Sabemos cuáles son los cinco restaurantes madrileños a los que todo el mundo quiere ir. Y por muchos motivos, gastronomía aparte: hay ambientazo, cuentan con una decoración superinstagrameable y siempre guardan alguna que otra sorpresa. Conócelos y reserva con tiempo, porque siempre están llenos.
Bakan, fantasía mexicana
Cuando te planteas ir o no a un restaurante especializado en comida de otro país es inevitable que te preguntes si sus paisanos lo elegirían de poder hacerlo. Pues bien, Bakan es un restaurante mexicano al que van los mexicanos. O al menos los que viven en los aledaños, el Barrio de Salamanca madrileño.
Situado frente a la Puerta de Alcalá, en el cuadrante donde se ubican algunos de los restaurantes más chic de la capital, Bakan tiene tortillería propia, prepara los asados tal y como lo hacen en Oaxaca, al fuego de leña de encino, dispone de una amplísima carta de tequilas y mezcales y cuenta con platos protagonizados por insectos que –créenos– están buenísimos.
Eso en cuanto a la gastronomía, sin duda su punto fuerte. Pero es que en decoración también tiene un 10, tanto en el interior, cómodo y amplio, como en el exterior, una terraza sembrada de cactus que te ‘aclimatará’, creando esa sensación de estar en el mismo México. Mención aparte merece el servicio, rápido, amable e impecable. En resumen: Bakan saca nota alta en todas las asignaturas y por eso siempre está entre los más codiciados del que quiere agasajar y ser agasajado. Imprescindible.
Salvaje, cena y espectáculo
Este restaurante, situado en el hotel Bless de Madrid, es el más deseado de los últimos meses. Hay mucho y buen ambiente y también espectáculo de la mano de unas bailarinas que, de cuando en cuando, se arrancan con hipnóticas performances, algunas de ellas secundadas por los entregados camareros.
En Salvaje siempre va a haber gente guapa en cualquiera de sus salas (disponen de reservados más tranquilos en los que practicar el arte de la conversación). El servicio es casi exprés, así que pide por esa boquita, que tu ‘mandado’ estará en la mesa en tiempo récord.
¿Y qué podrás ver sobre dicha mesa? Especialidades japonesas sobre todo (sushi, sashimi…) que alcanzan espectacular nivel con cosas tan ricas como los dumplings de bogavante o de champiñones trufados, el arroz con pato, el salmón a la robata o las costillas asadas. Una cosa más: en Salvaje (SVLJ para los amigos), además de para dejarse ver y comer bien, se va a compartir. Un festival en el amplio sentido de la palabra.
Totó, italiano con glamour
El restaurante madrileño fue protagonista de la crónica rosa hace unos meses al verse asociado a la figura de Íñigo Onieva, a quien unos tildaban de socio, otros de relaciones públicas del local y algunos más argumentaban que Onieva no mantenía vínculos con el restaurante. Entre dimes y diretes, lo que sabemos de cierto es que tras Totó están nombres como Nadal, Gasol o Cristiano Ronaldo y que, al margen de semejantes campanillas, en este italiano se come muy bien.
El mérito tiene apellido transalpino, Celli. Emiliano Celli, catapultado al éxito culinario por la Taberna Trilussa, en Roma, ha traído a la Castellana su peculiar ravioli, sus gnocchi con ricotta, la maravillosa mantequilla trufada o el vitelo tonnato, entre otras delicias. En este local, cuya decoración recuerda al cine clásico italiano de los 60 y finales de los cincuenta, el público cambia a partir del atardecer, cuando los cócteles se prodigan en la barra. Desde esa hora, la “gente guapa” toma la sala y los selfies se despliegan por doquier mientras los camareros se afanan en servir los grandes éxitos de Totó.
Mudrá, el paraíso veggie
El vegano del que todo el mundo habla está en la calle Recoletos número 13. Sí, los platos se elaboran solo con verduras, legumbres, frutas y flores, pero los preparan de tal manera que si no lo sabes de antemano, no podrías ni imaginar que su creación seguía parámetros tan estrictos.
Tal milagro se debe a la intervención cuasi divina del chef Matthew Kenney, una autoridad en el empleo de plantas en a cocina. Si buceas en la carta encontrarás baos, ceviche de setas, sushi, hamburguesa, canelón tikka masala, ‘escalope’… Un regalo para el paladar de los veganos y una muy agradable sorpresa para los que son solo iniciados. Y otra cosa: la decoración, en tonos crudos y rosa, es absolutamente primorosa.
La Mamona Castellana, jardín con música
Otro de esos restaurantes que siempre sale en las quinielas de las agendas más cool. Situado en la zona de Gregorio Marañón, en el número 62 del Paseo de la Castellana, tiene un jardín con mesas en terraza y una barra exterior cubierta que es ideal para una sesión de tapeo y/o cócteles.
Allí se sirven desayunos (el restaurante está vinculado al Hyatt Residences Madrid, un complejo de apartamentos premium) y el movimiento continúa hasta bien entrada la noche. De hecho, en este restaurante del grupo LALALA, la cocina es non stop, así que a cualquier horas verás gente degustando sus tortilla trufada, el brioche de calamar, el steak tartar de piraña o la tarta de queso caramelizada, por poner solo algunos ejemplos. Ah, y también hay DJ para amenizar los encuentros. En La Mamona, la fiesta no para… literalmente.