Llega un momento en la vida en el que empiezan a preocuparnos cosas a las que antes no prestábamos ni un ápice de atención. El ejercicio, la dieta o el skincare son algunas de ellas, con un denominador común: la salud y el paso del tiempo.
Cuantos más años cumplimos, más nos preocupamos porque a nuestro organismo no le falte de nada y una de las proteínas que más recomiendan seguir de cerca es el colágeno, fundamental para unos huesos fuertes y una piel suave.
Los laboratorios nos lo han puesto muy fácil con cremas y sérums para todos los bolsillos. Sin embargo, lo que muchas no saben es que la cosmética no siempre es suficiente y que la manera más eficaz de estimular la creación de colágeno es mediante su ingesta. Y no, no hablamos exclusivamente de suplementos. Hay otras alternativas igual de saludables -y mucho más ricas- para aquellas que no quieran dejarse un dineral en vitaminas, como las infusiones.
Ya hemos hablado en infinidad de ocasiones del poder hidratante y antiedad que tienen este tipo de bebidas, dependiendo, claro, de sus ingredientes. Existen dos en concreto a los que se les atribuye una alta capacidad para la estimulación de colágeno y que juntas son una auténtica bomba antiaging: el té blanco y el aloe vera.
Qué puede hacer el té blanco por nuestra piel
Esta variedad de té, aunque sea una de las menos consumidas en España, es una de las más recomendadas por nutricionistas y dermatólogos. La razón principal es la manera en la que se procesa.
El té blanco se elabora con los brotes de la planta Camellia Sinensis dejándolos secar al sol. Este proceso no requiere apenas oxidación, por lo que el té blanco conserva la mayoría de sus propiedades antioxidantes -hasta tres veces más que el resto de tipos de té-.
Los polifelones o mejor dicho, las catequinas son una parte fundamental del té blanco. Estos antioxidantes son un potentísimo antiedad, porque protegen las células del organismo del daño de los radicales libres -tal y como dicta la revista científica Food Chemistry-, por lo que ayuda a reparar el envejecimiento prematuro.
El colágeno también juega un papel fundamental entre los beneficios de este té, porque, gracias a estas catequinas, la síntesis de colágeno y elastina queda protegida sin riesgo a dañarse y a ralentizar su producción, lo que se traduce en unos tejidos más fuertes y elásticos, desde los huesos a la piel del cuerpo y la cara.
El aloe vera: el compañero perfecto del té blanco
La planta de aloe vera es una de las más populares en los productos de cosmética. Desde mascarillas para le pelo hasta cremas para la piel, son de sobra conocidas sus propiedades antiinflamatorias e incluso antiedad.
Esto se debe a la multitud de vitaminas que contiene. La más relevante en cuanto al rejuvenecimiento de la piel son la vitamina A, un superantioxidante, y la vitamina C.
- Estimula la producción de colágeno. El aloe vera es capaz de estimular fibroblastos, las células que se encargan de la producción de colágeno. Esto aumenta las cantidades de la proteína tan necesaria para la elasticidad de la piel.
- Un coctel de vitaminas. Como ya hemos mencionado, el aloe vera es alto en vitaminas, sobre todo las vitaminas A, E y C, todas ellas fundamentales para la producción de colágeno y la firmeza del cutis.
- Contiene ácido málico. Este compuesto tiene montones de beneficios, desde la exfoliación de la piel, hasta la hidratación, la estimulación de colágeno o la capacidad de mejorar la textura de los tejidos.
Cómo y cuándo tomar té blanco con aloe vera
Conseguirlo es muy fácil, porque la venden en bolsitas ya preparadas para que puedas hacerla también fuera de casa. Aunque, si tienes té blanco a granel en la cocina, puedes utilizarlo para esta combinación. Solo necesitarás una cucharada de carne o gel de aloe vera, disolverla en agua caliente y preparar el té con esa agua.
En cuanto al momento del día, se cree que en ayunas es como mejor se absorben las propiedades de todo tipo de tés o infusiones, pero lo cierto es que es perfecta para tomar a cualquier hora del día, sobre todo fría, ahora que llega el calor del verano.