Así es la casa de Vanesa Lorenzo: colores neutros tendencia en 2025, iluminación natural y mezcla de tejidos

Vanesa Lorenzo, modelo, autora y defensora del bienestar integral, ha trasladado su filosofía de vida a la decoración de su hogar, un espacio compartido con su pareja, el exfutbolista Carles Puyol, y sus hijas. Este refugio está diseñado para ser más que una vivienda: es un santuario personal donde cada rincón está impregnado de calma y equilibrio. En sus palabras, este es su "safe space", un lugar pensado para desconectar del ruido externo y reconectar con lo esencial.

El diseño de Vanesa no solo se centra en lo visual, sino también en la experiencia emocional que el espacio genera. Con grandes ventanales que inundan las estancias de luz natural y una paleta cromática suave, el hogar está configurado para transmitir una sensación de paz y armonía. A través de cada detalle cuidadosamente seleccionado, Lorenzo nos muestra su compromiso con un estilo de vida consciente, que da prioridad al bienestar y la conexión con la naturaleza.

Comedor funcional y minimalista: un ejemplo de diseño práctico

La zona de comedor refleja una simplicidad cuidadosamente pensada. Una mesa de madera maciza, de diseño sencillo pero robusto, es el centro de la estancia. Las sillas, tapizadas en tonos claros, aportan un contraste suave al cálido tono de la madera, creando una combinación visualmente equilibrada.

Los elementos decorativos son mínimos pero significativos: una fotografía en blanco y negro aporta un matiz artístico en la pared del fondo, sobre un mueble de madera que también aboga por la misma combinación. La ausencia de ornamentación excesiva refuerza la idea de que menos es más, y que cada pieza en el espacio tiene un propósito tanto funcional como estético. El toque de gracia lo pone la lámpara de techo de estilo oriental, en un tono naranja tostado de lo más apetecible.

Un salón exterior cálido y sofisticado

El salón, como corazón del hogar, refleja un equilibrio perfecto entre diseño y confort. Lo que primero destaca es el sofá de cuero en un tono camel, cuya textura aporta calidez y sofisticación al espacio. Este sofá actúa como el ancla visual de la estancia, contrastando con la pared de piedra rústica que añade un carácter orgánico e histórico.

Los cojines, en tonos mostaza y estampados florales, rompen la monocromía y añaden un toque de frescura sin desentonar con la estética serena. La mesa de centro, con su forma irregular y diseño en madera oscura, es una oda al diseño natural y artesanal, que encaja a la perfección en el espacio. Sus curvas suavizan las líneas rectas del mobiliario, creando un contraste visual armonioso.

Se remata con un par de butacas de madera a los lados, que refuerza esa estética, aunque los detalles son la clave del éxito que completa esa decoración. El cuadro encima del sofá queda de maravilla en contraposición con la textura de la pared, la lámpara de techo también cuenta con ese aire oriental, del que ya hemos visto que Vanesa es muy fan, y las plantas de interior aportan un extra de naturalidad que siempre es bienvenido.

La magia de la iluminación: luz como herramienta de diseño

La iluminación desempeña un papel fundamental en la atmósfera del hogar de Vanesa. Una lámpara de pie con pantalla de lino, estratégicamente colocada junto al sofá de dentro, emite una luz cálida que crea un ambiente acogedor durante las noches. También hemos visto esas lámparas con diseño en las estancias anteriores, combinando funcionalidad y estética.

Pero sin duda, lo que más destaca en su casa, es la inagotable luz natural que entra por sus grandes ventanales. Tanto en el comedor, como en el salón exterior, se puede beneficiar del sol, haciendo que cada espacio sea acogedor, iluminando los materiales y resaltando la textura de la madera y la piedra.

Textiles acogedores: el arte de añadir confort

Uno de los puntos fuertes del hogar de Vanesa Lorenzo son los textiles. Las cortinas de lino que enmarcan los ventanales filtran la luz de manera delicada, creando un juego sutil de sombras y luminosidad. En los asientos, las mantas y cojines confeccionados en tejidos suaves, como el algodón y la lana, aportan una capa extra de confort.

También en las paredes como bien hemos visto, no solo destacan los materiales naturales, sino el arte. Los cuadros son recurrentes en los diferentes espacios de su casa, decorando hasta la zona más minimalista con la que dar el toque de gracia. Estos elementos no solo mejoran la experiencia táctil, sino que también contribuyen a la cohesión visual del espacio.

Con todo ello, podemos afirmar que el hogar de Vanesa Lorenzo es mucho más que un espacio físico: es una extensión de su estilo de vida y sus valores. Cada decisión de diseño, desde la elección de los materiales hasta la disposición de los muebles, está orientada a crear un entorno donde predomine la calma y la conexión emocional. Este refugio sereno no solo habla de estética, sino también de una búsqueda personal de equilibrio y plenitud.