Cumplí la mayoría de edad el mismo año que se iniciaron los 90 y durante mis 20 viví de lleno los códigos de la época. Ahora, la moda vuelve la vista atrás y muchas de las tendencias que llevábamos entonces están de actualidad; los skater jeans rotos y de estética grunge o la camiseta blanca que llevaban TODAS las celebs del momento y las zapatillas con plataforma de estética cyber… Pero, crecer en los años noventa también era crecer en la época de las primeras top models, rodeada de referentes de moda muy estrictos: si no cumplías el famoso 90-60-90 (incluso menos según fueron pasando los años) no entrabas en el concepto de belleza estándar. El auge de trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia fue la otra cara de la moneda de finales de los años 90.
Afortunadamente, hoy en día las niñas, niños y adolescentes tienen otros modelos de referencia basados en la diversidad. Cada vez es más común ver modelos con tallas más allá de la 36, las llamadas curvy, en campañas de moda (el último ejemplo lo vimos en Bershka) y la tendencia Body Positive parece haber calado en la industria de la moda. Pero, a pesar de que los estándares de belleza actuales son menos restrictivos, las mujeres que siguen necesitando terapia por cuestiones derivadas con el físico no ha disminuido en estos años, "han bajado los casos graves, como los trastornos de la alimentación, pero los que tienen que ver con la preocupación hacia el cuerpo, se mantienen igual que antes", afirman Raquel Moya y Cristina Lomas, desde la consulta de Psicólogos online Y Psi Hablamos?
El movimiento Body Positive aboga por amar nuestros cuerpos tal y como son, con sus imperfecciones, michelines, pelos y formas. Pero, ¿qué pasa si no lo logramos? Las fotos de chicas tristes y delgadas de las campañas de moda de los años 90 están siendo sustituidas por otras de mujeres alegres y cargadas de fuerza, mujeres que enseñan sus estrías, que se hacen fotos en ropa interior con cuerpos no normativos y reclaman su lugar en el mundo y en la industria de la moda. Pero, ¿no es esta otra manera de presionarnos, de decirnos cómo debe ser la relación con nuestra imagen? ¿Acaso es tan malo no amar cada centímetro de nuestro cuerpo?
La actriz Jamela Jamil, protagonista de la serie de Netflix, The God Place y activista social que en los últimos tiempos se ha erigido como abanderada de la lucha a favor de la belleza saludable y realista, ha abierto el debate en torno a la positividad tóxica que puede provocar el afán de gustarnos 24/7. Para ella, sería mucho más saludable establecer una relación neutral con nuestro físico, ni amarlo ni odiarlo, es decir: observarlo desde la neutralidad.
El Body Neutrality es una alternativa que no busca amar nuestro cuerpo a todas horas, sino aceptarlo, dejando de lado las expectativas y la ansiedad que puede provocar no estar completamente bien con él. Según Cristina Lomas, cualquier actitud que nos exija un resultado va a causarnos estrés y ansiedad, por ello, ambas están de acuerdo en que, “lo saludable es respetarnos y aceptarnos, querernos desde una mirada comprensiva sobre lo que somos, pero eso no quita que haya algo que no sea de nuestro agrado”. De hecho, una de las críticas que más se le hace al movimiento Body Positive es que se centra demasiado en lo físico, cuando la realidad es que la felicidad debería abarcar mucho que nuestros cuerpos.
Para la psicóloga, “si nos movemos desde ese tipo de pensamientos, flexibles y comprensivos, nuestra percepción sobre nosotras cambia y se fortalece la idea de lo que somos y nos gustamos por y a pesar de ello”. Para estas expertas, el camino a la aceptación está en observar que todas somos diferentes, “puede que algo nos guste más o menos, pero eso no quita que sea parte de nosotras. La opción de mejorar, dentro de nuestra esencia, siempre es posible, pero que nunca sea obligatorio ni para entrar en el canon establecido”, apuntan ambas.
El movimiento Body Neutrality intenta transmitir que no es necesario sentirse bien cada día, sino ver al cuerpo como algo neutro sin la obligación de amar su apariencia estética. Tania Llasera también defendía esta postura en una publicación de Instagram: "encuentro que el movimiento #bodypositive a veces puede ser algo tóxico para mí. No me gusta estar obligada a gustarme a cada segundo", reflexionó la comunicadora.
En todo caso, tal como aconsejan Raquel Moya y Cristina Lomas, “tu cuerpo va a ser el que te acompañe toda la vida, y es todo tuyo, solo para ti. Cuídalo”.