Pensamos que la vitamina C o el retinol son como nuestra hada madrina que a golpe de varita (y un par de gotitas de nuestro sérum favorito) nos devuelven la juventud al rostro. Bibidi Babidi Bú y de vuelta a los 20 años. Y nada más lejos de la realidad, porque nuestro objetivo no es ser más jóvenes (a veces sí queremos parecerlo), sino envejecer de la mejor forma posible con una piel sana y fortalecida.
Más allá de nuestros deseos antienvejecimiento, en ocasiones otro de nuestros anhelos es que parezca que hemos dormido 10 horas aunque no haya sido así, porque no queremos asustar a nuestro jefe ni a ningún compañero de la oficina. Y, aunque todavía seguimos en búsqueda activa de hada madrina que nos dé parte de esa juventud que el paso del tiempo nos ha quitado, sí que hemos encontrado el truco de belleza definitivo para una piel radiante y mucho más firme.
No es una crema, no es sérum y tampoco se trata de la famosísima (y maravillosa) vitamina C. Se llaman proteoglicanos y a partir de ahora los vas a querer en tu rutina de skincare porque son casi mágicos. ¡Adiós mala cara, adiós arrugas! ¡Hola luminosidad!
Qué son los proteoglicanos
Como muchos de los ingredientes que nos ponemos en el rostro, nuestro cuerpo los produce de forma natural. Y lo mismo pasa con los proteoglicanos: forman parte del tejido de la piel. Pero, ¿qué son exactamente? “Los proteoglicanos son moléculas compuestas de proteínas y cadenas de glicosaminoglicanos que ayudan a mantener la estructura y firmeza de nuestra piel” explica la Dra. Lara Victoria, médico-estético, experta en estética regenerativa y portavoz de Druni.
Gracias a estas moléculas, similares a unas esponjas super eficientes, nuestra piel se mantiene hidratada y firme, ya que retienen gran cantidad de agua. Para entenderlo mejor: son como ese entrenador personal insistente que está ahí para que nuestra piel se vea rellena, tensada y con luminosidad.
Así que recuerda su nombre porque van a hacer mucho por la salud de tu piel. P-r-o-t-e-o-g-l-i-c-a-n-o-s. Otra palabreja que incluimos a la lista de nombres raros que llevan nuestras cremas y sérums.
Qué beneficios tienen los proteoglicanos y por qué nos encantan
Dicho a bote pronto, digamos que los proteoglicanos transforman la piel y sus beneficios son los que más buscamos en un cosmético:
- Aportan hidratación. Retienen muchísima agua, por lo que la piel se verá mucho más suave, hidratada y con menos resequedad. Es como darle a la piel un gran cubo de agua para que no deje de estar hidratada.
- Combaten el envejecimiento. Suavizan las arrugas y las líneas de expresión. La piel se ve más elástica y rellena, debido a su poder hidratante.
- Dan firmeza a la piel. Ayudan a producir más colágeno y elastina. ¿En qué se traduce esto? En una piel más tersa y firme.
- Iluminan el rostro. Son como ese toque mágico que le falta a la piel. Dan un brillo sano y natural que proporciona un efecto buena cara inmediato.
En definitiva, los proteoglicanos “mejoran la hidratación, la elasticidad y la firmeza de la piel. También favorecen la regeneración celular y aportan luminosidad, reduciendo los signos de envejecimiento”, apunta la Dra. Lara Victoria. Además, nos ayudan a conseguir ese efecto baby skin de piel suave, tersa y luminosa que tanto nos gusta.
Cómo y cuándo se utilizan los proteoglicanos
Lo único difícil de los proteoglicanos es su nombre, porque introducirlos en nuestra rutina de cuidado facial es de lo más sencillo.
“Los proteoglicanos se aplican en sérum o ampollas, generalmente en la rutina de cuidado facial de día/noche. Se deben usar tras la limpieza y después de nuestro antioxidante (y antes del fotoprotector en caso de usar de día). O posterior a la limpieza y antes de la crema de noche (específica según las necesidades de la piel) en el caso de la rutina de noche”, finaliza la Dra. Lara Victoria.
Lo ideal es aplicarlas dos veces al día, tanto por la mañana como por la noche. Pero, si solo se aplican una vez al día, es preferible que sea en la rutina de mañana para aprovechar las propiedades antioxidantes de los ingredientes que contienen.
Las ampollas con proteoglicanos y vitamina C que reducen el envejecimiento e iluminan la piel
Las ampollas son tratamientos intensivos y muy eficaces en formatos monodosis que se complementan con cremas, sérums u otros tratamientos antiedad, ya que suelen incluir una mayor concentración de activos y mantienen su fórmula intacta durante mucho más tiempo. Y a pesar de su pequeño tamaño, los resultados que prometen son muy grandes.
En cuanto a su uso, las ampollas monodosis están preparadas para usar en un plazo corto de tiempo. Una vez abierta, las propiedades de las ampollas se conservan en óptimas condiciones entre aproximadamente 24-72 horas, dependiendo de las indicaciones de la marca. La mayoría de este tipo de ampollas están pensadas para 2-3 usos, así que lo ideal es gastar todo su contenido el mismo día o al día siguiente. A partir de los tres días, sus activos van perdiendo progresivamente la efectividad por oxidación.
Hay muchos tipos de ampollas en el mercado, pero las que más nos gustan a nosotros son las que tienen poder antiedad e iluminan. Aquí una de las que hemos usado recientemente.
Estas en concreto, las Endocare Radiance C Proteoglicanos Oil-free de Cantabria Labs, contienen proteoglicanos y vitamina C, que regeneran, hidratan e iluminan la piel son el complemento ideal para cualquier rutina de cuidado de la piel. Además, gracias a la combinación de la alta concentración de proteoglicanos y vitamina C con la tecnología patentada SCA Growth Factor Technology de la marca (que actúa directamente sobre el fibroblasto para reparar y estimular las “células viejas”, consiguiendo que se comporten como células jóvenes y puedan producir colágeno de calidad.), conseguimos una acción antioxidante muy potente que consigue reducir los signos del envejecimiento y prevenir su aparición.
Es un tratamiento integral para el cuidado de la piel, perfectas para piel seca. No obstante, son aptas para todo tipo de piel, incluso mixtas y grasas, puesto que no son comedogénicas y debido a su textura fluida no deja residuo graso y se absorbe rápidamente.
Y un tip extra: Son ese tipo de ampollas que no pueden faltar para los días previos a un evento especial, ya que iluminan y unifican el tono. Incluso, si no es tan especial y queremos ese efecto buena cara… también podemos usarla. Lo ideal es introducirlo en la rutina entre cuatro o cinco días antes del acontecimiento.
Más ampollas con proteoglicanos para conseguir efecto buena cara
Los proteglicanos y la vitamina C de las ampollas Proteos Hydra Plus SP de Marti Derm hacen que su fómula sea un potente tratamiento hidratante y reafirmante, que proporciona una hidratación intensiva, luminosidad en estado puro, acción antioxidante y ayuda a disminuir las arrugas. Compleméntalas con tu sérum o crema antiedad de confianza y verás resultados mucho más rápido.
También protegen de las radiaciones UVA (no por esto debemos obviar el uso de protector solar) y actúan desde la primera aplicación. Se pueden utilizar de forma diaria. ¡No te olvides de aplicarlas en cuello y escote!
Proteger, hidratar e iluminar: estos son los principales efectos que vamos a conseguir con este tratamiento. Las ampollas Flavo-C Ultraglican de Isdinceutics son la solución para un rostro rejuvenecido y luminoso: activa la producción de colágeno, protege la piel del estrés oxidativo que producen los radicales libres y combate los signos del envejecimiento. Combina proteoglicanos y preproteoglicanos para fortalecer las estructuras de la piel. Gracias a estos ingredientes, aporta una hidratación intensiva y duradera, puesto que también incluye ácido hialurónico.
Además, son el refuerzo diario que necesita la piel, ya que devuelve la elasticidad y la luminosidad a la piel apagada. Tras 28 días de uso, la marca promete una reducción visible de la apariencia de las arrugas en un 78%.
*Precios actualizados a 14 de octubre de 2024.
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