Si te gustó Stranger Things, prepárate, porque entre las series de ciencia ficción más vistas en Netflix se encuentra una joya que no todo el mundo conoce. Con tres temporadas y un final inesperado, Dark es la serie alemana de suspense que ha enganchado hasta a los que reniegan del género.
Desde su estreno en la plataforma en diciembre de 2017, se ha convertido para muchos en el Stranger Things europeo. La serie creada por Baran bo Odar y Jantje Friese comienza con la desaparición de un niño en el pequeño pueblo de Winden (Alemania).
Este suceso comienza a destapar pasados oscuros de algunos habitantes del lugar, dirigiendo la atención a la central nuclear del pueblo y los secretos mejor guardados que llevan décadas escondiendo sus dueños y las personas que en algún momento trabajaron allí.
Viajes en el tiempo y nostalgia ochentera
Lo que más engancha de esta serie es ver avanzar la historia mientras se nos presentan distintas épocas de manera no lineal. Aunque la serie se sitúa en 2019, a medida que se destapan secretos, los capítulos saltan de año en año para poner en contexto los hechos y entender que esa desaparición no es la primera que ocurre en el pequeño pueblo de Winden.
Lo ocurrido en la década de los 50, los 80 y los 2020 es clave para entender la implicación de la familia Tiedemann, -dueña de la central nuclear-, no solo en las desapariciones, sino también en las relaciones familiares y de poder que ocurren dentro de los límites de Winden.
Dark se atreve a jugar con el suspense de las series sobre crímenes y la ciencia ficción que suponen los saltos en el tiempo, las dimensiones paralelas y los agujeros de gusano. Una historia que acaba por desarrollarse de tal manera, que necesitarás coger papel y boli para dibujar desde el sofá los árboles genealógicos de los personajes, ver cómo se cruzan y entender cuál es el misterio (y el peligro) detrás de estas desapariciones y lo que se esconde debajo de la central nuclear.
Aclamada por la crítica
Dark fue una de las primeras apuestas de Netflix por las producciones extranjeras de habla no inglesa; y aunque la campaña de promoción tuvo mucho que ver en su éxito, la crítica la acogió con los brazos abiertos.
El público también la devoró. Es una serie que, a diferencia de Stranger Things, trata cuestiones mucho más profundas y filosóficas, lo que la salvó de la comparación que, como sabemos, siempre son odiosas.
Además de cuestiones sobre física, como los viajes en el tiempo, Dark también habla de historia, la Guerra Fría, el auge del capitalismo, la pérdida de la fe, y todo esto con un tono muy mundano, como los son las relaciones familiares, los primeros amores y los secretos que, quien más o quien menos, todos guardamos.
Por qué deberías verla
Aunque la trama vaya complicándose debido a los saltos de siglo y los cruces entre los personajes, es una serie adictiva, que no podrás parar de mirar. Si te gustan las historias con distintas capas y personajes con arcos evolutivos, sin duda esta serie tiene ambas.
Además, los giros de guion no dejarán de sorprenderte y ocurrirá siempre lo que menos te esperas que pase. Perfecta para ver un maratón. Aunque, eso sí, créeme cuando te digo que no volverás a ser el mismo cuando termine.