Cuando llevas mucho tiempo inmersa en el universo de la belleza, comprendes que tan importante son los cosméticos que utilices, como los pasos que des en tu rutina de cuidado facial. De la formulación de los productos y el orden en el que apliques cada cosmético dependerá gran parte de su efectividad. Pero, ¿y si te dijese que el modo en el que los extiendes sobre el rostro puede marcar la diferencia?
Si el ritual de belleza coreano ya me había conquistado entre esencias faciales, protectores solares convertidos en ‘best sellers’ y cremas antiedad con innovadoras formulaciones, en esta ocasión ha sido otro país del continente asiático el que me ha cautivado con su método. Hablo de Japón y su técnica de masaje facial exprés.
Qué es el masaje facial japonés
A través de Shiseido me interesé por el conocido como “Kobido”, una técnica tradicional japonesa de masaje facial que se ha practicado durante siglos en Japón. Consiste en una combinación de movimientos suaves, presión y estiramiento en puntos específicos del rostro y del cuello para mejorar la circulación sanguínea, promover la eliminación de toxinas, tonificar los músculos faciales y relajarnos por unos instantes.
En el país nipón, se cree que este tipo de masajes no sólo promueven la salud y la belleza de nuestro rostro desde el interior, sino que también equilibran el flujo de energía vital. Algo que influiría en nuestro bienestar general. ¿Quién no quiere probar algo así?
Beneficios del masaje facial japonés
“Los masajes faciales regulares ayudan a mejorar la calidad de la piel y de la circulación, mientras ayudan a reducir la aparición de las arrugas”, adelanta Thalia Phamova, ‘make up artist’ de Shiseido. Y sus beneficios no se quedan aquí, sino que entre ellos contamos con:
- Mejora la circulación sanguínea: los movimientos de masaje ayudan a aumentar el flujo sanguíneo en la piel, lo que favorece la oxigenación de los tejidos, de ahí que el cutis tenga una apariencia más radiante y saludable.
- Tonifica el rostro: al tonificar los músculos faciales, contribuye a reducir la flacidez y mejora la firmeza de la piel.
- Estimula el sistema linfático: favorece así el drenaje de líquidos y toxinas, reduciendo el aspecto hinchado de las bolsas y contribuyendo a aclarar las ojeras.
- Resulta relajante: reduce el estrés y la tensión que acumulamos a lo largo del día y que se reflejan en nuestros músculos faciales.
- Mejora la absorción de los cosméticos: “cuando preparas la piel utilizando estas técnicas, los productos funcionan mejor”, asegura Phamova, quien apunta a los beneficios de realizar este masaje cuando aplicas la crema hidratante en el rostro. Tiene sentido, ya que al estimular la circulación, permite que los ingredientes activos penetren más eficazmente en la piel para un rostro más hidratado, luminoso y nutrido.
Masaje facial japonés paso a paso
Cuando un método promete, no sólo mejorar el aspecto de mi piel de forma natural y sencilla, sino además un momento de relajación y autocuidado, ¡allá que voy yo a probarlo! Es muy sencillo y, haciéndolo bien, sobre la piel limpia por la mañana o por la noche antes de irte a dormir, se notan los resultados.
En mi caso, mi preocupación era el aspecto oscurecido de las ojeras, la hinchazón de las bolsas, las patas de gallo y las pequeñas arrugas que se forman alrededor de la boca. De ahí que siguiese paso a paso el método facial japonés de 5 minutos recomendado por Thalia Phamova. Consiste en:
- Aplica generosamente tu contorno de ojos habitual debajo de los ojos y los párpados.
- Para ayudar a estimular la circulación en este área, la experta explica que hay que presionar “suavemente la zona de debajo de las cejas, deslizando los dedos alrededor de los ojos en movimientos circulares 3 veces”.
- Estira la piel desde los extremos de los ojos hacia la sien, empezando debajo de los ojos. Repite este gesto también en los párpados y hazlo durante 3 veces.
- Ahora llega el turno de la parte inferior del rostro, donde puedes extender bien una crema de contorno de labios —específica para el código de barras—, bien tu hidratante habitual. Aplícala debajo de la nariz y en el área de la barbilla.
- Sitúa los dedos debajo del labio inferior y “levanta los extremos de los labios hacia tus mejillas”, recomienda Phamova. A lo que añade: “Estira la piel de alrededor del labio superior hacia afuera de tus mejillas como si fueras a suavizar tus arrugas”. Al igual que los anteriores, repite este paso 3 veces.
- Finalmente, haciendo un poco más de presión, estira las arrugas que se encuentran en el labio superior “hacia arriba y hacia fuera de las mejillas y de los ojos”, nuevamente, 3 veces.
¡Listo! Así de rápido, fácil y efectivo. Lograrás rejuvenecer tu rostro, terminar con la apariencia de cara cansada y piel apagada, un aspecto que tiende a sumarnos años ipso facto.