Hablar de Isabel Preysler es hablar de sofisticación, buen gusto y un sentido del lujo atemporal que se refleja en cada rincón de su espectacular hogar. Sin embargo, si hay un espacio que destaca por encima de los demás, ese es sin duda su icónico recibidor, un lugar que ha sido testigo de incontables encuentros, sesiones de fotos improvisadas y, sobre todo, el reflejo del exquisito estilo de su dueña. Su elegancia clásica y la meticulosa atención al detalle lo convierten en una de las estancias más admiradas de la casa, tanto por expertos en decoración como por sus propias hijas, Tamara Falcó y Ana Boyer, quienes no dudan en inmortalizar su belleza en redes sociales.
Este recibidor es mucho más que una simple entrada. Es el primer contacto con el universo Preysler, una carta de presentación que anticipa lo que se encontrará en el resto de la vivienda: sofisticación, equilibrio y una perfecta armonía entre tradición y modernidad. Cada elemento que lo compone ha sido elegido con precisión, desde los espejos que amplifican la luz hasta el mobiliario de inspiración clásica que transmite una sensación de calidez y exclusividad.
Un recibidor con sello Preysler: lujo, equilibrio y sofisticación
Si hay algo que caracteriza a la reina del clan es su capacidad innata para crear ambientes acogedores sin renunciar al lujo y la distinción. Su recibidor es la máxima expresión de este talento, combinando materiales nobles, una paleta de colores neutros y una disposición estratégica de los elementos decorativos que potencian la amplitud y la luminosidad del espacio.
@isabelpreysler
Las paredes en tonos beige y crema crean un fondo sereno, que realza la presencia de piezas decorativas cuidadosamente seleccionadas. Cuadros de inspiración clásica, lámparas de pared con luz cálida y detalles dorados contribuyen a una estética armoniosa, en la que cada elemento parece estar en perfecta sintonía con el resto. Este equilibrio entre sobriedad y opulencia es una de las claves del éxito del estilo Preysler, que se mantiene fiel a una elegancia discreta pero impactante.
El gran espejo dorado: protagonista indiscutible del espacio
Uno de los elementos más icónicos del recibidor es, sin duda, el impresionante espejo de gran formato con moldura dorada. Además de ser un símbolo de sofisticación y buen gusto, su función decorativa es clave para potenciar la sensación de amplitud y luminosidad en la estancia. La luz natural que entra por la puerta principal se refleja en su superficie, multiplicando la claridad y generando una atmósfera envolvente y acogedora.
@anaboyer
Este espejo no solo cumple un papel estético, sino que también se ha convertido en el escenario favorito de Tamara Falcó y Ana Boyer para capturar instantáneas con sus looks más estilosos. Su presencia en el recibidor no es casualidad: es una muestra más del impecable ojo de Isabel Preysler para seleccionar piezas decorativas que combinan funcionalidad y belleza a partes iguales.
@tamara_falco
Justo debajo de él encontramos un banco, que es un mueble perfecto para incluir en el recibidor, ya que es cómodo para quitarse y ponerse los zapatos (en caso de que fuera necesario). Tapizado con un estampado de flores en tonos cálidos, como el terracota y el verde oliva, queda de maravilla.
El suelo en damero: un clásico atemporal que realza la elegancia del recibidor
El pavimento es otro de los elementos clave que aporta distinción y carácter al espacio. El suelo en blanco y negro con diseño en damero es un guiño a la tradición, un patrón que ha sido utilizado en grandes palacios y residencias de la aristocracia a lo largo de la historia. Su contraste visual añade dinamismo al conjunto sin restarle calidez, funcionando como el lienzo perfecto sobre el que se despliega la cuidada decoración de la estancia.
Este tipo de suelo, además de ser un símbolo de elegancia clásica, también cumple una función práctica: su combinación de colores neutros permite una fácil integración con otros elementos decorativos, asegurando que el espacio mantenga su equilibrio visual sin sobrecargar la escena (algo que también hemos visto en otros rincones de su mansión en Puerta de Hierro).
Con este espacio, Isabel Preysler vuelve a demostrar por qué sigue siendo un referente indiscutible en cuestiones de estilo y buen gusto. Su recibidor no es solo una entrada a su hogar, sino una declaración de intenciones que resume a la perfección su filosofía estética: un equilibrio perfecto entre tradición y modernidad, lujo y sencillez, exclusividad y calidez.
Dónde comprar un espejo como el de Isabel Preysler
Maisons du Monde
Con un toque clásico
Para las que quieran dar ese toque de sofisticación, al más puro estilo parisino, esta nos parece una opción ideal y que además cuenta con un tamaño similar al de la celebrity, siendo ideal para entradas o salones amplios. Maisons du Monde (299 euros).
westwing
El más sencillo
Si el anterior es demasiado para ti y prefieres algo más comedido y sencillo, pero que aún así tenga esa esencia de elegancia, esta es una alternativa que no puede faltar en tu lista de deseos. Westwing (219 euros).
Beliani
En cuadrícula
Es cierto que puede parecer una pieza difícil, pero la realidad es que está llena de posibilidades a la hora de combinarla. Eso sí, siempre en espacios que sean amplios y, en caso de que no tengas tanto metros, asegúrate de que los acompañantes son sencillos y en tonos más neutros. Beliani (159,99 euros).