Si hay algo que define el estilo de Jeanne Damas es su capacidad para fusionar la elegancia parisina con una sensibilidad bohemia y acogedora. La empresaria y referente de la moda francesa ha sabido trasladar esa estética relajada pero sofisticada a todos los rincones de su nuevo hogar. Su salón es el mejor reflejo de ese equilibrio, donde los textiles ricos en texturas, los muebles con historia y los detalles cuidadosamente seleccionados conviven en armonía.
En su espacio de estar, la it girlcombina piezas de aire vintage con elementos contemporáneos, creando una atmósfera cálida y vivida. La paleta de colores gira en torno a tonos neutros, con acentos en burdeos, mostaza y terracota que aportan carácter sin restar luminosidad (tonos muy tendencia esta temporada). El resultado es un ambiente que invita a la calma, donde cada objeto cuenta una historia y donde el confort es prioritario.
Un salón con alma vintage y detalles artesanales
En las fotos que nos ha ido dejando a través de su cuenta de Instagram, se aprecia un salón dominado por dos sofás blancos de líneas simples y desenfadadas. Los cojines con estampados étnicos en tonos rojos y beige aportan un toque de color y textura, rompiendo con la uniformidad del color neutro. En el centro, una mesa de café cubierta con un mantel de estampado floral en tonos granates, dorados y verdes se convierte en el punto focal de la estancia, añadiendo calidez y un aire nostálgico.
@jeannedamas
La decoración se enriquece y eleva a una categoría superior con objetos artesanales y piezas con carácter. Por ejemplo, el conjunto de velas de diferentes tamaños que se dispone en una bandeja metálica de plata sobre la mesa, creando un rincón cálido y evocador. También destacan los libros de arte y revistas cuidadosamente apilados refuerzan ese aire personal y vivido que caracteriza los interiores de Jeanne Damas.
La importancia de los materiales naturales
El uso de materiales nobles y naturales es una constante en la decoración del salón. La alfombra de fibra vegetal en color beige, que cubre gran parte del suelo, aporta textura y calidez, además de delimitar el propio espacio. Las vigas de madera vistas en el techo añaden un encanto rústico y refuerzan esa sensación de hogar acogedor de una casa de campo.
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En las esquinas del salón, vemos lámparas con pantallas de tela en tonos ámbar que proyectan una luz suave y difusa, ideal para hacer de este espacio el mejor refugio dentro de nuestro hogar, así como otras con esa sofisticación clásica, mezclando ambos estilos. El mobiliario, aunque sencillo en apariencia, está cuidadosamente seleccionado para conseguir un resultado elegante, pero que al mismo tiempo invite al relax.
El arte también juega un papel esencial en este salón. En la pared, observamos una pintura de un tamaño considerable, en la que se representa una figura femenina que sostiene un racimo de uvas, un guiño sutil a la tradición francesa del buen vivir. También vemos la inclusión de algunas plantas de interior en rincones clave, que intensifica esa sensación de naturaleza y toques verdes, que son más que recomendables a la hora de decorar cualquier espacio.
Un guiño a la tradición francesa
Uno de los muebles más destacados del conjunto, además de los preciosos sofás blancos, es un armario pintado a mano con motivos florales en tonos oscuros, que es un claro homenaje a la tradición artesanal francesa. Esta pieza, que destaca por su carácter único, aporta profundidad visual y sirve como contrapunto a la luminosidad que predomina en el resto del espacio.
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Las cortinas con un delicado estampado floral, en tonos granates y crema, enmarcan los grandes ventanales, suavizando la entrada de luz natural y añadiendo un toque de romanticismo, muy propio de la estética de la francesa (también a la hora de vestir). Podemos afirmar que la combinación de textiles y gama cromática es el claro éxito de esta estancia, comprobando que no hay que tener miedo a arriesgar y mezclar cosas que, a priori, no tienen cabida entre sí.
Como resultado tenemos un salón donde la estética y la comodidad conviven en perfecta armonía. Cada pieza está pensada para crear un ambiente relajado y acogedor, donde la belleza reside en los detalles, reflejando el gusto impecable de su dueña y viendo cómo el estilo parisino más auténtico se encuentra con la calidez de los espacios vividos.