Millie Bobby Brown visita esta semana El Hormiguero para hablar de sus últimos proyectos, aunque hoy es noticia por haber aparecido en redes sociales hablando acerca del acoso mediático al que es sometida y la cantidad de comentarios negativos que recibir por su aspecto físico.
La actriz, que alcanzó la fama siendo apenas una niña gracias a Stranger Things, ha pedido que la dejen crecer en paz, señalando a varios periodistas que han hablado de su cuerpo, su cara o el color de su pelo.
"Esto no es periodismo. Esto es acoso", comenta indignada. "El hecho de que escritores adultos pasen su tiempo diseccionando mi rostro, mi cuerpo, mis elecciones, es inquietante. ¿El hecho de que algunos de estos artículos estén escritos por mujeres? Peor aún. Siempre hablamos de apoyar y animar a las mujeres jóvenes, pero cuando llega el momento, parece más fácil derribarlas para obtener clicks".
La actriz vive en una granja en Atlanta junto a su marido, Jake Bongiovi, donde confía en formar su propia familia, creando un gran refugio a media en el que relajarse tras los rodajes. Entramos en su casa para conocer cómo vive la actriz.
Un espacio con personalidad
Lejos de Hollywood, Millie ha construido su santuario en una granja de Atlanta junto a Jake Bongiovi. Allí convive con una peculiar familia: 9 perros, 4 gatos, un burro, gallinas que recoge al amanecer, y hasta una oveja que sigue a la actriz como una sombra. "Son mis bebés", confiesa, mientras acaricia a uno de sus tres cabritos. Entre rodajes, este zoológico personal se convierte en su terapia antiestrés.
Su hogar no es un mero escaparate de diseño, sino un retrato en 3D de su esencia. La fachada fusiona líneas minimalistas con ventanales de hierro forjado, mientras el interior deslumbra con un caos calculado: sofás vintage junto a esculturas posmodernas, alfombras persas bajo lámparas de titanio, y paredes que alternan óleos abstractos con fotos polaroid de sus viajes.
Secretos detrás del diseño
- Colores que respiran: Tonos arena y gris perla dominan las estancias, rotos por explosiones de verde esmeralda en cojines o cerámicas artesanales.
- Lujo discreto: Mármol travertino en la cocina, vigas de roble recuperado en el techo, pero cero ostentosidad.
- El rincón creativo: Un estudio con ventanales de piso a techo alberga sus proyectos de guionista, rodeada de pizarras llenas de ideas y estanterías con libros subrayados.
Cada objeto cuenta una historia: una lámpara comprada en un mercadillo de Lisboa, un cuadro regalado por una fan en Japón, o el comedero para perros hecho con madera reciclada de un set de filmación. Hasta su cocina —un laboratorio de acero y encimeras de cuarzo— guarda un detalle íntimo: frascos de especias etiquetados a mano por ella misma.
Mientras muestra su jardín de cactus y buganvillas, Brown lanza una indirecta: "Aquí nadie opina sobre mi ropa o mi peso. Mis cabras solo quieren que las alimente". Una filosofía que impregna hasta el último rincón de esta casa, donde el diseño no busca impresionar, sino proteger lo que realmente importa: crecer en paz.