra de honor ha hecho historia

Cuando pienso en un escote palabra de honor, no puedo evitar pensar en el glamour de las estrellas de Hollywood. Y es que este diseño ha formado parte de algunos de los looks más icónicos de la historia, quedando algunos vestidos en nuestro imaginario para siempre.

• Rita Hayworth en Gilda (1946). Imposible olvidar a la actriz haciendo su icónico baile mientras se quitaba el guante de seda, llevando un vestido negro espectacular.
• Marilyn Monroe en Los caballeros las prefieren rubias (1955). Años más tarde, Marilyn siguió los pasos de Rita, llevando un vestido palabra de honor con guantes para bailar y cantar, pero en un color rosa chillón muy llamativo.

• Julia Roberts en Pretty Woman (1990). No hay mujer que no se haya imaginado alguna vez con ese diseño impresionante en color rojo, acompañado de guantes de satén blanco.

• El vestido de novia de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York (2008). Su intento de boda fallido no impidió que nos fijáramos en en voluminoso vestido de Vivienne Westwood.

• Penélope Cruz en los Oscar (2009). La española ganó ese año una estatuilla a Mejor Actriz de Reparto por Vicky Cristina Barcelona. Un diseño vintage de Pierre Balmain de gasa y en color marfil.
• Zendaya en los Globos de Oro (2025). El mayor icono de moda actual lució un Louis Vuitton a medida en un color anaranjado y un tejido satinado de ensueño.

El vestido de lino de Mango que las más chic llevarán en primavera/verano 2025

El vestido de Mango que arrasará en primavera tiene truco: sí, es palabra de honor, pero cuenta con mangas. De esta forma, resulta ideal para quienes no se sientan cómodas enseñando brazo pero sí les apetezca enseñar hombros. De diseño corto y abullonado, sus mangas pasan a ser las claras protagonistas de la pieza.

Confeccionado con 100% lino se convierte en una de las prendas destinadas a triunfar cuando comiencen a subir las temperaturas. Este tejido es reconocido por su transpirabilidad y por lo fresco, cómodo y ligero que resulta en los meses de primavera/verano, siendo el favorito de quienes más saben de moda.

El corte midi, además, siempre es uno de los más elegantes y versátiles, pues permite que lo llevemos tanto en ocasiones casuales con zapatos de esparto, como en otras más formales, con sandalias de tacón doradas.

En cuanto a su diseño, es evasé, lo que quiere decir que marca la cintura, pero se abre para disimular las caderas. Es el vestido perfecto para afinar aún más el torso, consiguiendo un efecto tipazo sin igual, y resultado ultra favorecedor en todo tipo de cuerpos. Será la prenda que no nos querremos quitar hasta la llegada del otoño.