¿Has oído hablar del prelavado del pelo? Durante toda la vida hemos seguido una rutina de usar champú y después acondicionador o mascarilla (en este punto hay muchas que cometen errores muy graves). Bien, pues este orden quizá no esté siendo el más beneficioso para tu cabello.
Si lo notas dañado o encrespado quizá debas sumarte a una de las nuevas técnicas capilares más beneficiosas e interesantes. Hablamos del prelavado con una experta que resuelve todas nuestras dudas.
¿Por qué hacer el prelavado?
Helena Rodero es una farmacéutica y formadora especializada en el cuidado del cabello que además cuenta con más de un millón de seguidores en su perfil de Instagram (@helena.rodero). A esta experta hemos acudido para conocer el truco que va a cambiar para siempre, tal y como suelen decirle las que reciben sus tratamientos, la salud y aspecto de su pelo.
"La técnica del prelavado es interesante para cabellos dañados, encrespados y también para las de cabello rizado (de cutícula más abierta). También se le recomienda a personas que no utilizan mascarilla porque les resulta engrasante o sienten que les da peso. Y para las que utilizan la mascarilla incorrectamente (en la ducha solo unos minutos), es un producto que necesita de 10 a 20 minutos para conseguir eficacia. Al hacerlo ese uso fuera de la ducha y en seco, cumples ese tiempo seguro", explica Rodero a InStyle.es.
¿Por qué es importante el prelavado? Según nos cuenta la experta, la clave está en conocer qué es la fatiga higral y cómo puede afectar a nuestro cabello. "Cuando nos lavamos el cabello el agua entra en la fibra rápidamente y eso produce la fatiga higral. El agua es necesaria para lavarnos, pero también genera un daño, como un agotamiento de la fibra científicamente demostrado. Cuando tenemos el cabello más dañado esa entrada de agua es más rápida porque se debilita esa capa de grasa natural que repele el agua", explica Helena Rodero.
Daños por decoloración, mechas, permanentes y mal trato como usar demasiadas herramientas de calor o desenredarlo incorrectamente pueden llevarnos a ello. "Ese agotamiento debilita el cabello y cuando el agua está dentro se rompen unos enlaces que son los más numerosos, los puentes de hidrógeno, entonces el cabello estará más elástico y cualquier cosa que manipules, frotes o toques hará que se rompa más y así es como notamos esa fatiga hidral".
Beneficios del prelavado
- Protegemos el cabello de la entrada de agua o fatiga higral. El producto del prelavado actúa como barrera, sustituye esta protección natural que tenía nuestro cabello para que el agua no entre tan fácilmente y en menos cantidad.
- Al dejar el producto el tiempo necesario obtendremos el mejor resultado posible.
Paso a paso para hacer el prelavado y lavado del pelo
- Para lavarse la cabeza es importante que desenredemos el cabello en seco (incluso los rizados), porque así está más resistente, y en dirección de abajo a arriba.
- Elegimos el producto que vamos a usar. Puede ser un acondicionador, mascarilla o aceite capilar. "Si es un acondicionador, está destinado sencillamente a embellecer, es una acción externa de 1 o 2 minutos y nos protege de la fatiga higral. Si usamos un aceite capilar, no tienes que esperar, se aplica y a la ducha directamente. Aunque si el producto lleva en sus ingredientes aceite de coco conviene esperar unos 15 minutos para que actúe y proteja el cabello. Las mascarillas, denominadas acondicionadores de relleno, necesitan más tiempo de acción, máximo 20 minutos y de medios a puntas. No va a penetrar más ni mejor si estamos más tiempo", asegura Helena Rodero.
- "Mascarilla no más de una vez a la semana si está muy dañado, y después ir espaciando a una vez cada 15 días y finalmente una vez al mes según las necesidades. El resto de días puedes utilizar acondicionador o aceite en el prelavado".
- Su recomendación es aplicar el producto elegido de medios a puntas que es donde tenemos más necesidad. En el cuero cabelludo no se debe hacer el prelavado porque "no conseguiríamos limpiarlo luego bien", apunta la experta.
- Cuando usamos el champú debemos centrarnos en el cuero cabelludo, no es para lavar la fibra. Frotamos en la misma dirección con yemas de los dedos y normalmente solo una o dos pasadas según nuestro tipo de cuero cabelludo. Si es graso necesitaremos dos y si es seco, una pasada. "La frecuencia de lavado de cabello puede ser diaria, pero mínimo tres veces a la semana", apunta para aclarar una duda habitual.
- Después del champú debemos usar el acondicionador. Siempre de medios a puntas y con cabello escurrido, dejamos actuar de 1 a 2 minutos y después aclaramos. "Si en prelavado hemos usado mascarilla no volveríamos a utilizarla, el lavado debe terminar acondicionándose, pero puede que tu cabello no lo necesite si con el prelavado ya se ha quedado bien"
- Una vez retirado el máximo de humedad del cabello, sin retorcer, procedemos a desenredar de abajo a arriba. "Si has seguido los pasos no lo tendrás apenas enredado y será muy fácil", asegura Helena.
- Llega el momento del secado. "Aconsejo usar secador porque cuanto antes salga la humedad del cabello, mejor. Hazlo a unos 15 centímetros y con temperatura media, así beneficiamos y no dañamos el pelo", puntualiza.