Está claro que en términos de gustos de maquillaje no hay nada escrito a lo que ceñirse estrictamente, lo que sí tenemos que tener claro es a qué herramientas darle cada uso para conseguir mejores resultados. Es el caso del complejo mundo de las brochas, pinceles y esponjas. Pero no te preocupes, porque tenemos dos sencillas pautas con las que no volverás a liarte y podrás conseguir looks de 'youtuber' de una forma más fácil:
1. Todo depende a la cobertura que quieras conseguir. La base de maquillaje líquida o en crema es la que mejor se adapta a todo tipo de herramientas. Podemos usar una brocha para conseguir una cobertura mucho mayor (eso sí, de pelo sintético), una esponja para obtener un efecto segunda piel, nada recargada; y hasta los dedos. Esto último es muy recomendable cuando quieres una cobertura mínima y fácil de extender, pues el calor de nuestros dedos la derrite y hace más fácil su extensión.
2. Dime qué fórmula usas y te diré que tienes que usar. Es tan simple como saber que los productos en crema se llevan mucho mejor con las esponjas, pues su textura hace que se extiendan mejor y que difuminar sea más preciso. Además, el corrector es más sencillo de difuminar con esta herramienta pues llega a rincones más pequeños y precisos. Por el contrario, productos en polvo como bronceadores o coloretes se llevan fatal con las esponjas. Para usar estos últimos, mejor usa brocha, de cualquier tipo de fibra.