Mi madre de 60+ ha encontrado en Zara el vestido camisero de sus sueños: elegante, atemporal y con efecto tipazo

Frente a la moda efímera a la que estamos acostumbradas, en las que los ciclos de tendencias son cada vez más breves y cambiantes, las mujeres de 60+ se mantienen fieles a aquellas piezas atemporales que las acompañan temporada tras temporada. En primavera, hay una prenda concreta que consideran imbatible: el vestido camisero. Este se convierte en su opción preferida para crear looks elegantes, cómodos y frescos.

Esta prenda surgió a finales del siglo XIX y principios del XX y, como ocurre con muchos otros básicos de armario (véase los vaqueros), sus inicios estuvieron muy relacionados con el trabajo. Los usaban enfermeras, camareras y trabajadoras de fábricas, debido al confort que aportaban y a una funcionalidad que venía dada por su botonadura frontal. Así, se convirtieron en un símbolo muy reconocible de la mujer trabajadora.

Mucho ha llovido desde entonces y el vestido camisero pasó de ser una pieza relacionada con lo práctico y lo cómodo, a convertirse en una prenda que comenzó a seguir las diversas tendencias dentro del mundo de la moda.

Aunque en un principio solo se encontrara en su versión más clásica: con cuello solapa, cintura marcada y de largo midi, a lo largo de los años, hemos sido testigos de variantes muy diversas. Desde los diseños más oversize y fluidos, hasta tejidos drapeados, pasando por diferentes largos, maxi o mini y detalles como plisados o bordados.

En estas últimas temporadas, esta prenda ha vivido un gran renacer, haciendo numerosas apariciones en los desfiles de las casas de lujo más prestigiosas. Miu Miu presentó una versión básica en color blanco. Otras, como Dior, decidieron innovar (o recuperar el espíritu más dosmilero) combinando estas prendas con pantalones largos.

Etro apostó por un diseño estampado con volumen en la parte superior y una silueta ceñida con cola a partir de la cintura. Y Balenciaga, siempre con su aire más atrevido e innovador, reinterpretó la prenda a través de transparencias, bordados y brillos.

Sin embargo, todas sabemos por qué variante se decantarán las mujeres de 60: por el diseño más atemporal, aquel que podrán llevar durante toda la vida, en una infinidad de ocasiones. Y tenemos buenas noticias, porque Zara se ha adelantado a la primavera, lanzando el vestido camisero que será un éxito asegurado.

El vestido camisero que lucirán en primavera las mujeres de 60+ más chic

Si hay algo que podamos afirmar es que el buque insignia de Inditex siempre es el primero en lanzar prendas que serán verdadera tendencia. Zara nos da lo que necesitamos, incluso antes de que sepamos qué es exactamente lo que necesitamos, y eso es lo que le ha ocurrido a mi madre con sus últimas novedades.

El vestido camisero en cuestión tiene un diseño clásico, con cuello solapa y manga larga, que lo hace perfecto para esos días de primavera en los que el calor aún no aprieta. No obstante, lo que más llama la atención y el atributo que lo posiciona como caballo ganador de la temporada es su cintura entallada a través de pliegues. Sin necesidad de añadir un cinturón, la prenda se ajusta al cuerpo a la perfección, resaltando la cintura y consiguiendo el efecto tipazo que tanto ansiamos, sin tener que renunciar al confort. 

Esta zona ajustada contrasta con la fluidez del bajo y la anchura de la parte superior, de forma que nos dará esa silueta de reloj de arena tan favorecedora, sentando bien en todo tipo de cuerpos.

Vestido camisero blanco con cintura entallada de Zara. 39,95 euros. REF.  0387/053/250

Su cierre frontal con botones le aporta un toque sofisticado, gracias al tono dorado que brilla sobre la base blanca del vestido. De esta forma, la prenda se convierte en una opción ideal para las adeptas al estilo Old Money y lujo silencioso. Se logra una elegancia que parece innata, totalmente conseguida sin esfuerzo. Y es que tan solo llevando este vestido, podremos olvidarnos de complicaciones. 

Su versatilidad y sencillez permitirá que podamos llevarlo con todo tipo de prendas. Desde botas altas y gabardina para los días iniciales de la primavera, hasta sandalias planas y cuñas cuando comenzamos a ver las primeras señales de la llegada del verano. Un básico imprescindible que demuestra que, a veces, efectivamente, menos es más.