Para Patricia Fernández, conocida en redes como (@patriwhitehouse), una casa ordenada es sinónimo de calma y bienestar. Creadora de contenido y emprendedora, madre de tres hijos y apasionada del orden y la decoración, acaba de lanzar su libro ‘Organiza tu casa sin dramas’ (Libros Cúpula), donde desvela sus mejores estrategias para mantener el hogar bajo control sin convertirlo en una misión imposible. "El desorden roba energía, genera tensión y nos desconecta de nuestro propio refugio. Mantener el orden no es solo una cuestión estética, sino emocional y funcional".
Por qué el desorden afecta a tu bienestar
“Una casa desordenada es una mente desordenada. El caos produce estrés, falta de concentración, ansiedad, pérdida de tiempo por no encontrar las cosas, discusiones con los que conviven con nosotros". Además, afirma que es un detonante de la procrastinación, puesto que cuanto más desordenado está todo, menos ganas tenemos de ponernos manos a la obra.
Libros Cúpula
Para la experta, un hogar ordenado es mucho más que una casa bonita: es un espacio donde la mente puede descansar. El caos visual se traduce en una sensación de descontrol que afecta a nuestra productividad, a nuestro estado de ánimo e incluso a nuestra autoestima. En cambio, cuando todo está en su sitio, es más fácil concentrarse, relajarse y disfrutar de los pequeños momentos cotidianos.
Además, la organización del hogar impacta directamente en la forma en que gestionamos nuestro tiempo. Al reducir la búsqueda de objetos y simplificar las tareas diarias, se gana en eficiencia y bienestar. "Cuando tu entorno está en equilibrio, todo fluye mejor", dice Fernández. Y lo mejor de todo es que lograrlo no tiene por qué ser una tarea abrumadora.
Por dónde empezar si el desorden te supera
Es normal que cuando el caos se apodera de nosotros, no sepamos por dónde empezar. Para la creadora de contenido, lo más importante es implementar unas rutinas tanto diarias como semanales y, sobre todo, marcarnos objetivos reales que podamos cumplir. Cuando nos come el desorden, lo mejor es ir por estancias y poco a poco conseguir que la casa entera esté bajo control.
Patricia recomienda clasificar nuestras pertenencias en tres grupos:
- Lo que no nos vale, no queremos o no funciona.
- A lo que podemos dar una segunda vida o alguien puede aprovechar.
- Lo que nos quedamos.
Una vez hecho este ejercicio de selección, es más fácil organizar y asignar un sitio para cada cosa, evitando acumular objetos innecesarios.
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Los 10 mandamientos para lograr una casa organizada sin esfuerzo (o casi)
- Cada cosa en su lugar: No hay regla más sencilla y efectiva. "Si cada objeto tiene un sitio asignado, evitamos el ruido visual y el caos mental", asegura. Dedica tiempo a establecer dónde va cada cosa y respeta esa decisión.
- Crear rutinas de orden y limpieza: Hábitos como hacer la cama por la mañana, recoger la cocina después de cada comida o dedicar 10 minutos al día a ordenar harán que todo fluya mejor. "El orden es una disciplina, y con el tiempo se convierte en un estilo de vida", dice Patricia.
- Aprovechar cada rincón: Especialmente en espacios pequeños, optimizar el almacenamiento es clave. "Usa cestas, cajas y muebles multifunción. Cada centímetro cuenta y puede marcar la diferencia entre el caos y el equilibrio".
- Hacer equipo en las tareas: "Para una persona puede ser mucho, pero si todos participan, es más llevadero", enfatiza. Asignar pequeñas responsabilidades a cada miembro del hogar es la clave para mantener la organización sin que recaiga en una sola persona.
- Adaptarse a los cambios: La vida es dinámica, y el orden también debe serlo. "Mudanzas, llegada de hijos, cambios de trabajo… En cada etapa, revisar el sistema de organización ayuda a mantener el control sin frustraciones".
- Respetar a los que conviven contigo: Cada persona tiene su propio concepto de orden y sus necesidades. "Lo importante es encontrar un equilibrio que funcione para todos y garantice una convivencia armoniosa".
- Menos es más: "Un hogar no es un museo". Patricia insiste en la importancia de no acumular. "Guarda solo lo que realmente te hace feliz y tiene un sentido en tu día a día".
- Para dejar entrar, hay que dejar ir: Cada nuevo objeto debe sustituir a otro. "Si compras una prenda nueva, dona otra. Si llega un electrodoméstico, deshazte de ese aparato viejo que ya no usas. Este ciclo evita el exceso".
- La luz es vida: Un espacio bien iluminado siempre transmite paz. "Potencia la luz natural y elige una iluminación cálida para las tardes. Automáticamente, sentirás más armonía".
- Hacer hogar: Un espacio acogedor se construye día a día. "Pequeños detalles como flores frescas, una vela aromática o una mantita en el sofá marcan la diferencia y convierten la casa en un verdadero refugio".
El método OLÉ: Organizar y ordenar en equipo
Patricia Fernández tiene un método propio, el método OLÉ, con el que asegura que cualquiera puede lograr un hogar en armonía:
- Organizar: Clasifica en tres categorías: lo que no sirve, lo que puedes donar o reutilizar y lo que realmente necesitas.
- Ordenar: Asigna un sitio fijo a cada cosa. "El orden visual también es paz mental".
- 0 ruido visual: Afirma que conseguiremos espacios armoniosos con soluciones de almacenamiento como cestos, cajas, muebles funcionales.
- Limpieza: No perder de vista las rutinas
- Equipo: Reparte las tareas y responsabilidades. "Cuando todos participan, el orden se mantiene sin esfuerzo".
Evita que el desorden vuelva
El desorden vuelve cuando no hay rutinas o cuando una sola persona se encarga de todo. "El truco está en mantener pequeños hábitos: la regla de los dos minutos es un gran aliado". Consiste en que, si una tarea toma menos de dos minutos, se haga de inmediato. "Es una solución simple, pero efectiva para que el caos no se acumule".
Si alguna vez has sentido que tu casa refleja el desorden mental del día a día, estos mandamientos pueden ser tu guía para un hogar en armonía. Y recuerda, como dice Patricia: "No se trata de perfección, sino de equilibrio".